Insinuó que no reconocería una derrota electoral, pero finalmente ha optado por el silencio. El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha evitado comparecer en público ni manifestarse en redes sociales tras perder en las elecciones presidenciales brasileñas en las que se ha impuesto el expresidente Lula da Silva por la mínima.
Bolsonaro ha pasado la noche electoral en el Palacio Presidencial de Brasilia rodeado de un pequeño equipo de sus ministros y familiares, pero no se ha pronunciado tras la confirmación de que no tendrá un segundo mandato.
Según el medio Folha, Bolsonaro se fue a dormir y sus aliados descartan que hable en la noche electoral.
Mientras, sus seguidores criticaban y cuestionaban el triunfo de Lula en las calles de Brasil, un hecho reconocido de forma oficial por el Tribunal Electoral de Brasil pero que tildan de "falso". Sin embargo, la ausencia de su líder les ha llevado a abandonar las calles en una noche marcada por el festejo de los miles de simpatizantes de Lula.
A vueltas con el sistema electoral
A lo largo de su mandato, hay quien ha comparado al presidente ultraderechista con el exmandatario de Estados Unidos Donald Trump. Bolsonaro ya advirtió en campaña de que podría no reconocer la legitimidad de los resultados electorales ante una hipotética derrota. Puso así el foco en el voto electrónico instaurado desde hace años en el sistema electoral brasileño, pero también llegó a cuestionar a los miembros del Tribunal Superior Electoral, el organismo que con el 98% del voto escrutado ya ha declarado la victoria "matemática" de Lula.
Pero a diferencia de Trump, que habló de unas "elecciones falsas" inmediatamente después de la proclamación de Joe Biden en 2020, Bolsonaro ha optado por mantenerse callado y, según sus aliados, permanece completamente aislado.
Lula da Silva se ha impuesto a Bolsonaro por un estrecho margen: solo les separa 1,8 puntos y se teme que el presidente cuestione unos datos que, si bien reflejan la profunda división del país, no constituyen un empate técnico. Y por lo pronto, el único precedente del pensamiento de Bolsonaro es que admitió la existencia de una "voluntad de cambio" tras su derrota en la primera vuelta.
El entorno de Bolsonaro reconoce la victoria de Lula
De momento, ante el silencio del presidente saliente, algunos aliados y parte de su entorno político sí han reconocido un resultado "democrático". Así lo ha hecho su exministro de Justicia Sergio Moro, el mismo juez que condenó a Lula por corrupción de forma imparcial, lo que llevó a la anulación de las condenas del expresidente.
En un mensaje en Twitter, Moro ha reconocido que "la democracia es así". "El resultado de una elección no puede sobrepasar el deber de responsabilidad que tenemos con Brasil. Vamos a trabajar por la unión de los que quieren el bien del país", ha señalado.
También se ha pronunciado el presidente de la Cámara baja, controlada por una mayoría del partido de Bolsonaro que puede entorpecer el mandato de Lula. Arthur Lira, firme aliado del presidente, ha reconocido la victoria de Lula. "Al presidente electo, la Cámara de Diputados le felicita" y le "oferece diálogo y transparencia", ha señalado en un comnunicado.
Según el presidente, Brasil ha demostrado estas elecciones "la vitalidad de su democracia, de la fuerza de sus instituciones y su pueblo". Por eso, ahora "la voluntad de la mayoría que se ha pronunciado en las urnas no podrá ser contestada", ha dicho.
También el gobernador electo de Sao Paulo, Tarcísio Gomes de Freitas, ha tendido la mano a Lula. "Vamos a mirar hacia adelante y defender los intereses del estado", ha asegurado. El aliado de Bolsonaro ha calificado el resultado de "soberano" ante la prensa y ha asegurado que buscará un "entendimiento" con el líder del Partido de los Trabajadores.
Y a falta de la reacción de Bolsonaro en los próximos días, los equipos de los dos candidatos se preparan para dos meses en los que tendrán que preparar el traspaso de poderes, puesto que la toma de posesión de Lula da Silva está prevista para el próximo 1 de enero de 2023.