Tres años después del inicio de la invasión rusa, el respaldo económico a Ucrania atraviesa su momento más incierto. Mientras la guerra sigue sin un final claro, las ayudas internacionales han pasado de ser un pilar fundamental de la resistencia ucraniana a convertirse en una moneda de cambio en la geopolítica global.
En medio de las negociaciones lideradas por el presidente Donald Trump para un alto el fuego, Estados Unidos ha vuelto a paralizar las ayudas económicas durante 90 días. El mandatario ha condicionado su apoyo a la explotación de las ‘tierras raras’ ucranianas, un recurso clave para la industria tecnológica mundial.
EE.UU. aporta más del doble de dinero que la Unión Europea
Desde febrero de 2022, Ucrania ha recibido casi 270.000 millones de euros de sus aliados, de los cuales Estados Unidos ha aportado el 43%, según los últimos datos del Instituto de Economía Mundial de Kiel. Bajo la administración de Joe Biden, el país norteamericano ha sido, con diferencia, el mayor contribuyente a la resistencia ucraniana en estos tres años. En el ranking económico, le siguen Alemania y Reino Unido, aunque su aportación individual representa solo un 6% del total.


Los países europeos en su conjunto han aportado 132.000 millones —el 49,5% del total— una media de 3.700 millones al mes desde febrero de 2022. Son solo 500 millones de euros mensuales más que lo aportado por los estadounidenses.
Dentro de esta cantidad, como organización política autónoma, a partir de las decisiones aprobadas por la Comisión y el Consejo, la Unión Europea ha destinado casi 49.000 millones de euros a Ucrania, menos de la mitad de los 114.000 millones aportados por Estados Unidos en tres años de contienda.
Estonia y Dinamarca, los que han hecho mayor esfuerzo económico
Las cifras reflejan la magnitud de las ayudas dedicadas. Sin embargo, a la hora de medir el compromiso de los aliados de Ucrania, es importante saber qué país ha dedicado más esfuerzo económico a la defensa de Ucrania en relación con sus recursos y, bajo esa perspectiva ninguno de estos países está entre los diez primeros.
Encabezan la lista Estonia y Dinamarca, que han dedicado cada una un 2,2% de su producto interior bruto (PIB) a la ayuda a Ucrania. Sin embargo, en términos absolutos, su contribución es menor: 760 y 8.050 millones de euros, respectivamente. En el caso de España, la aportación ha sido de 1.460 millones, apenas el 0,1% de su PIB.
En total, Ucrania ha recibido una media de 247 millones de euros al día por parte de sus aliados, pero el flujo de ayuda ha sido irregular e incluso en algunos momentos, como el frente de guerra, se ha ‘congelado’.
A pesar de ser el mayor contribuyente, Estados Unidos no ha mantenido un ritmo constante de ayudas. La financiación ha oscilado entre un pico de 19.000 millones de euros y periodos de bloqueo total durante dos meses por el estancamiento político en el Senado. Un bloqueo que ahora se repite y podría comprometer la defensa de Ucrania.
¿Cómo se ha repartido la ayuda financiera?
El destino de los fondos también ha sido desigual: un 49% se ha destinado a armamento, un 44% a apoyo financiero y tan solo un 7% a asistencia humanitaria. Sin embargo, hay grandes diferencias entre los países donantes.
Mientras que Estados Unidos ha destinado seis de cada diez euros al ámbito militar, la Unión Europea como organismo ha canalizado el 95% de sus fondos hacia el apoyo financiero y el resto a la asistencia humanitaria. Sin embargo, países como Alemania, Reino Unido, Dinamarca, Países Bajos y Polonia han financiado directamente el esfuerzo militar ucraniano.
En contraste, potencias como Suiza, Austria, Hungría y Taiwán han centrado su contribución en ayuda humanitaria. Japón, por su parte, ha priorizado el apoyo económico, destinando solo un 1% de sus 10.500 millones de euros a la asistencia militar.
En total, Ucrania ha recibido 34.000 millones de euros en armamento pesado, incluidos tanques, artillería y sistemas de defensa. De esa cantidad, el 41% proviene de Estados Unidos, seguido de Alemania con 7.000 millones. Por su parte, España ha aportado 430 millones y ha comprometido 29 tanques desde que inició la contienda.
Los tanques de combate han sido una de las armas más decisivas del conflicto —junto a los aviones de combate, cuyas cifras no están recogidas en el balance del Instituto Kiel— y una de las principales demandas de Kiev. Sin embargo, su suministro ha disminuido con el tiempo: en 2022, los aliados enviaron más de 400 unidades, mientras que en 2024 la cifra se ha reducido a poco más de 120 tanques. Polonia ha sido el mayor proveedor, con dos de cada cinco unidades enviadas; Estados Unidos ha aportado cuatro veces menos tanques a la defensa de Ucrania.