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Cultivos eficientes y menos piscinas privadas: cómo hacer frente a sequías "que serán la norma y no la excepción"

  • Los embalses están al nivel más bajo de la última década y no se espera una mejora en los próximos meses

  • Decenas de municipios sufren ya restricciones, mientras que los expertos critican falta de previsión

ÁLVARO CABALLERO
8 min.

España se seca y lo hace cada vez más rápido. Pero la sequía actual -que apunta a ser una de las más severas de los últimos años- no sorprende a expertos y ecologistas, que ya en invierno y primavera advertían de lo que podría ocurrir este verano. Aunque la Península Ibérica está habituada a este fenómeno, la prolongada falta de lluvias y el calor extremo ya han empezado a tener importantes consecuencias, como los cortes de agua en cientos de municipios, desde pueblos de Cataluña a ciudades como Pontevedra.

Al problema coyuntural de la sequía le precede otro estructural, el de un déficit hídrico "muy importante". En otras palabras, "se consume agua por encima de la oferta", según explica a RTVE.es José Damián Ruiz Sinoga, catedrático de Geografía de la Universidad de Málaga y experto en recursos hídricos. "Las sequías son inherentes a la costa mediterránea, pero si encima la demanda del recurso está muy por encima de la capacidad de abastecimiento, es un problema muy serio", resume.

En las últimas décadas se ha demandado, para poder abastecer esta demanda, la creación de más embalses. Ahora "la infraestructura está creada, pero el problema es que no tienen agua", sigue Ruiz. Las reservas de agua para el consumo humano están al 37,9%, su nivel más bajo de la última década. La situación es especialmente grave en los pantanos del sur: muchos de la cuenca del Guadalquivir están al 15% de su capacidad, y otros en la del Guadiana no llegan ni siquiera al 10%.

"Hay que parar la sequía cuando llueve"

La preocupación entre los expertos no solo se limita a la situación actual, sino que se extiende a lo que puede venir a partir de ahora, ya que no se esperan grandes lluvias y los próximos meses serán probablemente más secos de lo habitual en buena parte de España, según la AEMET. Un informe de julio de la Comisión Europea advertía que, debido a los malos pronósticos para los próximos tres meses, "el suministro de agua puede verse comprometido" en el continente.

En conjunto, 2022 será especialmente seco, como ya advertían las predicciones a inicios del año. "En febrero ya denunciábamos que se esperaba un año de sequía", señala Celia Ojeda, portavoz de Greenpeace. "Este territorio siempre ha tenido sequías, el problema es que el aumento de las temperaturas por el cambio climático genera más evapotranspiración y, por tanto, cada vez tendremos menos agua disponible". El problema "suma y sigue", según Ojeda, ya que a las temperaturas de récord en mayo, junio y julio -que apunta a ser el segundo julio más cálido de la historia-, se suma la falta de precipitaciones. El pasado invierno fue el segundo más seco de la serie histórica de la AEMET, que empezó en 1961, y a pesar de que marzo y abril fueron más lluviosos de lo habitual, mayo fue extremadamente seco.

Ojeda denuncia que, a pesar de que ya se conocían estas predicciones, "las políticas públicas no han sido previsoras". Los cortes que se están tomando en decenas de municipios son medidas que llegan tarde, asegura: "Hay que parar la sequía cuando llueve, sabiendo los recursos que tendremos".

Una agricultura de regadío sedienta, pero en expansión

Actuar antes, para Ruiz, supone esencialmente "ordenar" el uso y el consumo del agua. Apunta a dos sectores en concreto: la agricultura y el turismo. El sector primario es el principal consumidor de agua en España, y su demanda ha ido a más a pesar de la tendencia a una mayor aridez de todos los modelos climáticos, como el del grupo de expertos sobre cambio climático de la ONU.

La superficie regada ascendía en España en 2020 a 3,8 millones de hectáreas (un 22% del total del área cultivada), una extensión que ha ido aumentando ligeramente aunque con constancia desde 2007, según datos del Ministerio de Agricultura. Ha crecido incluso el regadío en cultivos tradicionalmente de secano, como los almendros y otros frutales de frutos secos (donde se ha triplicado el riego en esta última década), olivos o viñedos. Para el ministro de Agricultura, Luis Planas, el regadío es "la joya de la corona" de la agricultura española, la primera en la Unión Europea en superficie regada.

