El presidente de Ucrania, Víktor Yanukóvich, apoyará la celebración de un referéndum "sobre los asuntos más sensibles" para los ucranianos, como por ejemplo la reforma de la Constitución y el modelo de Estado, si los ciudadanos recogen las firmas necesarias para poner en marcha una iniciativa popular.
"No lo puedo prohibir, cuando la gente empiece a unirse, crear grupos de iniciativa y recoger firmas", ha dicho el líder ucraniano en una entrevista emitida anoche por el canal de televisión local Inter.
Sin embargo, el propio Yanukóvich cree que "no es el momento" para avanzar hacia un modelo territorial de federación, una cuestión que ha resurgido con renovada fuerza en las últimas semanas como posible solución a la histórica división del país entre el oeste europeísta y el este industrial, más proclive a la cooperación con Rusia.
"Es una idea que desde hace tiempo recorre los pasillos, tanto en la política como en la sociedad. Pero ahora no es el momento. (...) Es una cuestión que debe ser estudiada y sopesada", ha apuntado el presidente ucraniano.
"Me han empujado" a usar la fuerza
Por otra parte, Yanukóvich ha insistido en que no prevé ninguna medida de fuerza para resolver la prolongada crisis política y social que se ha instalado hace casi tres meses en Ucrania, después de que el Gobierno de este país aplazara la firma del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea.
"Quiero decir que me han empujado y me empujan hacia el uso de esos medios (...) pero no quiero ir a la guerra. (...) Quiero conservar el Estado y restablecer un desarrollo estable. Es mi objetivo. Y todo lo que estamos haciendo ahora lo hacemos para restablecer la paz en el país", ha apuntado.
La actual crisis en Ucrania se desató a finales de noviembre pasado después de que Yanukóvich aplazara la firma del Acuerdo de Asociación negociado con la Unión Europea.
Dos meses más tarde, con el centro de Kiev tomado permanentemente por miles de manifestantes opositores, el Gobierno aprobó un paquete de leyes represivas que fue respondido con violencia por los manifestantes más radicales, que se enfrentaron a la policía antidisturbios.
Seis personas murieron en los choques y centenares resultaron heridos, a lo que siguió un proceso de negociaciones entre las autoridades y la oposición que cristalizó en la dimisión del Gobierno del primer ministro Mikola Azárov y revocación de las polémicas leyes.