Pedro Sánchez tendrá que esperar al martes para ser investido presidente del Gobierno. Tal y como se esperaba, no ha superado la primera votación en el pleno de investidura para la que necesitaba una mayoría absoluta de 176 diputados y debe ir a una segunda votación, donde ya solo será necesaria una mayoría simple con más 'síes' que 'noes'.
El candidato socialista ha obtenido 166 votos a favor (PSOE, Unidas Podemos, PNV, Más País, Compromís, Nueva Canarias, Teruel Existe y el BNG), 165 votos en contra (PP, Vox, Ciudadanos, Junts per Catalunya, Navarra Suma, Foro Asturias, PRC, Coalición Canaria y CUP) y 18 abstenciones (ERC y EH Bildu). Ha faltado el voto de una diputada de Unidas Podemos por estar enferma. El pleno de investidura se reanuda el martes 7, a las 12:00, con la votación definitiva.
Termina con esta votación un atípico fin de semana parlamentario y en víspera de Reyes en el que se han vivido momentos más que broncos tras la intervención de la diputada de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, que se ha desarrollado entre gritos de "asesinos" y "terroristas" por parte de la bancada de PP, Vox y Ciudadanos, "vivas" al rey y a España gritados por Vox y proclamas de "viva la democracia" por parte de PSOE y Unidos Podemos. Aizpurua ha usado su turno de palabra para criticar la monarquía y denunciar la "represión" en el País Vasco, lo que ha causado la indignación y las protestas más airadas por parte del bloque de derechas.
Mientras hablaba Bildu algunos diputados de Vox, entre ellos su líder, Santiago Abascal, han abandonado el hemiciclo y otros le daban la espalda en señal de protesta, como el 'popular' Adolfo Suárez Illana.
Con interrupciones y gritos constantes, y petición de la palabra por parte de PP, Vox y Cs, la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, se ha visto obligada a intervenir para amparar el derecho a la libertad de expresión de la portavoz de EH-Bildu, en medio de la sonora protesta del bloque conservador.
El líder de la oposición, Pablo Casado, ha pedido intervenir para denunciar "la intervención más nauseabunda" e "infame" realizada en el hemiciclo y acusar a Sánchez de no defender ni a la Constitución ni a las víctimas del terrorismo.
El presidente en funciones, que no ha querido entrar en la polémica con Bildu, se ha defendido de los duros ataques recordando que fue el PSOE quien acabó con la banda terrorista y ha arremetido contra "la derecha y la ultraderecha", a los que "no les duele España" sino que "les duele no gobernar España y ese dolor se les hace insoportable". Ha insistido en que todos los escaños son "legítimos".
Su portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, ha ido más allá para decir que la derecha "sigue sin rechazar el franquismo y se comporta casi como tal".
El Congreso, pendiente de una segunda votación más que ajustada
Pasada la tensa intervención de Bildu y el turno del Grupo Mixto (UPN, Foro Asturias y CUP) y del Grupo Parlamentario Socialista, han arrancado unas votaciones, públicas y por llamamiento, que estaban ya cerradas y pactadas con un solo cambio que se anunció este sábado, el de la diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, que ha pasado de la abstención al 'no', saltándose la disciplina de partido. No ha habido sorpresas.
En 48 horas Sánchez volverá a someterse a una votación que, si se repite, hará prosperar una investidura de la que saldrá el primer gobierno en coalición de la actual democracia junto a Unidas Podemos con Pablo Iglesias como uno de los vicepresidentes del Gobierno.
Será, eso sí, una votación más que ajustada y de infarto, lo que ha hecho planear la sombra del 'tamayazo', en referencia al cambio de voto de última hora de dos diputados socialistas en la Asamblea de Madrid que hizo fracasar la Presidencia del entonces candidato Rafael Simancas, un recuerdo fatídico para el PSOE del que ni quiere oír hablar.
Ciudadanos ha pedido directamente durante el pleno a un diputado "valiente" del PSOE que rompa la disciplina de voto para que la votación no salga adelante, mientras que el diputado de Teruel Existe, Tomás Guitarte, ha denunciado una "presión tremenda" para no apoyar la investidura.
El diputado de ERC, Gabriel Rufián, ha dicho este domingo a su salida del Congreso que espera que no se produzca 'tamayazo' alguno: "De la derecha lo espero todo".
La vicepresidenta en funciones, Carmen Calvo, ha dicho, convencida, que en el grupo socialista "está muy claro que no se va a aceptar ningún tipo de presión".
Sánchez: "Coalición progresista frente al apocalipsis"
Si no hay sorpresas y Sánchez es investido, el socialista formará un gobierno de coalición al que ha pedido "moderación y progreso"- Pablo Iglesias ha asentido las palabras del candidato desde su escaño- y que ha presentando como el "mejor antídoto contra la coalición del apocalipsis".
"Frente al insulto, la mesura; frente al acoso, la templanza y frente a la amenaza, el respeto y la voluntad de diálogo será la mejor reivindicación de la mejor política", ha aseverado Sánchez, que ha salido del Congreso convencido de que será investido el martes: "Claro, hombre", ha dicho a los periodistas.
Una vez pase el pleno del martes, y si se cumple el guión previsto, Sánchez dará desvelará quienes conformarán su Consejo de Ministros. Podemos sigue dando el nombre de los ministros y este sábado ha confirmado al coordinador general de IU, Alberto Garzón, como ministro de Consumo; y al sociólogo Manuel Castells como titular de Universidades, que se unirían a los ya confirmados por fuentes de la formación 'morada': la vicepresidencia para Iglesias, estarían Irene Montero como ministra de Igualdad, Yolanda Díaz en Trabajo
El miércoles 8 Sánchez podría jurar el cargo ante el rey y el nuevo Gobierno de coalición, celebrar su primer Consejo de Ministros el viernes 10 de enero, con la primera fotografía tradicional en la escalinata de La Moncloa.