Los líderes de la Unión Europea decidirán en la cumbre que arranca este jueves en Bruselas si dan luz verde al acuerdo al que han llegado Hungría y Polonia con la presidencia de turno alemana del Consejo de la UE para levantar su veto al plan de recuperación pospandemia y al presupuesto comunitario 2021-2027.
Los dos países centroeuropeos bloquearon hace tres semanas el pacto sobre el paquete de ayudas, que movilizará en total 1,8 billones de euros, por su rechazo al mecanismo que establecía condicionar este dinero a que se respete el Estado de derecho. Cabe recordar que ambos países han sido expedientados por Bruselas por sus problemas con la independencia judicial, la libertad de prensa o el respeto a las minorías.
Aunque puede haber sospresas, parece que el acuerdo está prácticamente hecho. La solución negociada entre Budapest, Varsovia y Berlín no modifica la regulación, que fue aprobada por una mayoría cualificada de países, pero introduce matices sobre en qué circunstancias se podrían retener los fondos si no se cumple con el estado de derecho y el papel que desempeñaría el Tribunal de Justicia Europeo (TJUE).
¿En qué consiste el acuerdo propuesto?
De aprobarse el documento, en el caso de que Hungría o Polonia recurran la norma ante el TJUE, la Comisión Europea no podría suspender fondos ni proponer ningún tipo de medida bajo este mecanismo hasta que la corte se pronuncie.
Esto supodría que si Budapest o Varsovia recurren a los tribunales europeos, Bruselas no podrá proponer penalizarlos, aunque lo viera necesario, hasta que haya una sentencia. Este tipo de resoluciones suelen tardar un año en llegar, aunque podría llevar más tiempo.
El documento, al que ha tenido acceso RTVE, subraya que la aplicación del mecanismo de condicionalidad será "justa, imparcial y basada en hechos, asegurando el debido proceso, no discriminación y trato igualitario a los Estados miembros".
Para garantizarlo, la Comisión elaborará unas directrices para aplicar este mecanismo consultando con los Estados miembros y, en caso de que alguno de ellos recurra el texto al TJUE, Bruselas tendrá que esperar a que la corte se haya pronunciado para concluir estas directrices.
La propuesta negociada por Alemania fue presentada a los embajadores de los veintisiete países y ahora las delegaciones nacionales esperan la evaluación de los expertos jurídicos de sus gobiernos. El hecho de que la propuesta de compromiso no modifique la regulación debería ayudar a que sea aceptable por el resto de Estados y por la Eurocámara, que ha sido tajante en su rechazo a cambiar este mecanismo.
Mientras que una fuente diplomática ha indicado que la respuesta de los embajadores fue "mayoritariamente positiva", otra delegación se ha mostrado más cauta y apuntó que "todo el mundo necesita enviar (el texto) a sus capitales y confirmar" su consentimiento, aunque valoró el "trabajo incansable" de la presidencia alemana para "cocinar" este compromiso.
"Faltan centímetros" para el acuerdo
Por su parte, el primer ministro ucraniano, Viktor Orban señalaba esta martes que "faltan centímetros" para que ese acuerdo sea generalizado con los demás países de la UE.
"La lógica de veto o muerte es contraria a nuestro interés nacional. Como dijo (el primer ministro húngaro) Viktor Orbán ayer, estamos a un centímetro de la solución: una Polonia soberana y una Europa común", destacaba esta mañana el viceprimer ministro polaco, Jaroslaw Gowin, en Twitter. Esta solución, según Gowin, permitiría garantizar los "derechos independientes de Polonia" y usar cientos de miles de millones de euros.
Si no se levantase el veto, no podría entrar en vigor el presupuesto plurianual 2021-2027 y, en consecuencia, tampoco las cuentas de 2021, lo que conllevaría importantes retrasos y recortes en los pagos a los beneficiarios de fondos europeos.
Tampoco podría activarse el fondo de recuperación, aunque la Comisión estudia desde hace días el modo de ponerlo en marcha sin Polonia y Hungría para que las ayudas que urgen por la pandemia lleguen al resto de socios mientras se encuentra una solución al veto.