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Netanyahu recrudece la tensión dentro de Israel al anunciar que despedirá al jefe de la agencia de inteligencia interior

  • El anuncio del mandatario se produce cuando el Shin Bet investiga a miembros de su Gobierno por sus vínculos con Catar

  • Las conversaciones entre Hamás e Israel continúan todavía sin un acuerdo sobre el inicio de la segunda fase de la tregua

Netanyahu recrudece las tensiones internas en Israel al anunciar que despedirá al jefe de la inteligencia interior israelí
MARTA REY
Tiempo de lectura 8 min.

El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, ha abierto una nueva crisis interna en el país que lidera al anunciar el domingo su intención de prescindir del director del Shin Bet —el servicio interior de inteligencia israelí—, Ronen Bar, justo cuando la agencia investiga al entorno del mandatario por su posible implicación en el escándalo conocido como 'Catargate'. El anuncio ha sido aplaudido por los socios ultraderechistas del Ejecutivo, pero muy criticada tanto por la Fiscalía como por la oposición, que este lunes ha pedido al Tribunal Supremo bloquear el despido.

Además, están previstas varias manifestaciones —convocadas por el movimiento antigubernamental Banderas Negras— a lo largo de la semana contra la destitución de Bar, que se votará entre el martes y el miércoles por el Gobierno. Mientras tanto, los ataques israelíes en Gaza continúan pese a la tregua acordada con Hamás, cuya segunda fase está todavía en fase de negociación.

"Siento una desconfianza constante hacia el jefe del Shin Bet [...] que ha crecido con el tiempo", afirmó Netanyahu el domingo en un mensaje en vídeo en el que resaltaba la importancia de que el primer ministro confiara en el jefe de la inteligencia israelí en mitad de la actual guerra "en seis frentes". La destitución de Bar, aseguró, es "necesaria" para alcanzar los "objetivos de guerra y para prevenir el próximo desastre".

Tras el anuncio de Netanyahu, Bar publicó un extenso comunicado en el que afirmaba que "la expectativa de lealtad personal" de Netanyahu era "errónea" y afirmaba que el deber de confianza del jefe del Shin Bet es "ante todo, hacia los ciudadanos israelíes". Bar fue nombrado jefe del servicio en 2021 por el entonces primer ministro, Naftali Bennett, para un mandato de cinco años, aunque el Gobierno tiene potestad para poner fin a su mandato y nombrar a un sustituto.

En la misma línea se ha pronunciado la fiscal general israelí, Gali Baharav-Miara, que denuncia un acto "sin precedentes" —hasta la fecha, ningún director de esta agencia había sido despedido— y teme que el proceso pueda estar "viciado por la ilegalidad y el conflicto de intereses". Recuerda que la dirección del Shin Bet "no es un cargo de confianza personal al servicio del primer ministro" y advierte de que no podrá echarle sin revisar "los fundamentos fácticos y jurídicos" que fundamentan la decisión.

Netanyahu, por su parte, ha tildado las palabras de la fiscal de "peligrosa traición" y de "intento de usurpar al Gobierno". "Su intento de asumir la discreción del Gobierno en materia de seguridad en tiempos de guerra y bajo el pretexto de asesoramiento jurídico es una traición peligrosa —y no la primera— a la autoridad expresa del Gobierno", afirma el mandatario en una carta enviada a Baharav-Miara.

La investigación que salpica al entorno de Netanyahu

El líder de la oposición, Yair Lapid, ha anunciado este lunes que pedirá al Supremo bloquear el despido de Bar junto a los dirigentes de otros partidos opositores y alega que solo hay un motivo para este cese: la investigación sobre el 'Catargate'. Defiende que se trata de un procedimiento "apresurado e ilegal", ya que, pese a que Netanyahu no vio motivos para despedirlo "durante un año y medio", ha sentido "de repente la urgencia" de hacerlo a raíz de las pesquisas sobre la infiltración de Catar en la oficina del primer ministro.

El anuncio de Netanyahu llega en mitad de la investigación del Shin Bet a varios exasesores y portavoces de la oficina del primer ministro por su presunta implicación en el caso conocido como 'Catargate', que busca determinar sus vínculos financieros con este país del Golfo. Estas pesquisas, sin embargo, podrían verse interrumpidas si Netanyahu lograra su objetivo de colocar al frente de la agencia a alguien más afín a su persona.

En concreto, el 'Catargate' investiga a personalidades como el portavoz del Likud (el partido de Netanyahu), Yonathan Urich, que presuntamente habrían recibido pagos de Catar a cambio de promover una campaña positiva sobre este país de cara al Mundial de Fútbol celebrado allí en 2022, según destapó el diario Haaretz. Urich ha negado cualquier relación con Doha.

No es la primera vez que una investigación señala los vínculos entre Catar e Israel —países que actualmente no tienen ni relaciones diplomáticas ni comerciales—. Durante la dirección del predecesor de Bar, Nadav Argaman (2016-2021), el Shin Bet demostró la connivencia del Gobierno israelí de la que gozaba Catar respecto al envío de ingentes cantidades de dinero a Hamás que, rondaban los 30 millones de dólares mensuales.

