"Queremos que nuestro país se una, no que se desmorone. Los estadounidenses han hablado claro y ya no estamos esperando para hacer empezar al trabajo". Con un tono ya presidencial, el candidato demócrata, Joe Biden, ha llamado a la unidad de Estados Unidos, a la espera de que se confirme su victoria en las elecciones presidenciales.
“No tenemos una proclamación final, pero los números nos dejan claro que vamos a ganar esta carrera“
En las últimas horas, la recta final del escrutinio ha dado en vuelco y ha situado a Biden a la cabeza en Pensilvania y Georgia, dos territorios conquistados por Trump en 2016. A lo largo del día, el demócrata había preparado un discurso de victoria en Wilmington (Delaware) confiando en superar los 270 votos electorales para la Presidencia, pero el lento proceso de escrutinio en su estado natal le ha obligado a adaptarse a las circunstancias y, una vez más, a pedir calma ante la incertidumbre y la creciente tensión social.
Acompañado de Kamala Harris, su candidata a la Vicepresidencia, el rival de Donald Trump ha insistido en que se ve ganador. "No tenemos una proclamación final, ni una victoria todavía, pero los números nos dejan claro que vamos a ganar esta carrera. [...] Nos encaminamos a los 300 votos", ha señalado. Se refería así a su incontestable liderazgo en la recta final del recuentolleva la ventaja en cuatro de los seis estados pendientes y los 20 votos de Pensilvania le valdrían para derrotar al republicano.
Las crisis sanitaria, económica y racial, prioridades
A diferencia del presidente, que se autoproclamó ganador sin los votos necesarios en la noche electoral, Biden ha optado por la prudencia en los últimos días. Huye de la prisa, quiere proyectar una imagen de serenidad ante el país dividido que hereda.
“Puede que seamos oponentes, pero no somos enemigos. Somos americanos“
Sin embargo, su ventaja en los estados clave para ganar le ha impulsado a empezar a trabajar con las tres prioridades de su campaña en mente: unificar a los estadounidenses y evitar los conflictos, atajar la crisis sanitaria provocada por la COVID-19 "Hay más de 240.000 sillas y mesas vacías en las cocinas de Estados Unidos [por la pandemia]. Sabemos algo de lo que se siente cuando se pierde un ser querido y queremos que sepan que no están solos", ha señalado.
Y tal y como prometió en campaña, el vicepresidente de Barack Obama ha repetido que su principal objetivo será reconciliar a los estadounidenses enfrentados tras cuatro años de constante polarización política. "El objetivo de nuestras políticas es trabajar por la nación, no encender las llamas del conflicto, sino solucionar problemas, garantizar la justicia y la igualdad. Puede que seamos oponentes, pero no somos enemigos, somos americanos", ha dicho, con especial hincapié en las más de 70 millones de personas que han apoyado a Trump.
Templanza frente al conflicto con Trump
Estados Unidos ha vuelto a acostarse por cuarto día consecutivo sin un claro ganador de las elecciones. Los constantes retrasos en el recuento de votos en los estados pendientes encienden cada vez más los enfrentamientos entre simpatizantes de uno y otro bando e incluso la presión sobre los medios de comunicación, que han optado por la cautela antes de proyectar las victorias en cada territorio.
Su mensaje es claro: en un momento en el que el actual comandante en jefe agita el fantasma del fraude electoral sin pruebas, el lento proceso de comprobación de las papeletas recibidas por correo requiere de una minuciosidad exquisita.
"Sabemos que la tensión es alta, puede serlo después de unas elecciones tan reñidas, pero recuerden: hay que ser pacientes y dejar que el proceso haga su trabajo", ha dicho Biden, que ha vuelto a insistir en que todos las papeletas serán contadas. "El pueblo será escuchado".
Aumenta su ventaja en Pensilvania y Nevada
Cuatro días después de las elecciones, el escrutinio del voto anticipado sigue sin concluir en Arizona, Pensilvania, Nevada, Georgia, Carolina del Norte y Alaska, los estados con el poder de decantar la balanza de uno u otro lado.
En las últimas 24 horas, la ventaja de Biden sobre Trump no hace sino aumentar con cada actualización en Pensilvania y Nevada, lo que le colocaría con un total de 279 votos electorales. También ha aumentado en las últimas horas en Georgia, que se dirige a un recuento por el estrecho margen.
Trump ha recortado distancias en Arizona y sigue liderando el recuento en Alaska y Carolina del Norte, dos estados que están prácticamente concedidos al republicano, pero que no son suficientes para rebasar el umbral de 270.
Pensilvania, con más de 268.000 papeletas pendientes, será determinante para el desenlace. Si gana Biden, la carrera habrá terminado. Si pierde, el único camino para la victoria de Trump pasaría por ganar en dos de los cuatro estados liderados por el demócrata. En cualquier caso, el verdadero duelo político, sumido ahora en una ofensiva legal del presidente, no ha hecho sino empezar.