Las tropas rusas retomaron 29 asentamientos en la región fronteriza de Kursk a lo largo de la semana, según ha informado el Ministerio de Defensa ruso. Moscú ha acelerado drásticamente su campaña en los últimos días para expulsar por completo a las fuerzas ucranianas de la región. El 6 de agosto del año pasado, Kiev dio uno de los mayores golpes cuando sus tropas cruzaron la frontera y capturaron un territorio de 1.376 km cuadrados con unas 100 ciudades y pueblos rusos. Desde entonces, las tropas rusas y de Corea del Norte, aliada del Kremlin, luchan por recuperar este territorio que Ucrania pretende usa como moneda de cambio en unas posibles negociaciones de paz.
El Ejército ucraniano habría comenzado esta semana su retirada de la región tras medio año de ocupación parcial. Ya el miércoles, el ejército ruso anunció que había eliminado los últimos focos de resistencia ucraniana en la ciudad de Sudzha, su principal base de operaciones. Este viernes, "las unidades de la agrupación militar Séver (Norte) liberaron la localidad de Goncharovka", ha señalado el Ministerio de Defensa en un comunicado. Dicha localidad, de menos de 3.000 habitantes, se encuentra a las afueras de Sudzha. También este viernes, las fuerzas moscovitas ha tomado el control de la aldea de Novenke, en la adyacente región ucraniana de Sumy.
Rusia habría recuperado el 86% del territorio ocupado por Kiev
El presidente ruso, Vladímir Putin, se desplazó el miércoles por primera vez a Kursk, donde ordenó aplastar a los "terroristas" ucranianos que llevaron a cabo la primera invasión de suelo ruso desde la Segunda Guerra Mundial. En Kursk, el mandatario aseguró que Rusia habría recuperado el 86% del territorio ocupado por Kiev. Un día después, el jefe del Kremlin se mostró a favor de la idea de tregua presentada por Estados Unido, pero exigió que se solucionen cuestiones como la presencia de soldados ucranianos en la región rusa de Kursk como requisito previo.
Como respuesta, Ucrania le ha acusado de "buscar continuar la guerra". El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andrí Sibiga, ha señalado este viernes a Putin por querer poner condiciones para declarar el alto el fuego. Sibiga ha asegurado que "Ucrania busca poner fin a la guerra" mientras que "Putin busca prolongarla".
El presidente de Estados Unidos también se ha posicionado al respecto y ha calificado de "muy buenas y productivas" las conversaciones con Putin, aunque ha aprovechado para pedirle que "perdone la vida" a las tropas ucranianas que en este momento están rodeadas por los soldados rusos y en una posición "vulnerable".
Ucrania cesa al mando militar a cargo de Kursk
El miércoles, ante la inminente pérdida de Kursk, el Ejecutivo ucraniano destituyó al jefe del mando norte del Ejército, el general Dmitró Krasílnikov, responsable de la operación militar en la región rusa. El afectado explicó a la televisión pública que no se le había explicado el motivo del cese en un momento en el que las fuentes oficiales rusas aseguraban que las tropas ucranianas habían empezado a retirarse de este territorio.
Ucrania llegó a controlar más de mil kilómetros cuadrados en la región y pretendía utilizar ese territorio como moneda de cambio para recuperar alguna zona ocupada por Rusia en unas eventuales negociaciones de paz. Kiev también esperaba que la operación ralentizara los avances de Rusia en el este del país, obligándola a desviar tropas a la defensa de Kursk, aunque esto no ocurrió y los avances de Rusia en el este no hicieron más que acelerarse. Una derrota en Kursk intensificaría la presión sobre Zelenski y lo debilitaría en posibles negociaciones de paz.