Los errores de la inteligencia israelí

De hecho, en la nota con la que Bar respondió al anuncio de Netanyahu sobre su despido, el jefe de la inteligencia mencionaba la reciente investigación de su oficina, que, entre otras cuestiones, señaló que la financiación del ala militar de Hamás por parte de Catar —en la que Israel no intervenía pero sí era conocedora—, el trato a los palestinos y la división interna en Israel fueron la base de los ataques del 7 de octubre del 2023 en territorio israelí.

En ese informe, publicado a principios de marzo, Bar reconocía que si el Shin Bet hubiera actuado de forma distinta "se habría evitado la masacre". Pocos días después del atentado perpetrado por Hamás en territorio israelí —en el que murieron unas 1.200 personas y unas 250 fueron tomadas como rehenes— Bar ya se convirtió en el primer alto cargo israelí en asumir su responsabilidad y en pedir disculpas aunque, hasta el momento, su puesto no había peligrado.

Sin embargo, según el Canal 12 israelí, tras la publicación del mencionado informe, Netanyahu habría intentado forzar la dimisión de Bar durante una tensa reunión entre ambos. El informe, además de reconocer sus propios errores señalaba que el Ejecutivo no había prestado atención a sus advertencias y criticaba el enfoque defensivo que había mantenido en Gaza en lugar de apuntar directamente a los líderes de la organización.

Previamente, han presentado su dimisión otros cargos militares israelíes, aunque, hasta ahora, ningún político. El primero en hacerlo fue el ex jefe de la inteligencia militar, Aharon Haliva, en abril de 2024. En junio, renunció el comandante de la división de Gaza, el general de brigada Avi Rosenfeld; en julio, el jefe para el distrito sur del Shin Bet (no se reveló su identidad); y en septiembre, el comandante Yossi Sariel, a cargo de la unidad 8200 de la inteligencia del Ejército israelí.

El ex jefe del Estado Mayor, Herzi Halevi, presentó su renuncia enero y subrayó "responsabilidad" en los ataques del 7 de octubre. Después de él también dimitió el jefe del Comando Sur del FDI (Fuerzas de Defensa de Israel), el general Yaron Finkelman. Mientras tanto, ni Netanyahu ni su gabinete han asumido ningún tipo de responsabilidad y, de hecho, sus socios de Gobierno han tumbado varias iniciativas para abrir una comisión estatal de investigación sobre lo ocurrido en el Knéset (Parlamento israelí).

Además, en enero Netanyahu destituyó al extitular de Defensa, Yoav Gallant, por las continuas discrepancias entre ambos en la gestión de la guerra en Gaza. Entre los motivos de su despido, según afirmó el ministro, estaba el hecho de que él había insistido en la "necesidad de una comisión estatal de investigación sobre el 7 de octubre".

Los ataques continúan en Gaza, pese a la tregua

Pese a la tregua alcanzada entre Israel y Hamás, las muertes por ataques israelíes se siguen sucediendo en la Franja de Gaza, donde este lunes han fallecido al menos cinco personas por bombardeos lanzados en diferentes tandas contra el centro del enclave, según recoge la agencia oficial palestina Wafa. Por la mañana, el Ejército israelí ha matado a tres personas en el centro del enclave; y por la tarde a otras dos en un ataque aéreo contra el campo de refugiados de Al Bureij, también en el centro, donde también han resultado heridas varias personas.

Tras los últimos ataques, Hamás ha pedido a los mediadores (Egipto, Catar y EE.UU.) que intervengan de "inmediato" ante lo que considera una "grave" violación del alto el fuego. Según el grupo palestino, han muerto cerca de 160 personas en ataques israelíes perpetrados tras el inicio de la tregua, el 19 de enero. Como viene siendo habitual, Israel alega que solo ha abierto fuego contra "terroristas".

La primera etapa de la tregua —que permitió el regreso a Israel de 33 rehenes (ocho de ellos muertos)— acabó el 1 de marzo y, desde entonces, el inicio de la segunda fase ha sido bloqueado por Netanyahu, que hace dos semanas exigió a Hamás la entrega de todos los cautivos, pese a que eso no formaba parte del trato. Desde entonces, ambas partes, que se acusan mutuamente de no querer alcanzar la paz, han mantenido negociaciones indirectas para prolongar la tregua, por ahora sin éxito.

El pasado miércoles, el enviado especial de Donald Trump para Oriente Medio, Steve Witkoff, anunció la reanudación de las conversaciones en Doha y, durante el fin de semana, tanto Israel como Hamás confirmaron que las negociaciones seguían adelante. Este lunes, un funcionario israelí ha confirmado que el equipo negociador israelí ha regresado a Israel tras reunirse con negociadores egipcios y ha confirmado su predisposición a emprender nuevas conversaciones.

Sobre la mesa está la posible liberación de rehenes, exigida tanto por EE.UU. como por Israel, como condición para iniciar la segunda etapa de la tregua. Hamás afirmó el sábado estar dispuesto a liberar al soldado israelí-estadounidense Edan Alexander a cambio de un "inicio simultáneo" de las negociaciones. El acuerdo, por ahora, continúa en el aire.