Es una de las piezas de bollería por excelencia. Su fama es mundial. Nunca falta en los desayunos, ni en las meriendas y para muchos tampoco falla como broche final de una buena comida. Dulce o salado, solo o relleno; por la mañana, por la tarde o incluso por la noche, pocas personas se resisten a disfrutar de un buen cruasán.
Sin embargo, lograr ese punto crujiente por fuera y a la vez jugoso por dentro que tanto les caracteriza, no es nada sencillo. Requiere mucha maña y también bastante tiempo. La práctica hace el maestro y el maestro, en este caso, hornea una perfección que tiene forma de media luna. Y si no que se lo digan a María Lo.
La ganadora de Masterchef 10 se ha pasado cuatro días encerrada en su cocina, buscando la combinación ideal para conseguir unos cruasanes increíbles. Han sido muchas horas de aciertos y errores para alcanzar la mejor masa posible, pero ¿merece la pena tanto esfuerzo, o es más cómodo comprarlos en una buena confitería? ¿Podemos "sustituir" el antojo de cruasán por otro dulce hecho en casa? En Podría ser peor te damos todas las respuestas.

Podría ser peor - Cocina con María Lo: Todo sobre el cruasán
Disfrutar de un buen cruasán siempre merece la pena, eso es innegable, sin embargo, cocinarlo puede que no compense tanto. De hecho, según María Lo, se puede convertir en una auténtica desesperación.
La magia de esta pieza de bollería tradicional de la gastronomía francesa, reside en su masa, explica la chef gaditana, y elaborarla desde cero puede hasta "generar contracturas". "Hacer la masa es muy complicado. Se tiene que insistir mucho con el rodillo, por ejemplo. A mí incluso me ha salido una contractura", reconoce. Por eso, añade, "lo mejor es o bien optar por comprarlos, o bien cocinar otra receta más sencilla". Una receta, como las palmeritas de hojaldre y chocolate que nos ha dejado en el programa.
Ingredientes | Preparación |
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¿Cómo diferenciar un buen cruasán de uno regular o malo?
Aunque las palmeritas de chocolate de María Lo sean unos "sustitutos" ideales de los cruasanes, es cierto que habrá veces que el antojo sea más fuerte. Y en ese caso, será importante saciarlo de la mejor manera posible: comiendo uno que sea excelente.
Pero, ¿cómo saber que un cruasán es bueno? A veces, con un simple vistazo se puede comprobar. "Cuando se vea la superficie con muchísimas capas, significa que se ha hecho un muy buen laminado, que es la parte más complicada del cruasán. También debemos aseguramos de que esté bien tostadito por fuera", explica María Lo. "Esto es síntoma de que va a estar bueno", como también lo es su interior: "Otro tema importante es que tenga un interior alveolado. El que tenga mucho aire y mucha burbuja significa que ha tenido una buen fermentación".
Pero hay más trucos. Incluso el tacto nos puede revelar los secretos del cocinado. "Cuando notas que el peso del cruasán es liviano, seguramente su sabor sea excelente" apunta María Lo, que recuerda que el uso de una mantequilla de muy buena calidad, sobre todo si es superior al 84% de grasa, también augura un exquisito resultado final.