Las fuerzas de seguridad de Ucrania han anunciado este miércoles una operación “antiterrorista” en todo el territorio nacional tras el estallido el martes de los violentos disturbios en los que han muerto al menos 26 personas, entre ellos, 10 policías. Tras esta decisión, el presidente ha cambiado al jefe del Ejército del país. Mientras, los opositores que ocupan la Plaza de la Independencia, en el centro de Kiev, mantienen sus posiciones este miércoles, después de la jornada del martes, la más sangrienta hasta la fecha en la crisis política.
El Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) ha anunciado este miércoles el lanzamiento de una operación "antiterrorista" en todo el país contra los grupos radicales a los que consideran responsable del resurgimiento de la violencia.
"Los extremistas y los grupos radicales amenazan la vida de millones de ucranianos", ha apuntado el SBU en un comunicado. " Los servicios de seguridad han decidido lanzar en territorio ucraniano una operación antiterrorista", informa AFP. "Ya he informado al presidente sobre la decisión", ha añadido Alexandr Yakimenko, jefe del Servicio de Seguridad, según Efe.
Yakimenko ha justificado esta decisión por "la escalada de la confrontación violenta y el empleo masivo de armas de fuego por parte de grupos extremistas". "En muchas regiones del país (los extremistas) toman sedes de los edificios gubernamentales, comisarias de policía, oficinas de los servicios de seguridad, Fiscalías, unidades militares y arsenales", ha añadido.
Horas después, el presidente Yanukóvich ha nombrado Jefe de Estado Mayor a Yuri Ilyin, antiguo jefe de la Armada ucraniana, en sustitución de Volodymyr Zamana, de acuerdo con el texto de un decreto publicado en la página web de la presidencia, aunque no da ninguna razón que lo ha motivado, apunta la misma AFP.
Los manifestantes se atrincheran en la plaza
Mientras, en la plaza de la Independencia, epicentro de la protesta contra el presidente han continuado los incendios en algunos edificios y en las barricadas, aunque a lo largo de la tarde la tensión ha aminorado.
Según informaba desde el lugar el enviado especial de TVE, Carlos Franganillo, por la mañana los manifestantes han lanzado adoquines y cócteles molotov contra los antidisturbios (llamados Berkut en ucraniano), a lo que estos han respondido con gases lacrimógenos y pelotas de goma, e intentan apagar las barricadas con cañones de agua.
Sin embargo, el nivel de enfrentamiento no ha llegado al que se produjo el martes. Durante la tarde, el Ministerio de Sanidad han actualizado los datos de fallecidos en esa jornada, elevándolo a 26, entre ellos, 10 policías, 15 manifestantes y el periodista Viacheslav Vereméi, redactor del periódico local Vesti, que murió de un disparo a bocajarro cuando un grupo de radicales le sacó de su vehículo. Además, centenares de personas han resultado heridas, más de 70 de ellas agentes de Policía.
Gobierno y oposición fracasan en las negociaciones
Mientras tanto, el presidente del país y los líderes de la oposición han fracasado en su intención de alcanzar una solución pacífica en conversaciones celebradas durante la madrugada. "Por desgracia, no traigo nada bueno de las negociaciones", ha declarado Vitaly Klitschkó, dirigente del partido opositor UDAR, al abandonar la mesa negociadora.
Klitschkó ha explicado que Yanukóvich ha pedido como condición la evacuación incondicional de la Plaza de la Independencia. Posteriormente, en una entrevista con el diario alemán Bild, el líder de UDAR ha especificado sus propias exigencias. "Nuestra demanda es clara: el despliegue de la Policía contra los manifestantes deben cesar inmediatamente para las negociaciones", ha declarado.
Por su parte, Yanukóvich ha acusado a la oposición de un "intento de toma del control" institucional y les ha instado a separarse del radicalismo de los manifestantes para seguir negociando. "Los líderes de la oposición han dejado de lado el principio de la democracia que consiste en que el poder se obtiene después de las elecciones y no en la calle (...) Han cruzado la línea al llamar a la gente a tomar las armas", dijo Yanúkovich el martes. "Esto es una violación flagrante de la ley y los responsables comparezcan ante la justicia", ha sentenciado.
