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Olaf Scholz, el canciller del "cambio de era" que no supo liderar la 'coalición semáforo'

El canciller de Alemania, Olaf Scholz
LAURA GÓMEZ DÍAZ
Tiempo de lectura 9 min.

Tres días después de que Rusia iniciara la invasión de Ucrania, Olaf Scholz -quien llevaba solo cerca de tres meses siendo canciller de Alemania- pronunció un discurso en el que habló de ‘Zeitenwende’, que significa "cambio de era". Esta poderosa palabra en alemán ha estado desde entonces vinculada al canciller, pero ahora ese "cambio de era" puede tener un significado diferente.

Si, como prevén las encuestas, el bloque de centro-derecha de la Unión Demócrata Cristiana (CDU) y la Unión Social Cristiana (CSU) se hacen con el Gobierno alemán tras las elecciones que se celebran este domingo, Scholz habría tenido el mandato más corto de cualquiera de los cuatro cancilleres del Partido Socialdemócrata (SPD) en la historia de la República Federal de Alemania.

Su mandato ha estado marcado por altibajos. Como canciller, Scholz se ha enfrentado a varios desafíos tras la invasión rusa de Ucrania y la maniobra de equilibrio de Alemania para apoyar militarmente a Kiev sin verse arrastrada a la guerra. Scholz también ha tenido que lidiar con una crisis energética y económica, la disputa sobre el asilo en Europa y el éxito electoral de la extrema derecha.

"Es un legado mixto. Hay que decir que el 'timing' de este Gobierno ha sido muy desafortunado", asegura en declaraciones a RTVE.es la investigadora sénior del German Marshall Fund en Madrid, Kristina Kausch. "No toda la situación de hoy es responsabilidad del Gobierno de Scholz, sino que hay que tener en cuenta que tomó poder un año después de la pandemia, cuando la industria alemana ya había sufrido muchísimo. Le ha tocado también la invasión de Ucrania. Ha sido un doble desafío", añade.

De militante del SPD al Gobierno

Nacido en 1958 en Osnabrück, en el estado federado de Baja Sajonia, Scholz creció en una familia dedicada a la industria textil que, cuando todavía era un niño, se mudó a Hamburgo, una ciudad que ocuparía un lugar destacado en su vida personal y trayectoria política.

Con solo 25 años, se unió al Partido Socialdemócrata y mientras estudiaba Derecho en la Universidad de Hamburgo entre 1978 y 1984, Scholz participó activamente en la organización juvenil del SPD.

Después de graduarse en 1985, fundó su propio despacho de abogados especializado en derecho laboral en Hamburgo y una década después inició su carrera política al entrar en el Bundestag en representación del distrito electoral de Hamburgo-Altona.

Con Gerhard Schröder como canciller, Scholz fue ascendiendo en las filas del SPD con relativa rapidez. En 2002 fue nombrado secretario general del SPD, un cargo que ocupó hasta 2004.

En 2007, Scholz se incorporó al Gobierno de coalición de Angela Merkel como ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, pero cuatro años después dejó el Bundestag para regresar a Hamburgo, donde fue alcalde entre 2011 y 2018.

A finales de octubre de 2018, Merkel anunció que dejaría de ser canciller en 2021 y el camino parecía abrirse para que Scholz se presentara como sucesor de la "canciller eterna". En 2018, Scholz se convirtió en ministro de Finanzas y mientras estaba en el cargo, supervisó el paquete de financiación de emergencia elaborado para ayudar a las empresas y trabajadores de Alemania a sobrevivir a las consecuencias de la pandemia del coronavirus.

"Ha sido un barón dentro del SPD, porque fue el alcalde de Hamburgo, con cierto peso dentro del partido", comenta el investigador del Real Instituto Elcano, Miguel Otero. "En su día, con Merkel, llegó a ser ministro de Finanzas. Ya era una persona con cierta madurez, cierto peso y carisma, alguien con una órbita clara dentro del partido", señala.

El culmen de su larga carrera política llegó cuando ganó las elecciones legislativas celebradas en septiembre de 2021. Scholz se convirtió en canciller y formó un Gobierno de coalición junto a los verdes y liberales. Su gabinete estaba compuesto por ocho hombres y ocho mujeres, convirtiéndose en el primero en la historia de Alemania en ser paritario.

A juicio de Otero, a Scholz "le queda un poco grande el puesto de canciller". "Es una persona pragmática y dentro del tablero político, por lo tanto, de lo más moderado o más a la derecha dentro del SPD", afirma.

El profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas, Andrea Betti, coincide, y recalca que Scholz "siempre ha sido un personaje muy relevante dentro del partido". "Tiene mucho recorrido, pero no era la figura principal", añade Betti, quien define al canciller como "centrista y bastante moderado, alineado con la mayoría del partido".

La "difícil" tarea de liderar un Gobierno de coalición

Las distintas prioridades de los integrantes del Gobierno de coalición de Scholz -bautizado como la coalición "semáforo" por los colores de los tres partidos que la formaban- ha sido una de las razones principales de la inestabilidad de su mandato. Las diferencias entre los programas de las formaciones no han podido superarse del todo y, tras meses de disputas, se convirtió en el gobierno alemán con peor índice de popularidad desde el final de la Segunda Guerra Mundial.

