La votación perdida por Alberto Núñez Feijóo en su intento de investidura como presidente del Gobierno es un fracaso inicial más (aunque no dejara de ser anunciado) en la tentativa de un candidato a convertirse en jefe del Ejecutivo. En la primera votación, el pasado miércoles, cosechó solo 172 votos de los 176 necesarios para ser investido frente a 178 en contra. En la segunda, dos días más tarde, el resultado solo se alteró por el error de un diputado de Junts al pronunciar su voto, el cual terminó anulado. A pesar de la anécdota, nada cambió y el candidato no pudo ser investido al no lograr la mayoría simple.
Feijóo, cabeza del partido más votado en las elecciones generales del pasado 23 de julio, ha sido la primera cara nueva en un debate de investidura desde el año 2011, una cita en la que se hasta ahora se habían ido alternando únicamente el anterior líder del PP, Mariano Rajoy, y el actual presidente del Gobierno en funciones y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez.
De la misma manera, desde la mayoría absoluta conseguida por Mariano Rajoy en 2011, no ha vuelto a haber en España una investidura fácil para un presidente del Gobierno. En aquellos comicios, en sus terceras elecciones generales, Rajoy cosechó el mejor resultado de la historia del PP, con así que gozó de una investidura plácida, con 185 votos del PP más los votos de los diputados de UPN y Foro de Asturias, la formación de su excompañero de partido Francisco Álvarez Cascos.
La aparición a partir de 2014 de nuevos partidos nacionales, Podemos y Ciudadanos, cambió el tablero político parlamentario y fragmentó el poder, de modo que los resultados electorales no garantizaban la investidura, sino que servían para dar el turno a unas negociaciones cada vez más complicadas: el bipartidismo viró a lo que hoy ha sido denominado como "bibloquismo".
Repeticiones electorales e investiduras fallidas
Tras las elecciones de diciembre de 2015 y negarse Rajoy a someterse a la investidura en una decisión sin precedentes, un joven Pedro Sánchez se ofreció a una investidura fallida con el apoyo de Ciudadanos -Coalición Canaria pasó del voto a favor a la abstención- y que tumbaron PP y Podemos. Sánchez se convirtió en el primer candidato a la Presidencia del Gobierno que no superaba el debate de investidura, y se inauguró así en la democracia española la era de las investiduras fallidas, que tendría nuevos episodios en el futuro.
El principal efecto de esta inaugural votación fracasada de antemano fue poner en marcha el reloj de la repetición electoral, que tuvo lugar en junio de 2016. El PP (137 escaños) logró mejorar su resultado en 14 diputados, pero aunque se apoyó en Ciudadanos, Coalición Canaria, Foro Asturias y UPN (170) no pudo decantar ninguna de las votaciones y el debate se saldó para Mariano Rajoy con 180 inamovibles votos en contra.
Dos investiduras fracasadas consecutivas incrementaron la presión política sobre el PSOE para que cediera sus votos y acabar con un bloqueo político que amenazaba con cronificarse. Y así, en un traumático debate de investidura dos meses después, con un Pedro Sánchez que renunció entre lágrimas a su acta de diputado, en octubre de 2016 Mariano Rajoy fue investido presidente a la tercera, con los mismos apoyos que en agosto, gracias a la abstención no unitaria de un PSOE -no respetaron la abstención 15 diputados que se mantuvieron fieles a Sánchez y su famoso 'no es no'- que quedó sin líder y gravemente herido.
Dos años en política son mucho tiempo. Aupado por la militancia, Pedro Sánchez volvió a ser elegido secretario general del PSOE en mayo de 2017, presentó una moción de censura a Mariano Rajoy tras la sentencia que condenó al PP a título lucrativo por la trama Gürtel. Con ella, apeó a Rajoy del Gobierno y se invistió directamente a Sánchez como jefe del Ejecutivo. Con los votos de Podemos, los nacionalistas vascos y catalanes, Compromís y Nueva Canarias (180), el voto en contra de PP, Ciudadanos, UPN y Foro (169) y la abstención de Coalición Canaria (1), el 1 de junio de 2018 salió adelante por primera vez en España una moción de censura.
Sánchez, presidente tras su tercer debate de investidura
Después, Pedro Sánchez tuvo que esperar para ser investido presidente tras ganar unas elecciones generales no una, sino dos veces. Tras los comicios de abril de 2019, el líder socialista fracasó en su primer debate de investidura en el mes de julio, incapaz de sumar más que el voto de PRC a los 123 del PSOE. La falta de acuerdo con Podemos puso de nuevo en marcha el reloj de otra repetición electoral, la segunda en menos de cuatro años.
Finalmente, también a la tercera, y por mayoría simple, Sánchez fue investido como presidente del Gobierno el 7 de enero de 2020. Los votos afirmativos de PSOE, Unidas Podemos, PNV, Más País, Nueva Canarias, BNG y Teruel Existe (167), unidos a la imprescindible abstención de ERC y Bildu (18 votos en total) sirvieron para imponerse en segunda votación a los 165 votos en contra de PP, Vox, Cs, Junts, Navarra Suma, CUP, Coalición Canaria y PRC , dando lugar a un nuevo hito político, el del primer gobierno de coalición de la democracia.