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China afronta una ola de coronavirus inédita que satura las UCI y morgues en pleno apagón informativo

  • El Gobierno de Pekín ha dejado de publicar datos de contagios oficiales ante las dudas sobre la fiabilidad de las cifras oficiales

  • El fin de la política de 'COVID cero' ha provocado la mayor avalancha de contagios en el país desde el inicio de la pandemia

RTVE.es / AGENCIAS
6 min.

China afronta la mayor oleada de contagios de coronavirus desde el inicio de la pandemia, cuando se detectaron los primeros casos a finales de 2019 en la ciudad de Wuhan. El reciente fin de la política de 'COVID cero' por parte de Pekín, motivada por el descontento social, ha derivado en una crisis sanitaria inédita que está afectando especialmente a ancianos y pacientes con patologías previas, y que está colapsando las UCI y las morgues de los hospitales.

El Gobierno de Pekín ha anunciado que dejará de publicar el parte diario en el que, desde principios de 2020, detallaba los nuevos casos de COVID-19 y fallecimientos por la enfermedad, después de que la rápida propagación del virus haya sembrado muchas dudas entre la población sobre la fiabilidad de las cifras oficiales.

La escasa cobertura vacunal entre los más vulnerables está contribuyendo de manera significativa a esta crisis sin precedentes en el país asiático. Solo dos de cada cinco mayores de 80 años están vacunados con la dosis de refuerzo, en medio de la desconfianza generalizada hacia las vacunas chinas, especialmente en lo relativo a a su baja eficacia. El Gobierno de Pekín no permite la importación de vacunas de ARN mensajero procedentes de las farmacéuticas de Estados Unidos y Europa, como Moderna o Pfizer/BioNTech, y obliga a sus ciudadanos a inmunizarse con las que se han desarrollado en sus laboratorios: Sinovac, Sinopharm y CanSino.

La vacunación, el talón de Aquiles de China en su lucha contra el coronavirus

En las más de tres décadas que lleva ejerciendo la medicina de emergencia, el facultativo Howard Bernstein asegura que él nunca ha visto nada semejante. Según describe, cada vez más pacientes llegan a su hospital, casi todos ancianos que presentan síntomas graves de COVID-19 y neumonía. "El hospital está colapsado de arriba a abajo", asegura Bernstein a la agencia Reuters al final de un turno extenuante en el Beijing United Family Hospital, el centro pekinés privado donde trabaja.

"La UCI está llena", al igual que las emergencias, los puestos de detección y otros departamentos del hospital, como la morgue o los crematorios, según asegura. "Muchos de los pacientes que fueron admitidos en el hospital no están mejorando con el paso de los días, por lo que no hay flujo. La gente sigue viniendo a emergencias, pero no pueden ser ingresadas las habitaciones del hospital, por lo que ahora llevan atrapados varios días en la sala de emergencias", detalla. En el último mes, Bernstein ha pasado de no haber tratado nunca un paciente COVID a ver varias decenas al día.

La mayor parte de los pacientes, no vacunados

Sonia Jutard-Bourreau, la directora médica del hospital privado Raffles en Pekín, asegura por su parte que el número de pacientes es de cinco a seis veces superior a los niveles normales, y que la edad promedio se ha disparado de unos 40 años a más de 70 en el espacio de una semana. "Siempre es el mismo perfil, -declara-, ya que la mayor parte los pacientes no han sido vacunados".

En medio del colapso hospitalario general, muchos de los pacientes y sus familiares acuden al centro Raffles con la intención de adquirir Paxlovid, el tratamiento contra la COVID-19 desarrollado por la farmacéutica Pfizer, cuyas existencias se están agotando en todo el país. “Quieren el medicamento como reemplazo de la vacuna, pero este no sustituye a la vacuna", declara Jutard-Bourreau, quien lleva trabajando alrededor de una década en China, al igual que Bernstein, y teme que lo peor de esta ola aún está por venir.

Los médicos consultados por Reuters aseguran que están muy preocupados por la población más anciana, ya que decenas de miles de ellos pueden morir en las próximas semanas, según las estimaciones de los expertos. Es probable que estén falleciendo más de 5.000 personas cada día a causa de la COVID-19 en China, según estimaciones de Airfinity, la compañía especializada en datos sanitarios con sede en Gran Bretaña, lo que supone un contraste dramático con los datos oficiales ofrecidos por Pekín.

El Centro Chino para el Control de Enfermedades y Prevención no ha reportado muertes por COVID durante los seis días anteriores al domingo, incluso cuando los crematorios comenzaban a saturarse. Así, el Gobierno de Pekín ha reducido su definición para clasificar las muertes como relacionados con COVID, contando solo aquellas causadas por una neumonía o insuficiencia respiratoria. "No es medicina, es política", califica Jutard-Bourreau.

Sin parte diario de nuevos contagios

El domingo, China anunció que dejará de publicar el parte diario en el que, desde principios de 2020, detallaba los nuevos casos de COVID-19 y decesos por la enfermedad, después de que la rápida propagación del virus por el país haya sembrado dudas sobre la fiabilidad de las cifras oficiales.

"A partir de ahora, el Centro para Control y Prevención de Enfermedades de China no divulgará información sobre la pandemia de forma diaria", ha indicado la Comisión Nacional de Sanidad en un breve comunicado en el que no detalla las razones por las que ha tomado esta decisión. El organismo añade que sí "publicará información relevante sobre la pandemia para referencia e investigación", pero no ha especificado ni qué tipo de datos ofrecerá a partir de ahora ni con qué periodicidad.

En las últimas semanas, las autoridades sanitarias ya habían dejado de divulgar la cifra de contagios que, según sus estándares, eran considerados asintomáticos, aunque estos solo eran reportados en el citado parte diario pero no engrosaron nunca los balances oficiales de casos, a los que solo se sumaban los infectados que sí presentaban los síntomas requeridos.

Además, el fin de la obligación de someterse a pruebas PCR rutinarias para la mayor parte de la población se tradujo en una detección de casos sensiblemente menor a la propagación real del virus, toda vez que los asintomáticos y aquellos con síntomas leves recibieron la luz verde del Gobierno para hacer cuarentena en sus domicilios.

Decenas de millones de contagios diarios

El último parte oficial daba cuenta de tan solo 4.128 nuevas infecciones y ninguna muerte, situando la suma de contagios sintomáticos desde el inicio de la pandemia en casi 400.000 y la de fallecimientos, en 5.241. Sin embargo, la supuesta acta de una reunión de la Comisión Nacional de Sanidad de la que se hizo eco Bloomberg indicaba que la cifra real de nuevos contagios diarios podría haber llegado a 37 millones y que, en los primeros días de este mes, unos 248 millones de personas -el 18% de la población nacional- contrajeron la covid.

En los últimos días también han surgido dudas sobre la fidelidad de los datos de fallecimientos que ofrecen las autoridades sanitarias, que apenas cuentan un puñado de ellos debido, según un experto citado por la prensa estatal, a que las muertes causadas por enfermedades subyacentes en pacientes que estaban infectados por el coronavirus no se cuentan como muertes por COVID.

Esta semana, la Organización Mundial de la Salud se ha mostrado "muy preocupada" por la evolución de la COVID en China y ha reclamado "más información" al respecto, ante lo que el Ministerio de Asuntos Exteriores ha respondido que Pekín ha compartido sus datos "de forma abierta, puntual y transparente" desde el inicio de la pandemia.

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