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El BCE sube los tipos en 0,75 puntos, la mayor subida de la historia, para intentar doblegar la inflación

  • El precio del dinero se sitúa ya en máximos de hace una década y no se descartan nuevas subidas en próximas reuniones

  • El BCE está preocupado por el riesgo de que la inflación y dispara su previsión para la Eurozona hasta el 8,1 % este año

DIANA FRESNEDA
6 min.

El Banco Central Europeo (BCE) ha dado un paso más para luchar contra la inflación. Frente a las primeras previsiones que apuntaban a una nueva subida de medio punto porcentual en los tipos de interés, el incremento finalmente se ha situado en tres cuartos de punto, alcanzando la mayor subida en los casi 24 años de historia de la institución y dejando el precio del dinero en un 1,25 %, el nivel más alto desde hace una década.

El objetivo del supervisor es frenar la escalada de la inflación, que en agosto llegó al 9,1% en la zona del euro, muy lejos del objetivo del 2 % que establece el mandato del BCE. Es por ello, que el organismo presidido por Christine Lagarde no ha descartado acometer nuevas subidas en los próximos meses: "Sobre la base de su evaluación actual, el Consejo de Gobierno espera incrementar los tipos de interés en las próximas reuniones para moderar la demanda y proteger frente al riesgo de un aumento persistente de las perspectivas de inflación".

Lo mismo ocurrió en julio: se esperaba un incremento de un 0,25 %, pero finalmente fue del 0,5 % ante el desbocado nivel de los precios. En esta ocasión, la subida ha sido de mayor magnitud (0,75 %) siendo la más alta desde que hay registros. Tan solo se ha acometido un movimiento de la misma envergadura una vez, el 10 de diciembre de 2008, pero a la baja, en plena crisis financiera después de la quiebra de Lehman Brothers.

De esta forma, y en apenas dos meses, el BCE ha dejado atrás ocho años de tipos negativos y los ha devuelto a los niveles de hace una década. La propia Lagarde ha reconocido en una rueda de prensa posterior que el Consejo de Gobierno ha tomado por "unanimidad" esta decisión.

En la misma línea, el BCE también ha incrementado en 75 puntos básicos la facilidad de crédito, a la que presta a los bancos a un día, hasta el 1,50 %; y la facilidad de depósito, a la que remunera el exceso de reservas a un día, pasando del 0 % al 0,75 %.

Cabe recordar que el BCE aprobó el pasado mes de julio un nuevo mecanismo, el llamado Instrumento para la Protección de la Transmisión (TPI por sus siglas en inglés), que tiene como objetivo que no se disparen las primas de riesgo de algunos países de la zona del euro como consecuencia de una subida de tipos de esta magnitud (y evitando que se produzca así crisis de deuda como la de hace una década).

Alerta de que la inflación "podría continuar aumentando"

El principal motor de esta subida sin precedentes son los precios. Las empresas afrontan mayores costes por el encarecimiento de la energía, de las materias primas, del transporte y la logística, que ya han comenzado a traspasar a sus productos y servicios. Mientras, los cuellos de botella en la oferta también están disparando los precios, según el organismo.

"Las presiones sobre los precios han seguido intensificándose y extendiéndose al conjunto de la economía, y la inflación podría continuar aumentando en el corto plazo", ha advertido el organismo. Así, de cara al futuro, los expertos del BCE han revisado significativamente al alza sus proyecciones de inflación y ahora esperan que se sitúe, en promedio, en el 8,1 % en 2022, el 5,5 % en 2023 y el 2,3 % en 2024.

A esto se suma la depreciación del tipo de cambio del euro frente al dólar, que ha alcanzado su nivel mínimo este verano. Lagarde ha destacado que están "muy atentos" a la caída del euro y, aunque no tienen objetivos de tipo de cambio, "son conscientes de que tiene un impacto sobre la inflación".

Contempla una recesión en la Eurozona si se corta el gas ruso

En este contexto, con los precios desorbitados y ante un posible corte del gas ruso, la amenaza de recesión aumenta. El primero que dio la voz de alarma fue el vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, al afirmar que un corte del gas ruso a Alemania podría llevar al país a una contracción de la economía y esto, a su vez, podría “arrastrar” al conjunto de la eurozona.

Desde el BCE ya hablan de "una desaceleración sustancial del crecimiento de la zona del euro", lo que iría acompañado de "un estancamiento de la economía durante los últimos meses del año y en el primer trimestre de 2023". "Los precios muy elevados de la energía están reduciendo el poder adquisitivo de la renta de los ciudadanos y, aunque los cuellos de botella están relajándose, siguen limitando la actividad económica. Por otra parte, la adversa situación geopolítica, especialmente la agresión injustificada de Rusia a Ucrania, está afectando a la confianza de las empresas y de los consumidores", señala.

Con todo, el organismo ha revisado notablemente a la baja sus previsiones para el resto de este año, para 2023 y para 2024. Esperan ahora que el crecimiento sea del 0,9 % en 2023 (1,2 puntos menos que en su anterior estimación) y del 1,9 % en 2024 (0,2 puntos menos), si bien ha elevado el repunte de 2022 hasta el 3,1 % (tres décimas más).

Sin embargo, también han previsto un "escenario pesimista", en el caso de que se produjera un "cierre total" del suministro de gas ruso y que este no fuera compensado con gas procedente de otros países. En este caso, el supervisor estima un crecimiento para la Eurozona del 2,9 % este año, una contracción del 0,9 % en 2023 y de nuevo un crecimiento del 1,9 % en 2024. No obstante, Lagarde ha insistido en que no es el escenario que se contempla en la actualidad.

Pesimismo sobre el mercado de trabajo

En la rueda de prensa, Lagarde también ha arrojado un cierto pesimismo sobre el mercado de trabajo, uno de los motores de la recuperación en la zona euro tras la pandemia. "El frenazo de la economía acabará pasando factura a un mercado laboral que aún es robusto", ha señalado.

El frenazo de la economía acabará pasando factura

Según sus datos, se ha experimentado un crecimiento del empleo de 600.000 personas en el segundo trimestre en el conjunto de países que conforman la Eurozona y una tasa desempleo históricamente baja del 6,6 % en julio. No obstante, la presidenta del BCE ha pronosticado que la ralentización de la economía hará que cambie la tendencia y se incrementen los parados.

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