El otoño, que comienza el próximo 23 de septiembre, será poco lluvioso, especialmente en el centro y el oeste peninsular -las zonas con más sequía-, y con temperaturas por encima de lo normal tras el verano más cálido de los últimos 61 años.
Son las previsiones que ha hecho públicas este lunes la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que ha presentado la predicción estacional del otoño y el análisis climático del verano 2022. Su portavoz, Rubén del Campo, ha avanzado que el trimestre octubre, noviembre y diciembre será más cálido de lo habitual, de manera más "robusta" en la vertiente mediterránea y Baleares.
Esta tendencia no solo se mantendrá durante esos meses y se replicará en el resto de Europa, sino que podría extenderse durante los primeros de 2023. A ello se une el anuncio de que este otoño lloverá menos de lo habitual, con mayor incidencia en el noroeste peninsular. La también portavoz de la Aemet Beatriz Hervella ha subrayado que estas predicciones son de gran fiabilidad, con una probabilidad que está entre el 50% y el 70%.
Aumento de las temperaturas y de las olas de calor
Rubén del Campo ha destacado que las previsiones para este otoño llegan después del verano más caluroso, con una temperatura media entre junio, julio y agosto de 24 grados centígrados (ºC), 2,2 ºC superior al promedio normal. "Se trató de un verano extramadamente cálido, el de mayor temperatura media de la serie histórica, superando por 0,4 ºC al de 2003, el más cálido hasta la fecha", ha subrayado Del Campo.
Asimismo, el portavoz ha explicado que los datos constatan que los veranos son cada vez más cálidos y más largos en detrimento del otoño y, especialmente, de la primavera y ha añadido que esta es la primera vez que ocho veranos consecutivos superan los valores normales. En concreto, estima que desde los años 80 del siglo XX los veranos se han alargado diez días cada década.
La delegada territorial de la agencia en Baleares, María José Guerrero, ha asegurado en el mismo evento que las predicciones hasta finales de siglo que maneja la Aemet anuncian que la media de la temperatura tiene tendencia de subida de hasta siete grados y las olas de calor. Además, las noches cálidas pasarán a ser más recurrentes, pasando de cinco o seis a principios de siglo a casi 60 a finales del mismo.
"Las proyecciones climáticas están publicadas desde hace tiempo pero como este verano nos hemos acercado más a esto, nos lo estamos creyendo más", ha expresado Guerrero, que ha incidido en que esta es una realidad en todos los escenarios que baraja la Agencia Estatal de Meteorología, sin importar la cantidad de emisiones que se emitan a la atmósfera.
Ribera pide una mayor planificación frente al cambio climático
La vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, también ha participado por primera vez en una rueda de prensa de la Aemet, ha valorado este verano como uno "particularmente cálido, particularmente seco" y ha lamentado las consecuencias que ha traído consigo. "Es enormemente doloroso observar cómo todavía al frente de las instituciones hay personas que se permiten hacer chistes despreciando lo que hemos visto, vidas humanas que caen como consecuencia de la ola de calor", ha comentado.
La ministra para la Transición Ecológica ha apelado a la urgencia de prepararse frente al cambio climático con el horizonte puesto en el año 2030. Ribera ha insistido en que los fenómenos climatológicos extremos como las olas de calor y o las sequías podrían repercutir negativamente en las actividades económicas más importantes de nuestro país, tanto en el sector primario como en el turístico o a la hora de garantizar el suministro energético.
Por ello, y en el contexto del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, ha incidido en la importancia "de adaptar, de reforzar la capacidad de observación y seguimiento" para evitar la extensión de los climas áridos, propiciar la fertilidad de los suelos y observar una mejor gestión y atención de la producción y del consumo.
Ribera ha reconocido que España "ha mejorado en los últimos diez años la eficiencia en el uso del agua", pero también ha recordado de que la falta de suministro afecta a un 20% de Europa y al 30% de la población, cifras "enormemente preocupantes" que requieren de una planificación hidrológica distinta y de medidas de "anticipación y resiliencia" frente al cambio climático.
El clima árido gana 1.500 km2 al año en España
La Agencia Estatal de Meteorología también ha hecho públicos durante su rueda de prensa trimestral los resultados del estudio Evolución de los climas de Köppen en España en el período 1951-2020. Los datos revelan que el clima árido avanza en España desde mediados del siglo XX y gana unos 1.500 kilómetros cuadrados al año, el equivalente en cinco años a la extensión de la provincia de Málaga.
Este fenómeno ha ganado terreno en puntos del sur de la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, Extremadura -concretamente en la provincia de Badajoz-, este de Andalucía, suroeste de Castilla y León y entorno de la depresión del Ebro.
El portavoz de la Aemet Rubén del Campo ha explicado que este proceso se produce ante el "incremento de las temperaturas -alrededor de 1,4 ºC- y la ligera disminución de las lluvias -en torno a un 12%-" desde los años 50 del siglo pasado en España. Todo ello repercute en la cantidad de agua disponible para las plantas, ya que buena parte se evapora y no llega a reponerse ante la escasez de lluvias.
En ese sentido, Del Campo ha confirmado que la sequía acumulada en los últimos 12 meses en España afecta a todas las cuencas excepto a las del Júcar y el Segura, y que el año hidrológico acabará como uno de los más secos desde que hay registros.