Estas luchas internas hicieron que el Gobierno perdiera el apoyo de un significativo porcentaje de los votantes y, tras una serie de elecciones en varios estados federales celebradas en verano, en las que las tres formaciones de la coalición sufrieron grandes golpes, el final de la coalición "semáforo" pasó a ser inevitable. La ruptura definitiva se llevó a cabo en noviembre, cuando Scholz destituyó a su ministro de Finanzas y líder del Partido Liberal, Christian Lindner, por desacuerdos sobre el presupuesto de 2025.

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Según Otero, uno de los "errores claros" del mandato de Scholz ha sido "no ser suficientemente audaz en cuanto a las reformas del país, al intentar seguir un poco la estela de Merkel, ser más bien pasivo y no propositivo". "Además, no ha conseguido convencer a los liberales para que levantasen más el pie de todo el debate sobre el freno a la deuda. No ha sabido manejar bien la coalición a tres", opina el investigador del Real Instituto Elcano.

Por su parte, Betti admite que "no resulta fácil identificar éxitos" del Gobierno de Scholz. "Tenía una tarea muy difícil: liderar un Gobierno de coalición de tres partidos con visiones distintas en cuestiones importantes. Está el SPD en medio, que intenta mediar, pero, por otro lado, tenemos un partido como los verdes y un partido como los liberales, que chocan muchísimo desde el punto de vista de los presupuestos, de la posibilidad de que haya una deuda europea, de usar más deuda alemana para financiar proyectos medioambientales… La tarea era verdaderamente difícil", asegura.

Por esos motivos, este profesor de la Universidad Pontificia Comillas cree que Scholz "no será recordado como un canciller especialmente exitoso", aunque recalca que "siempre habrá que matizar que había un contexto muy difícil".

La gestión de la invasión rusa de Ucrania: ¿acertada o errónea?

Tras la invasión rusa de Ucrania el 24 de febrero de 2022, Estados Unidos y gran parte de los países miembros de la Unión Europea pidieron que se aprobaran sanciones de manera inmediata contra Rusia.

Aunque Scholz ya había suspendido la certificación del gasoducto entre Rusia y Alemania conocido como Nord Stream 2, hizo advertencias en contra de algunas medidas contra el Gobierno de Vladímir Putin, como la de aislar a Moscú del sistema de pagos financieros SWIFT. Sin embargo, a los pocos días, el canciller anunció un giro radical en la política exterior de Berlín y un cambio en la política de defensa de Alemania.

Scholz declaró que la agresión rusa marcaba un ‘Zeitenwende’ (un "cambio de era") en Europa y revirtió la política exterior alemana posterior a la Segunda Guerra Mundial de negarse a enviar armas letales a países en conflicto.

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"Al principio de su mandato, Scholz reaccionó muy tímidamente a la invasión rusa de Ucrania, pero después de un tiempo cambió de rumbo", explica Kausch. "Es un cierre de la época estrictamente pacifista de posguerra. Alemania se veía regido por el principio de que no se mandan armas a zonas de guerra, que no se despliegan las fuerzas armadas alemanas en el exterior y que Alemania no participa en el conflicto armado. Con Ucrania se veía que no se podía mantener ese principio porque estábamos en otra fase geopolítica mundial", afirma.

Según Otero, pronunciar el discurso sobre el "cambio de era" tras la invasión rusa de Ucrania es el "mayor éxito" de Scholz. "El intentar convencer a sus ciudadanos de que Alemania tenía que hacer un giro importante y empezar a invertir más en defensa y protegerse más. Pero eso tampoco ha sido fácil", asevera.

Sin embargo, para Betti la gestión de Ucrania del canciller alemán "ha sido demasiado tímida desde el punto de vista de la creación de reforzar una defensa europea, de trabajar más en ese sentido". "Por eso ha chocado muchas veces con el presidente francés Macron y con la presidenta de la Comisión Europa, quienes se han mostrado más ambiciosos en cuanto a la seguridad y la defensa europea", añade.

A juicio de Betti, Scholz "es un político alemán todavía ligado a esa visión de que Alemania tiene que llevarse a toda costa bien con Rusia".

Un canciller "gris"

En una reciente entrevista concedida al periódico berlinés 'Tagesspiegel', al ser preguntado sobre qué esperaba que se escribieran en los libros de historia sobre su mandato, Olaf Scholz contestó: "Creo que hay que tener cuidado con los políticos que piensan en eso antes de terminar su mandato".

El investigador del Real Instituto Elcano opina que en el caso de que, como pronostican las encuestas, Scholz pierda las elecciones, "va a pasar a la historia como un canciller gris". "Un canciller que no ha sabido liderar ni internamente la coalición ni el país, ni a nivel europeo tampoco", comenta.

Algo similar opina Betti, quien afirma que "a Scholz no lo recordarán como un canciller al que todos aspiraríamos". "Al inicio se verá como un legado limitado, no particularmente positivo, pero se verá más adelante, cuando se evalúe con más calma y detenimiento su gobierno", añade.

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