Al menos tres personas han muerto y otras 14 han resultado heridas este martes en los alrededores de Moscú en un ataque masivo ucraniano con drones. Las defensas antiaéreas rusas han derribado durante la noche 337 drones sobre el territorio del país, en el mayor ataque ucraniano desde el comienzo de la guerra.
El bombardeo masivo se ha producido tan solo horas antes de iniciarse la reunión que mantienen en la ciudad saudí de Yeda delegaciones de Ucrania y Estados Unidos, encabezadas por los respectivos responsables de Exteriores, Andrii Sybiha y Marco Rubio, para abordar las posibles negociaciones para un tratado de paz con Rusia.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Andréi Beloúsov, ha acusado a Ucrania de que el ataque se programó para coincidir con las conversaciones entre Estados Unidos y Ucrania en Yeda.
Decenas de drones alcanzan las afueras de Moscú
Solo en los alrededores de Moscú han sido abatidos 91 aparatos no tripulados, según el Ministerio de Defensa ruso.
El gobernador regional, Andréi Vorobiov, ha informado en Telegram de que uno de los fallecidos es un guardia de seguridad, de 38 años, de un aparcamiento de una empresa de la localidad de Domodédovo, donde más de veinte automóviles han quedado calcinados por un incendio causado por la caída de un dron. En ese mismo lugar, añade el gobernador, ha resultado herido gravemente un hombre de 50 años, que ha fallecido poco después en el hospital.
Posteriormente, las autoridades locales han confirmado un tercer fallecido.
"Ahora lo más importante es prestar toda la ayuda necesaria a las víctimas y a sus familias", ha escrito Vorobiov, que ha anunciado el pago de un millón de rublos, unos 11.300 dólares, a los familiares de las víctimas.
Las autoridades aeronáuticas rusas han suspendido durante varias horas las operaciones de los aeropuertos moscovitas debido al ataque aéreo. La misma medida se ha adoptado en los aeropuertos de las ciudades de Nizhni Nóvgorod y Yaroslavl.
Según el mando militar, del total de drones derribados, 126 fueron destruidos sobre la región de Kursk, donde las tropas rusas intentan expulsar a las fuerzas ucranianas que controlan parte de su territorio desde agosto del año pasado. Los demás fueron abatidos sobre las regiones Briansk (38), Bélgorod (25), Riazn (22), Kaluga (10), Lípetsk (8) Oriol (8) Voronezh (6) y Nizhni Nóvgorod (3).
El Kremlin ha acusado a Ucrania de apuntar directamente a bloques de apartamentos residenciales, y ha especulado con que EE.UU. debe estar intentando entender hasta qué punto está preparada Kiev para las conversaciones sobre el fin de la guerra.
Por su parte, el jefe del Centro contra la Desinformación del Consejo para la Seguridad Nacional de Ucrania, Andrí Kovalenko, ha afirmado que el ataque es "otra señal a Putin de que debe estar interesado en el alto al fuego en el aire".
Las Fuerzas Armadas ucranianas han asegurado también que sus objetivos eran "instalaciones petrolíferas" en las regiones de Moscú y Oriol.
Rusia y Ucrania atacan territorio enemigo cada noche con decenas de drones. El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha propuesto una tregua aérea que ponga fin a este tipo de ataques de ambos bandos contra la retaguardia como primer paso hacia la negociación con Rusia que impulsa Estados Unidos.
Tres muertos en Ucrania
Precisamente, una noche más las defensas aéreas ucranianas han derribado una nueva tanda de drones rusos. Desde la tarde del lunes han abatido 79 drones modelo Shahed (de fabricación iraní) y de otros modelos rusos y un misil balístico Iskander, según informa la Fuerza Aérea ucraniana. Otros 35 drones sin carga explosiva (señuelos para confundir a las defensas enemigas) han caído sin causar daños.
A pesar de las interceptaciones, los drones han causado dos muertos en la región de Jersón, y otra persona ha muerto en la localidad de Siversk, en la región de Donetsk, al caer una bomba sobre su vivienda.
El bombardeo ruso de este martes ha afectado prácticamente a todas las regiones ucranianas, de norte a sur.