A la tercera va la vencida. Joe Biden ha aceptado este jueves la nominación como candidado del Partido Demócrata a la Presidencia de Estados Unidos en las elecciones de noviembre 33 años después del primer intento.
Con una candidatura más que anunciada tras la renuncia de su principal rival, el senador Bernie Sanders, el vicepresidente de Barack Obama ha prometido devolver la unidad y la luz a un país polarizado. "El actual presidente ha cubierto América de oscuridad demasiado tiempo. Hay demasiada rabia, demasiado miedo. [...] Unidos podemos y superaremos esta temporada de oscuridad", ha asegurado.
“El actual presidente ha cubierto América de oscuridad demasiado tiempo. Hay demasiada rabia, demasiado miedo“
Biden ha arrancado así la campaña más insólita, marcada por el azote de la pandemia del coronavirus en el país con más casos y muertes del mundo. Desde Wilmington, la localidad donde creció, el líder demócrata ha pronunciado el discurso más importante de su carrera hasta la fecha en una sala vacía, sin globos, aplausos ni la tradicional marea azul que cada cuatro años congrega a miles de demócratas.
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Unidad y hechos contra la reelección de Trump
Bajo el lema La Promesa de América, Biden ha advertido del riesgo de un segundo mandato de un presidente al que dice incapaz de resolver la crisis sanitaria y que en los últimos cuatro años no ha hecho sino agravar la polarización entre los estadounidenses. "La historia nos ha entregado uno de los momentos más difíciles. Cuatro crisis históricas, todas a la vez. Una tormenta perfecta", ha dicho, en referencia a la pandemia, la creciente debacle económica, la justicia racial y la amenaza del cambio climático.
“Si le damos cuatro años más, seguirá como hasta ahora. ¿Es esto lo que queremos? “
Y evocando a Franklin Roosevelt, el ex número dos de Obama ha afirmado que su liderazgo salvará al país de la era Trump "Si le damos cuatro años más a Trump, seguirá como hasta ahora: se niega a liderar, culpa a otros, acomoda a dictadores e incendia la división. [...] ¿Es esto lo que queremos?", se ha preguntado.
El candidato ha sido especialmente duro con la gestión de Trump de la pandemia por contradecir a sus asesores y a menospreciar la virulencia de la COVID-19. Una Administración Biden impondría el uso de mascarillas desde el primer día para proteger a la sociedad, y su primer objetivo sería impulsar la economía y unificar a los estadounidenses, según ha declarado. "El presidente se empeña en decir que el virus va a desaparecer. ¡No va a haber milagro! Nos ha fallado en su deber más básico: protegernos. Es imperdonable".
Trump contraataca a los demócratas y se desplaza a Wisconsin
Cierre de filas para superar el trauma de 2016
Biden afronta los próximos dos meses y medio de la mano de Kamala Harris, la primera mujer afroamericana y con ascendencia asiática nominada por un gran partido como vicepresidenta, con quien aspira a acabar con la injusticia racial y la violencia policial.
"La historia nos ha lanzado otra tarea: ¿Seremos la generación que acabe de una vez por todas con la ola racista? Creo que sí", ha dicho, para a continuación citar una conversación con la hija del difunto George Floyd, cuya muerte ha avivado la movilización contra el racismo. De hecho, ha llegado a confesar que decidió presentarse a las primarias ante la defensa que en 2017 hizo Trump de los disturbios raciales en Charlottesville.
Los demócratas ponen fin a cuatro días de Convención virtual que ha puesto en marcha la maquinaria electoral de un partido herido tras la traumática derrota de Hillary Clinton. Predecesores de la talla de Barack Obama, aliados, amigos, compañeros políticos y hasta rivales en las primarias han presentado al candidato como un político empático, profesional, honesto y sincero capaz de recuperar la Casa Blanca.
El partido cierra así la batalla de las primarias entre la izquierda y el centro que representa el antiguo vicepresidente y mira hacia un futuro que Biden descartó en 2016 tras la muerte por cáncer de su hijo Beau, muy presente durante todo el acto.
Joe y Jill Biden celebran la candidatura a la Presidencia. REUTERS / KEVIN LAMARQUE
Su único reto ahora, la movilización del voto cuanto antes en unas elecciones marcadas por el previsible aumento del voto por correoy los continuos ataques de Trump a este método.
Y bajo la luz de los fuegos artificiales, aupado por sus seguidores en el aparcamiento del pabellón de Wilmington, Joe y Jill Biden se han coronado oficialmente como los aspirantes a ocupar la Casa Blanca contra un presidente más que imprevisible. "Escogeremos la esperanza ante el miedo, los hechos ante la ficción. Estaré orgulloso de llevar la bandera de nuestro partido a las elecciones".
Trump contraataca en la ciudad natal de Biden
A diferencia de Biden, conocido por ganar en las distancias cortas, la campaña de Donald Trump está siendo más presencial. Horas antes del inicio de la Convención, Trump ha celebrado un acto en Scranton (Pensilvania), la localidad natal de su rival.
Desde allí ha advertido sobre los riesgos de la "pesadilla" que representa la idea de un sucesor que lleva "50 años" dañando al país. "Abandonó Pensilvania, pero pasó el último medio siglo en Washington, vendiendo nuestro país y destruyendo nuestros trabajos, dejando que otros países nos los roben", ha asegurado en un estado que le dio la victoria en 2016, pero donde una derrota bien podría costarle la Casa Blanca.
El republicano ha seguido muy de cerca los actos demócratas a pocos días de inagurar la convención de su partido. Su primera reacción esta noche, un tuit: "En 47 años, Joe no hizo ninguna de las cosas de las que habla. ¡Nunca cambiará, [son] solo palabras!".