La portavoz de Greenpace es más crítica y considera que la gestión del agua tendría que ser "racional" y basada en los modelos que prevé el cambio climático, algo que a día de hoy no ocurre. "No podemos tener un país que es la huerta de Europa, pero lo es a través del uso masivo del agua", señala, y se muestra convencida de que es necesario reducir la superficie de regadío, así como de la cabaña ganadera en macrogranjas. En ellas, además del abundante uso de agua, existe el riesgo de contaminación de los acuíferos por nitratos. Además, pide "acabar con los pozos ilegales", que cifra en más de un millón en España.

"No podemos tener un país que es la huerta de Europa, pero lo es a través del uso masivo del agua"

Ruiz también coincide en que "se está regando muy por encima de saber qué necesidades hídricas hay". Cree que "se puede avanzar todavía mucho más de la optimización" del agua. Por ejemplo, una hectárea de aguacate consume en torno a 6.300 metros cúbicos de agua en una zona en la que llueve 4.500 metros cúbicos. Esta cantidad de agua de riego que podría reducir "hasta la mitad" si se optimizaran los recursos y se evitaran desperdicios. El de los aguacates no es un ejemplo cualquiera: agricultores de la comarca de la Axarquía de Málaga, tradicionalmente muy seca, están arrancando árboles de aguacate debido a las menguantes cuotas de riego que establece la Junta de Andalucía.

La agricultura no es solo el sector que más agua consume, sino uno de los que más sufre la sequía. La producción de alimentos se vio resentida ya en febrero y marzo, meses más secos de lo habitual, mientras que la de cereales ha bajado entre un 20% y un 30% por la sequía y las altas temperaturas, una situación especialmente grave en Castilla y León.

Reciclar el agua o limitar las piscinas privadas y los campos de golf

Más allá del campo, en pueblos y ciudades, especialmente aquellos más turísticos, la gestión hídrica es mejorable, según concuerdan los especialistas. Narcís Prat, catedrático emérito de Ecología de la Universidad de Barcelona, sostenía en RNE que "se sigue actuando como si estuviéramos hace 15 o 20 años". Ruiz aboga por el reciclado del agua: "Hasta hace unos años era casi una entelequia volver a potabilizar el agua residual y ya no lo es, y eso es fundamental". También, en situaciones de emergencia, propone fomentar la desalinización.

Tarde lo que tarde - Una sequía inminente causada por el cambio climático - 28/07/22 - escuchar ahora

Ojeda, por su parte, pone el foco en el uso privado del agua. Se pregunta si "cada persona puede tener una piscina en su casa" y señala que "a lo mejor no podemos tener miles de campos de golf". "No creo que haya que privar del uso del verde y del espacio verde en las ciudades, eso hay que mantenerlo, pero a lo mejor un campo de golf no es vida en las ciudades, no es el verde que queremos", reivindica.

El catedrático de la Universidad de Málaga opina que "no es tan grave la proliferación de piscinas privadas como el hecho de muchas de estas piscinas tiren el agua abriendo el tapón". Pontevedra ya ha prohibido llenar piscinas, así como regar jardines privados y lavar coches, ante un escenario de escasez del río que alimenta la ciudad, el Lérez, que ha visto reducirse su causal un 73% en las últimas semanas de julio.

El mismo río también abastece a otras localidades turísticas de las Rías Baixas, como Sanxenxo o Buéu, que ya han prohibido por ejemplo las duchas y los lavapiés en las playas. Estos cortes son "ya una constante, algo frecuente y no anecdótico", para el geógrafo de la UMA, mientras que Ojeda recuerda que poblaciones con tanta presión turística como estas "ya tendrían que estar gestionando sabiendo que en verano triplican su población". La portavoz de Greenpeace defiende que es necesario actualizar los planes de abastecimiento para ciudades de más de 20.000 habitantes.

Más dura aún es la situación en municipios como Bonastre (Tarragona), donde solo sale agua del grifo cuatro horas al día o Peraleda de San Román (Cáceres), que tiene que recurrir a camiones cisterna ya que el embalse del que se abastece no llega ni al 5%.

Los expertos llaman a prepararse ante unas sequías como la actual, que serán más frecuentes en el futuro. "Quizá las sequías a partir de ahora no sean la excepción sino la norma", advertía Prat, mientras que Ojeda coincide: "Las sequías van a ser así o peores". El problema no se limita a España. En Italia, el principal río del país, el Po, está casi seco, lo que amenaza los cultivos de arroz y la producción de las centrales eléctricas, mientras que grandes ciudades como Verona o Milán han tenido que tomar restricciones. Francia, un país poco acostumbrado a la sequía y a los cortes, ha decretado la alerta en todo su territorio. Según el informe de la Comisión, casi la mitad del territorio europeo está en riesgo de sequía.

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