- 2 mitades de limón que tengas por la nevera (o 1 limón acabado de comprar)
- Sobras de pollo asado (o 1/2 pollo asado acabado de comprar, mejor si es pechuga)
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal
- Orégano
- Mayonesa (casera o de bote de buena calidad)
- Queso parmesano
- Leche entera
- Cogollos de lechuga
- Pimienta negra
- Cornflakes sin azúcar
| - Pon los limones en una sartén o parrilla bien caliente para que se tuesten, con la pulpa tocando la sartén.
- En un frasco, echa el juguito del pollo asado, un buen chorro de aceite de oliva virgen extra, un toque de sal y otro de orégano y 3 cucharadas de mayonesa de bote o casera. Ralla un montón de parmesano y ponlo dentro del bote, junto a un buen chorro de leche entera y el juguito de medio limón tostado. Prueba y, si hace falta, rectifica de sal o de limón. Si está demasiado espesa añade un poco de leche: tiene que quedar una salsa bastante líquida.
- Coge los cogollos y separa las hojitas con las manos, cortando el culo si hace falta. Coloca las hojas en un bol.
- Corta el pollo en trozos, sala y exprime un poco más de limón tostado. Añade un buen toque de pimienta negra, remueve y mézclalo con la lechuga.
- Vierte un chorro generoso de salsa sobre la lechuga y el pollo y remueve bien para que queden bien impregnados de salsa.
- Justo antes de servir, añade los cornflakes y mezcla bien. Sirve la ensalada en un plato y remata con lascas finitas de parmesano, unos cuantos cornflakes sin salsa y un toque de pimienta negra.
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