La pereza es uno de los obstáculos más comunes al intentar alcanzar algún objetivo. A menudo se manifiesta con frases como “mañana empiezo” o “cuando tenga más tiempo ya lo haré”. La realidad es que, en muchos casos, ese día nunca llega. La psicóloga Patricia Ramírez, en el programa ‘Para todos la 2’, te ofrece cinco estrategias clave para superar esta barrera y lograr todas tus metas.
1. Identifica la raíz de tu pereza
El primer paso es la autorreflexión. ¿Qué origina esa pereza? Puede ser miedo al fracaso, falta de dirección, o agotamiento. Reconocer tu problema es esencial para que apliques la estrategia adecuada.
A menudo, la falta de ganas surge de una combinación de factores emocionales y hábitos ineficaces. En otros, la ausencia de un propósito claro es lo que crea pereza. No saber el porqué de nuestras acciones dificulta la motivación. De manera similar, el temor al fracaso puede llevar a la procrastinación, por miedo a hacerlo mal o a no estar a la altura.
2. No esperes, hazlo
No esperes a que las ganas aparezcan espontáneamente. Hay que actuar primero. La motivación vendrá después de empezar. A veces, es necesario hacerlo incluso sin energía. Una vez comiences un hábito, la sensación de logro hará que te resulte más fácil continuar.

Una chica corriendo con sus amigas Getty Image / Jordi Salas
3. Asocia un hábito con tu rutina
Nuestra fuerza de voluntad es limitada, pero hay ciertos hábitos que ya los tenemos bien establecidos y realizarlos es automático. Puedes vincular una nueva acción a una tarea que ya haces habitualmente. Por ejemplo, después de cepillarte los dientes, dedica diez minutos a estiramientos, o antes del desayuno, escribe tres cosas por las que estás agradecido.
4. Facilítate las tareas
Puedes ayudarte diseñando un entorno favorable al nuevo hábito que quieras crear. Por ejemplo, si quieres leer más, deja el libro a la vista y al alcance de la mano. Si quieres hacer ejercicio, prepara la ropa deportiva la noche anterior y déjala en un lugar visible. Eliminar distracciones, como apagar el televisor o silenciar las notificaciones del móvil, también es fundamental para mantener este enfoque.
5. Transforma tu diálogo interno
Las palabras que te dices a ti mismo influyen en tu realidad. Frases como “estoy demasiado cansado” o “no tengo ganas, ya mañana” refuerzan la pereza. La psicóloga anima a sustituir este tipo de pensamientos auto saboteadores por algo más sutil. Un ejemplo sería, decirte “voy a hacerlo aunque no tenga ganas” u “hoy es el mejor día para empezar”.
Así que date valor a ti mismo por cada uno de tus avances, por pequeños que sean. El refuerzo positivo es muy importante para consolidar hábitos. Utiliza frases motivadoras, registra tus progresos o concédete pequeñas recompensas. ¡Ya casi lo tienes!