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Los niños de ojos negros, uno de los misterios más escalofriantes del siglo XXI

Rne Audio Terror en blanco
  • Terror en blanco nos habla del origen de esta leyenda nacida en Texas

  • El investigador Álvaro Martín nos ayuda a descifrar el enigma de estas inquietantes figuras infantiles

Los niños de ojos negros producen fenómenos extraños a las personas que les miran a la cara.
JAVIER BASTIDA
Tiempo de lectura 6 min.

Imagina estar solo en casa por la noche, cuando un golpe en la puerta rompe el silencio. Al asomarte, ves a dos niños pequeños con la cabeza gacha. Hasta aquí podría parecer una escena común. Pero entonces levantan la mirada y sus ojos completamente negros te hacen sentir un escalofrío. Sin iris, sin pupilas, solo un abismo oscuro que transmite un vacío inquietante.

Esta no es una historia aislada. A lo largo de los años, cientos de personas en distintos países han asegurado haber vivido encuentros similares con estos enigmáticos niños de ojos negros. Quienes han afirmado encontrarse con ellos describen una sensación inmediata de pánico, parálisis e incluso mareo. Su presencia no solo causa miedo, sino una extraña inquietud, como si algo en ellos fuera profundamente antinatural.

En el podcast Terror en blanco de RNE Audio el investigador Álvaro Martín nos habla sobre el misterio que hay detrás de estos niños siniestros y sus ojos negros.

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Terror en blanco - Los niños de ojos negros

El origen de este misterio se remonta a 1996

El misterio de los niños de ojos negros tiene su origen en una historia que se convirtió en una de las leyendas urbanas más inquietantes del siglo XXI. Todo comenzó en 1996, cuando el periodista Brian Bethel relató un encuentro que marcaría su vida para siempre.

Bethel se encontraba en su coche en la localidad de Abilene, Texas, cuando escuchó unos golpes en la ventanilla. Al girarse, vio a dos niños pequeños de pie junto a su vehículo.

Fue entonces cuando los miró directamente y sintió un terror absoluto: sus ojos eran completamente negros, sin iris ni pupilas, solo dos huecos oscuros y brillantes. La sensación de peligro fue inmediata. Sin pensarlo, subió la ventanilla, arrancó el coche y huyó sin mirar atrás.

Años después, Bethel contó su historia en los medios de comunicación. Con el tiempo, comenzaron a surgir más testimonios de personas que afirmaban haber vivido experiencias similares en diferentes partes del mundo.

El caso de Vermont

Uno de los testimonios más impactantes ocurrió en 2010 en una zona rural de Vermont, Estados Unidos.

Era invierno, en plena madrugada, cuando un matrimonio escuchó golpes en su puerta. Al abrir, vieron a dos niños de pie en medio de una fuerte nevada. Pedían entrar con la excusa de que sus padres estaban en camino y que solo necesitaban resguardarse un momento.

A pesar de la extrañeza de la situación, la pareja accedió. Sin embargo, desde el instante en que los niños entraron, todo comenzó a sentirse extraño. Su gato, normalmente tranquilo, reaccionó con una inquietud inusual, erizado y sin apartar la mirada de los pequeños. Los niños apenas hablaban, evitaban el contacto visual y se mantenían con la cabeza gacha.

Cuando finalmente pidieron ir al baño, el matrimonio aprovechó para comentar lo raro que les resultaba todo y se percataron de un detalle aterrador: los niños tenían dos ojos completamente negros.

En ese instante, las luces de la casa comenzaron a parpadear. El hombre de la casa empezó a sentirse mal, con una sensación de mareo. De repente, los niños regresaron y anunciaron que sus padres ya habían llegado.

Salieron de la casa sin despedirse. La mujer, desconcertada, miró hacia el camino y vio un coche detenido. Al lado del vehículo, dos figuras altas y delgadas esperaban en la oscuridad. Al intentar saludarlos, no recibió respuesta. Sin más, los niños se subieron al coche y desaparecieron.

Lo más inquietante ocurrió después. En los días siguientes, la electricidad de la casa siguió fallando, las mascotas enfermaron y el marido comenzó a deteriorarse físicamente hasta ser diagnosticado con un cáncer pese a haber estado sano hasta entonces.

¿Quiénes son los niños de ojos negros?

Para algunos investigadores, su existencia podría estar vinculada con lo que se conoce como entidades de sombras. Se cree que se alimentan del terror de sus testigos y que, de alguna forma, parecen sentirse cómodas en un ambiente oscuro.

Una de las hipótesis que más ha circulado es que podrían tratarse de espíritus errantes, almas de niños fallecidos.

Otra posibilidad es que sean extraterrestres o entidades interdimensionales que adoptan la apariencia de niños para ganarse la confianza de las personas.

Por otro lado, desde una perspectiva más espiritual y religiosa, hay quienes creen que podrían ser manifestaciones demoníacas, ya que piensan que el demonio siempre engaña para entrar. Es decir, necesita disfrazarse para hacer el mal.

Y lo cierto es que en los relatos que hemos conocido estos seres siempre piden permiso antes de cruzar el umbral de una casa o un coche.

Su conexión con Slenderman

Los niños de ojos negros tienen ciertas similitudes con una figura de la mitología moderna: Slenderman. Este personaje nació en un foro de internet en 2009 como parte de un ejercicio creativo, acompañado de imágenes trucadas que mostraban a una criatura alta, delgada y sin rostro, vestida con traje.

En la historia ficticia, Slenderman era un ser que secuestraba niños. Lo sorprendente es que, con el tiempo, el personaje trascendió el foro y empezaron a surgir testimonios de personas que aseguraban haberlo visto o incluso haber tenido encuentros con algo similar.

El caso de los niños de ojos negros sigue un patrón parecido. Lo que comenzó como un relato aislado en los años 90 fue extendiéndose hasta convertirse en un fenómeno global.

¿Qué esconde Cannock Chase?

En Reino Unido, uno de los epicentros de estas apariciones es Cannock Chase, un bosque en el condado de Staffordshire que se ha convertido en un punto de referencia para los amantes de lo paranormal. Lee Brickley es un experto local que ha dedicado años a estudiar los misterios de Cannock Chase.

El británico no solo ha documentado numerosos casos, sino que descubrió que incluso dentro de su propia familia había personas que afirmaban haber visto a estos niños.

Uno de los relatos más impactantes ocurrió en verano de 1982, cuando la tía de Brickley fue con sus amigos al bosque. Todo transcurría con normalidad hasta que, de repente, escuchó gritos infantiles que parecían pedir ayuda.

Siguiendo la dirección del sonido, llegó hasta un sendero de tierra y divisó a una niña con un vestido claro a lo lejos.

Cuando la joven se acercó, la niña se quedó quieta, esperando. Pero en el momento en que sus miradas se cruzaron, la adolescente sintió un escalofrío recorrer su cuerpo: la niña tenía los ojos como dos pozos oscuros. Antes de poder reaccionar, la figura infantil se dio la vuelta y salió corriendo, desapareciendo entre los arbustos.

Convencida de que se trataba de una niña en apuros, la joven llamó a la policía, pero tras una batida por el bosque, no encontraron rastro de nadie.

Este episodio resultó aún más inquietante cuando se recordó que Cannock Chase había sido escenario de los crímenes de Raymond Morris, un asesino en serie que en los años 60 asesinó a varias niñas en la zona.

Lo más sorprendente de todo es que en 2023, utilizando un dron para fotografiar el bosque, se capturó una imagen que dejó a todos sin palabras: en una de las fotos, se distinguía claramente la silueta de una niña, solitaria y observando a la cámara desde la espesura del bosque.