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Elecciones generales 2019

Pablo Casado, un aznarista que aspira a ganar incluso perdiendo

  • El candidato del PP a la Moncloa, el más joven en la historia del partido, plantea las elecciones generales como un plebiscito

JOSÉ Á. CARPIO
3 min.

BIOGRAFÍA

Lugar y fecha de nacimiento: Palencia, 1981

Formación: Licenciado en Derecho, Administración y Dirección de Empresas

Años en política: En el PP desde 2003, ejerciendo cargos públicos desde 2007, preside el PP desde julio de 2008

Hace menos de un año, Pablo Casado Blanco era un candidato inesperado en la histórica carrera por la sucesión de Mariano Rajoy, sobrevenida tras la moción de censura que acabó con su Gobierno. Un joven de 37 años que había medrado de la mano de Dolores de Cospedal para ser la cara nueva del PP ante los medios en una época tempestuosa por la corrupción. Joven, con dos hijos pequeños, era diputado por Ávila y un prometedor aspirante, quizá al Ayuntamiento de Madrid, quizá a presidir la Comunidad.

Contra pronóstico, se impuso primero a Cospedal y a Soraya Sáenz de Santamaría, después, para convertirse en el aspirante a la Moncloa más joven de la historia del partido. La prometida integración de entonces se ha convertido en la rápida forja de un partido a la medida del líder, de inspiración aznarista -fue jefe de gabinete de José María Aznar-, sin apenas rastro actual de "marianistas" o "sorayistas", de marcada ideología liberal y conservadora.

Con el desafío de desalojar a Pedro Sánchez del Gobierno y una vez superada su primera crisis política por su postgrado en la Universidad Rey Juan Carlos, Casado está lanzado en una frenética carrera hacia la meta del 28-A, plagada de actos y presencia en los medios, lanzado a recuperar los votos perdidos en los últimos años hacia Ciudadanos y Vox, lo que incluye peticiones a estos partidos para presentarse en coalición o, directamente, no concurrir en aras al "voto útil", que será, como en 2016, su mantra electoral .

Prometió "conectar con la España de las banderas y los balcones", en abierta confrontación con Pedro Sánchez y el independentismo catalán, esgrimiendo la aplicación inmediata del artículo 155, pero también con propuestas contra el aborto, enmendando al feminismo "colectivista" y enarbolando una "bajada masiva" de impuestos, y de paso tendiendo la mano a Ciudadanos y su líder, incluyendo llamativas ofertas de ministerios, y apelaciones mutuas a unir fuerzas para vencer al rival común.

Después de, como dijo, "partirse la cara" defendiendo al PP de Rajoy, ahora afronta la carrera electoral como un "cara a cara" con Sánchez para llegar al más difícil todavía, conquistar el Gobierno con el que podría ser el resultado más pobre de la historia del PP desde los ochenta. Ya ha pasado, se conoce como "gobierno a la andaluza".

Pablo Casado, en tres frases

"El 28 de abril el referéndum ya está convocado: los españoles pueden votar si quieren a Sánchez con Torra,Otegi e Iglesias en La Moncloa o si quieren la alternativa del PP".

"Estoy orgulloso del pasado de mi partido; es compatible con la ambición de futuro, hacer las cosas mejor y recuperar una política sin complejos para reivindicar nuestros principios y valores. Nos jugamos España".

"Los que se manifestaron juntos en Colón quieren es que vayamos a las urnas juntos".

Expectativas electorales

Ninguna encuesta da al PP, el partido con mayor representación en el Congreso, como ganador, y todos los resultados apuntan a una histórica pérdida de poder desde los 137 escaños con los que parte. La encuesta preelectoral del CIS le augura un 17,2% de estimación de voto, entre 66 y 76 escaños, casi la mitad de lo que atribuye al PSOE.

Y, sin embargo, Casado podría llegar a presidir el Gobierno si los números junto a Ciudadanos y Vox dan para repetir la fórmula que en Andalucía acabó con casi cuatro décadas de poder del PSOE. El llamado voto útil y el rendimiento de los votos en las provincias pequeñas serán fundamentales.

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