España, el tercer país de la OTAN que menos gasta en defensa en relación al tamaño de su economía, debería duplicar su volumen de gasto para cumplir con el compromiso adquirido por los socios de la Alianza Atlántica de destinar al menos el 2% de su producto interior bruto a defensa, un objetivo que ha quedado reforzado en la cumbre de Madrid con un consenso general para incrementar la inversión militar para hacer frente a las amenazas crecientes.
Así lo ha trasladado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la jornada de clausura de la cumbre, en la que ha reiterado -primero en una entrevista en TVE y, posteriormente, en su rueda de prensa- que España se marca como plazo acercarse a ese umbral en 2029, al tiempo que pedía a todas las fuerzas políticas que apoyaran ese propósito: "Tenemos que cumplir con ese objetivo. Pediré que sea un compromiso de país".
Más allá de las reticencias que pueda suscitar entre los diferentes partidos políticos -Unidas Podemos, socio de coalición del PSOE en el Gobierno progresista, ya ha anunciado que no lo apoyará-, lo cierto es que España se enfrenta a un considerable esfuerzo presupuestario para llegar a las cifras prometidas. Según los datos publicados esta semana por la OTAN, el gasto en defensa estimado para 2022 es de 13.035 millones de dólares, a precios constantes de 2015, mientras que a precios corrientes asciende a 14.810 millones.
Es apenas el 1,01% del PIB, lo que sitúa a España como el tercer país que menos dinero destina a defensa entre los aliados: solo Luxemburgo, con un 0,58%, e Islandia, que no cuenta con fuerzas armadas, están por debajo en esfuerzo militar. Y aunque solo nueve de los 30 miembros de la Alianza Atlántica alcanzan el umbral del 2%, países como Polonia o Grecia lo rebasan ampliamente.
Un esfuerzo notable a medio plazo
Para cumplir con ese compromiso, adquirido por todos los aliados en la cumbre de Gales de 2014 pese a que no es legalmente vinculante, España debería destinar este año a defensa 12.805 millones de dólares más, en términos constantes, lo que representa casi duplicar su presupuesto, hasta llegar a unos 25.840 millones. Y la cantidad será mayor a medida que el PIB, como es deseable, aumente en los próximos años.
En cualquier caso, en términos relativos, la distancia es la misma, hay que duplicar la aportación: si ahora dedica un punto del PIB a la inversión militar, España debería añadir otro punto más. Un esfuerzo notable, toda vez que, desde que se acordó en 2014, el gasto en defensa del país apenas se ha elevado una décima.
El compromiso de gasto, además, puede verse incrementado en los próximos años: el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ya ha advertido de que, en el contexto de tensión creciente con Rusia tras la invasión de Ucrania, ese umbral es "cada vez más el suelo, no el techo". En este sentido, el Gobierno, este o el que le suceda, deberá convencer a todos los ciudadanos de la necesidad de ese gasto si quiere cumplir con lo apalabrado.
Y es que España es uno de los países que menos dinero per capita gasta en defensa, con apenas 275 dólares al año por habitante en 2022, menos de la mitad que aliados que tampoco llegan a ese 2% del PIB como Francia (734 dólares por habitante) o Alemania (624 dólares). Así, los ciudadanos de hasta 20 países miembros de la Alianza Atlántica van a aportar más dinero per cápita a la defensa este año que los españoles, que destinan a ese fin casi ocho veces menos que los estadounidenses y tres veces menos que británicos y holandeses.
España si cumple otros dos compromisos
Pese a todo, España si cumple con el segundo compromiso financiero de la OTAN, que exige destinar más de un 20% de todo el gasto en defensa a equipamiento militar. En concreto, este año se estima que invertirá en este capítulo unos 3.415 millones, el 26,2% de todo el presupuesto de defensa, siempre según los datos de la Alianza Atlántica.
Así lo ha destacado Sánchez este jueves -"estamos muy por encima", ha recalcado- al tiempo que subrayaba que España cumple también con el criterio de estar presente en todas las misiones de la OTAN, con la única excepción de Kosovo por motivos diplomáticos, ya que el Estado español no reconoce la soberanía de ese territorio.
Y, en términos absolutos, España es el décimo contribuyente de la OTAN, con un gasto en defensa que representa el 1,24% del gasto colectivo. Asimismo, es el séptimo país que más aporta al presupuesto operativo de la Alianza Atlántica, el dinero que los aliados ponen en común para sostener la actividad cotidiana de la organización, algo más de 2.500 millones de euros este año, que sufragan desde la sede en Bruselas hasta los ejercicios militares conjuntos.