El anticiclón de las Azores, el sistema de altas presiones sobre el Atlántico, se ha expandido como nunca antes en los últimos 1.200 años, una situación que está provocando las condiciones más secas en la península ibérica desde hace más de ocho siglos y de la que es responsable el ser humano.
Según una investigación publicada este lunes en la revista Nature Geoscience, se espera que continúe aumentando en el siglo XXI a medida que los niveles de gases de efecto invernadero se incrementen y esto podría provocar un gran riesgo de sequía.
Los cambios en su tamaño "no tienen precedentes en el último milenio" y afectan al clima de Europa occidental, pues las Azores se conocen también como el "guardián" de las precipitaciones europeas. Concretamente, intensificarán la sequía en España y Portugal con una caída del 10 al 20% en las lluvias invernales durante el próximo siglo.
El anticiclón empezó a expandirse hace 200 años, junto al crecimiento de las emisiones humanas de gases de efecto invernadero. Pero su crecimiento se acentuó en el siglo XX, lo cual es coherente con un calentamiento de origen antropogénico.
Las Azores, clave en el clima de la península ibérica
El tiempo y los patrones climáticos a largo plazo en Europa Occidental se ven fuertemente afectados por la circulación atmosférica asociada a esa zona de altas presiones, que gira en el sentido de las agujas del reloj alrededor del norte de África, la costa este de EE. UU. y Europa occidental.
El aire seco que desciende hacia la superficie dentro del sistema es una de las principales causas de los veranos cálidos y áridos en gran parte de Portugal y España, así como en el Mediterráneo occidental.
Durante los meses de invierno, característicamente más húmedos, los cambios en la posición del anticiclón de las Azores son responsables de los vientos del oeste, desplazando la humedad hacia la península ibérica. No obstante, estas lluvias invernales han disminuido en las últimas décadas.
Dicho decrecimiento de las lluvias, según los expertos, está vinculado a la expansión del anticiclón. El equipo, encabezado por científicos estadounidenses de la Institución Oceanográfica de Woods Hole, ha descubierto esto al desarrollar y comparar varios modelos de su tamaño y extensión espacial con los indicadores geoquímicos de los niveles de precipitación del pasado conservados en estalagmitas portuguesas, que se remontan al año 850.
Las observaciones y simulaciones han señalado que los inviernos con un anticiclón de las Azores “extremadamente grande” son significativamente más comunes en la era industrial (aproximadamente 1850) que en la preindustrial, lo que resulta “en condiciones anómalas de sequedad” en todo el Mediterráneo occidental, incluida la península ibérica. De acuerdo al estudio, de un invierno extremo cada 10 años en el período preindustrial se ha pasado a uno cada cuatro años en el siglo XXI.