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El duelo de Ana Obregón

Araceli Galindo, psicóloga: "La tristeza de Ana representa todo el amor por su hijo"

RTVE.es
5 min.

"Se apagó mi luz". Esas fueron las primeras palabras de Ana Obregón tras la muerte de su hijo Áless en mayo de 2020. Desde entonces, la actriz y presentadora no ha dejado de pensar ni un solo instante en él. Y lo más llamativo, ha compartido en su cuenta de Instagram cada recuerdo, sentimiento, emoción... En estos meses hemos sido testigos de sus estados de ánimo, de sus caídas y de sus momentos de recuperación, de sus tristezas y miedos, de sus avances y esperanzas.

Parece que Ana ha encontrado una vía de escape en las redes sociales para exprearse en ellas con total sinceridad. Su dolor no desaparece a pesar del paso del tiempo. Ana Obregón no consigue levantar cabeza. Según Araceli Galindo Laguna, psicóloga clínica especialista en duelo y cofundadora de Vida y pérdida, "tras la muerte de un hijo se aprende a vivir de nuevo, uno nunca vuelve a ser el mismo, es un camino de regeneración y reconstrucción, difícil y muy doloroso, pero posible".

Galindo asegura que cada duelo es único y que, aunque se pueden diferenciar ciertas fases generales, cada uno lo vive a su manera: "Al principio se viven momentos de shock, incredulidad e irrealidad. Se tiene la sensación de estar viviendo una película que no va con uno". A medida que la realidad de la pérdida se impone, "afloran emociones más profundas como la tristeza, la rabia, a veces la culpa, que se viven de forma más constante".

"Más adelante, y según cómo cada uno va dando cabida a lo que vive, se comienza un proceso de aprendizaje, de volver a vivir, no solo sobrevivir. Uno comienza a dar espacio a ese dolor haciendo posible el recuerdo", apunta. Finalmente, a medida que el amor va trasformado al dolor, se puede vivir un momento de crecimiento en el que muchos padres y madres aseguran sentirse vivos de nuevo.

Ana Obregón con su hijo Álex Lequio Europa Press

Las redes sociales, reflejo de su dolor

A lo largo de estos meses hemos leído frases impactantes en los posts que escribe Anaimágenes de su hijo acompañadas de palabras tan demoledoras como "perder un hijo es morir y tener la obligación de vivir", "Tu madre, que jamás aceptará tu partida", "Mi único esbozo de sonrisa es saber que cada día que pasa es un día menos para estar juntos".

Según la doctora Galindo, "Ana Obregón está pasando el momento más doloroso que una persona pueda vivir y, ante ello, respira y camina como puede. Sin duda, ella piensa y siente en voz alta su dolor, expresar el dolor ayuda". En estas circunstancias, "es natural no sentirse vinculado con la vida. Perder a un hijo es algo incomprensible, un hecho antinatural, nunca se está preparado para ello. Una parte de uno mismo muere y la vida nunca vuelve a ser igual, uno no vuelve a ser igual. Eso no significa que no pueda volver a disfrutar de la vida, pero en estos momentos en los que se encuentra, es impensable plantearse otra cosa", opina.

Ana Obregón y su hijo Álex Lequio en la playa Europa Press

La realidad es que la tristeza invade su ánimo y cada persona lo lleva de manera diferente. "Ahora todo es ausencia y dolor, y por eso hay tristeza y esa tristeza representa todo el amor por su hijo. Está acogiendo su dolor y cuando este dé paso a otras sensaciones, podrá encontrar a su hijo de otra manera. Este camino hacia el reencuentro es un proceso de reconstrucción, un trabajo que requiere de tiempo. Cada cual tiene su ritmo y debe también aprender a aceptarlo", señala.

Ana Obregón con su hijo Álex Lequio Europa Press

La fama y el duelo

Pero... ¿ha afectado de alguna manera a su duelo el hecho de ser un personaje público? "Creo que Ana Obregón es una persona que preserva muy bien su intimidad y eso es muy importante en estos momentos. Se ha ganado el cariño y respeto de la mayoría de los españoles, también desde los medios de comunicación, pero el hecho de estar tan expuesta puede resultar difícil en algunos momentos si la repercusión mediática le impone un ritmo en su proceso diferente al que necesite", explica Galindo.

Pero no todo es malo. El apoyo de la gente puede ayudar a su recuperación: "Bien dosificada, la cercanía de todas las personas que aún sin conocerla personalmente la admiran, le puede ayudar. Sentir la comprensión de los demás y recibir el cariño hacia su hijo de forma pública puede ser reconfortante". Y añade que puede ser un apoyo para otros que hayan pasado por un episodio trágico similar. "La manera de compartir en Instagram o su gesto el mismo día de las campanadas, con el beso que lanzó al cielo para su hijo, ese recuerdo y esa presencia, probablemente estará siendo un reflejo de comprensión y acompañamiento para muchas madres y padres que están experimentando esa vivencia", asegura. Algo que también puede ayudar a la actriz, ya que es "una forma de dar sentido o consuelo al dolor".

Ana Obregón se emociona recordando a su hijo Aless

Consejos para salir adelante

La psicóloga especialista en duelos señala que, para salir adelante en estos casos, no hay que tener prisa. "Poco a poco, día a día y paso a paso haciendo un trabajo interior de reconstrucción, sin exigirse estar mejor de lo que se está, pasando cada día como uno pueda y, a la vez, con un esfuerzo incalculable", afirma. "Es importante permitirse el dolor, llorar, patalear, doler", añade.

Para los seres queridos que quieren ayudar en la recuperación, recalca que es clave no imponer, ni aconsejar, si no "preguntar a la persona por lo que quiere o necesita y escuchar, escuchar, escuchar". Además, "ser comprensivos, dar espacio y tiempo para el dolor, estar cerca y disponible permitiendo que la persona lleve su propio ritmo de adaptación al mundo exterior", concluye.

Ana Obregón visita la tumbra de su hijo en su cumpleaños EUROPAPRESS

Ana Obregón en el funeral de su hijo Álex Lequio cropper

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