Entre las llamadas al diálogo destacan la de uno de los ucranianos más conocidos y respetados en el mundo. El exsaltador de pértiga y plusmarquista olímpico Sergey Bubka, presidente del Comité Olímpico de su país, ha pedido una tregua desde Sochi, donde se encuentra con motivo de los Juegos de Invierno. "Quiero llevar la tregua olímpica a mi país", ha dicho Bubka en Twitter. "El diálogo es poder, la violencia es debilidad".
Yanukóvich destituye al jefe del Estado Mayor
Dentro del Gobierno, Yanukóvich, ha decidido destituir al jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Vladímir Zaman, tras la afirmación del Ministerio de Defensa sobre la posible participación del Ejército en las acciones para poner fin a los disturbios en el país. Según ha informado la Presidencia en un comunicado, a Zaman le sustituirá en el cargo Yuri Ilín, hasta ahora jefe de la Armada ucraniana.
La destitución se ha hecho pública horas después de que Zaman negara la movilización de las tropas para poner fin a los desórdenes. "Zaman es un oficial que nunca aceptaría convertir a los soldados en policías que, en vez de proteger al pueblo de un enemigo exterior, protegería al poder de su propio pueblo", ha dicho Anatoli Gritsenko, exministro de Defensa ucraniano.
A diferencia de Zaman, el nuevo jefe del Estado Mayor, "sí cumple las órdenes", ha agregado Gritsenko, según informa el diario digital Ukraínskaya Pravda que también explica que ha insistido en que, a la vista de los nuevos objetivos, "el Ejército necesita un nuevo jefe militar".
El Ministerio de Defensa de Ucrania ha dejado entrever la posibilidad cierta de que los soldados del Ejército participen en la operación antiterrorista en virtud de la la Ley sobre Terrorismo que permite que los soldados pueden emplear armas de fuego, practicar detenciones, interrumpir el tráfico y el acceso de viandantes a ciertas zonas, y el registro de documentos.
La protesta se extiende en el oeste
Las protestas antigubernamentales se han propagado también al oeste del país, donde grupos de manifestantes asaltan sedes de administraciones locales y del Estado, y queman coches policiales.
Según la prensa local, citada por la agencia Efe, miles de manifestantes asaltaron esta madrugada un cuartel de las fuerzas de Interior en Lvov, bastión tradicional del nacionalismo ucraniano y anti-ruso. Los activistas irrumpieron en el cuartel y lanzaron cocteles Molotov prendiendo fuego a varias instalaciones en la zona, aunque la policía logró calmar a los asaltantes para impedir que éstos se hicieran con las armas almacenadas en la armería.
El comité opositor de la región de Lvov ha anunciado una movilización general de voluntarios para desplazarse a Kiev. Según los medios locales, la oposición ha hecho llamamientos similares en otras ciudades occidentales como Odessa, Rovno, Ivano-Frankivsk y Úzhgorod.
En la ciudad de Ternópol, los manifestantes incendiaron una comisaría de la policía, mientras que en la ciudad de Ivano-Frankivsk, los edificios de la Fiscalía y del Comité de Seguridad de Ucrania fueron ocupadas por activistas opositores. Por otra parte, en Rovno, los manifestantes se apoderaron de la base de las fuerzas antidisturbios, expulsaron del edificio a los agentes y bloquearon con barricadas el centro de la ciudad.
Inquietud internacional
La explosión de violencia en Ucrania ha aumentado la inquietud en la Unión Europea y Estados Unidos que instan al diálogo y el cese de los enfrentamientos. La UE ha amenazado también con imponer sanciones.
La crisis política estalló en Ucrania a finales de noviembre del año pasado, en el marco de la negociación de un acuerdo de asociación con la Unión Europea, que finalmente el presidente, Víktor Yanúkovich, no firmó. En su lugar, el presidente recibió un préstamo de Rusia.
Para intentar acabar con la crisis, el primer ministro, Mykola Azárov, dimitió y el Parlamento aprobó una amnistía para todos los imputados por desórdenes callejeros. Las oposición, sin embargo, reclama la convocatoria de elecciones anticipadas, tanto presidenciales como legislativas, y la vuelta a la Constitución de 2004, menos presidencialista.