El líder de la oposición en Rusia, Alexei Navalny, ha compartido este martes una fotografía desde el hospital Le Charité de Berlín a través de su perfil en la red social Instagram. Navalny aparece sentado en la cama y rodeado de su mujer, Yulia, su hija, Daria, y su hijo Zahkar. Acompaña la foto con un mensaje en el que explica que ya puede respirar por sí mismo, sin ayuda del respirador, después de haber sido presuntamente envenenado por el Gobierno ruso presidido por Vladimir Putin.
"Hola, soy Navalny. Les echo de menos a todos", ha escrito el político convaleciente a sus seguidores de Instagram. "Apenas puedo hacer nada, pero ayer pude respirar todo el día por mí mismo. Tal cual, por mí mismo".
Navalny regresará a Rusia en cuanto reciba el alta, ha explicado en Twitter Kira Yarmysh, directora de comunicación del FBK, partido político liderado por Navalny.
"Todos los periodistas me escriben esta mañana y me preguntan si es cierto que Alexei planea regresar a Rusia", introduce su respuesta Yarmysh. "Entiendo el motivo de la pregunta, pero sin embargo me resulta extraño que alguien pueda pensar de otra manera", explica la portavoz de Navalny. "Una vez más les confirmo a todos: nunca se han considerado otras opciones", concluye en su tuit para zanjar el asunto sobre el seguro regreso de Navalny a Rusia en cuanto se recupere del posible envenenamiento.
Historia de un presunto envenenamiento
Navalny sufrió un colapso durante un vuelo de Siberia a Moscú, lo que forzó un aterrizaje de emergencia en Omsk, donde recibió tratamiento en un hospital local.
Los médicos rusos que lo trataron aseguraron no haber encontrado rastros de envenenamiento y atribuyeron el colapso a problemas de metabolismo.
Posteriormente, por solicitud de la familia y de sus colaboradores, Navalny fue trasladado a Berlín, donde está siendo tratado en el hospital universitario de La Charité.
Ya los primeros exámenes realizados en ese centro médico mostraron indicios de envenenamiento por lo que se solicitó la cooperación de un laboratorio especializado del ejército alemán que confirmó la sospecha inicial. El lunes sendos laboratorios de Suecia y Francia confirmaron el envenenamiento del político.
Aunque el traslado de Navalny a Alemania fue el resultado de una iniciativa privada, el Gobierno alemán ha asumido parte de la información sobre el caso desde que se conoció el resultado de los exámenes en el laboratorio del ejército.
El G7 solicitó a Moscú que investigase de urgencia el posible envenenamiento de Navalny, pero Rusia se negó. El caso ha generado tensiones diplomáticas entre Berlín y Moscú que no descarta consecuencias en el proyectado gasoducto Nord-Stream2, que transportará gas ruso a Alemania.
En un principio Trump dudó que Rusia estuviera detrás del atentado contra Navalny al afirmar que no había visto "ninguna prueba" del envenenamiento, algo que el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, se encargó de desmentir.
El domingo tuvieron lugar las elecciones regionales en Rusia con el posible envenenamiento de Navalny como telón de fondo.