El exconsejero de Políticas Sociales Alberto Reyero ha acusado al Gobierno de la Comunidad de Madrid de querer "reescribir el relato" sobre el número de fallecidos en residencias por la covid-19 y de "extender un manto de confusión" al respecto antes de la emisión del documental '7.291', dirigido por Juanjo Castro y que se podrá ver en La 2 y en el Canal 24 horas de RTVE el 13 de marzo.
En una entrevista en Las Mañanas de RNE, Reyero ha rechazado tajantemente las acusaciones de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien le atribuyó este miércoles el haberse inventado la cifra de 7.291 muertos, cuando, según un comunicado del Ejecutivo autonómico, "el número real de fallecidos en residencias fue de 4.100".
"Que digan que yo me he inventado unas cifras cuando yo no me he inventado nada. La cifra de 7.291 parte de una respuesta al portal de transparencia, en el que se indicaba el número de fallecidos en cada una de las residencias. Cuando se habla de 4.100 no sabemos si son personas fallecidas en residencias, en hospitales... No tiene mayor valor que extender un manto de confusión ante la emisión del documental", ha señalado.
Acusa al Gobierno de Ayuso de "mentir"
Además, el que fuera consejero por Ciudadanos ha tildado al Gobierno de Ayuso de haber sido "muy opaco y nada transparente". "Las mentiras en las que continuamente incurre al final tienen unas patas muy cortas y se irá viendo", ha zanjado.
Reyero ha insistido en que sí que existían unos "protocolos de la vergüenza", que impedían el traslado de residentes mayores a los hospitales cuando comenzó la pandemia de la covid, aunque ahora el Ejecutivo de Ayuso lo niegue.
También ha considerado falso que existieran residencias "medicalizadas" como la dirigente 'popular' dice que hubo. "Habría que saber cuáles son esas residencias que dice Ayuso que son medicalizadas. Pero no puede haber un listado porque no se medicalizaron", ha subrayado.
Por ello, Reyero ha justificado su marcha del Gobierno de Ayuso. "Decidí marcharme porque, primero, no estaba en absoluto de acuerdo con los protocolos de la vergüenza, porque no se habían medicalizado las residencias, por cómo se había gestionado Ifema..., y por una cuestión moral, me negaba a seguir compartiendo mesa con personas que no tenían ningún escrúpulo", ha confesado.