Las crisis climática, la pérdida de la biodiversidad o avanzar hacia un modelo productivo más sostenible. Es el triple desafío al que se enfrenta actualmente la Tierra y, ante los cuales, los expertos aseguran que comienza a dar muestras de agotamiento. "El planeta nos está avisando de que hay problemas y no debemos ignorarlos", advierte a RTVE.es Javier Benayas, catedrático de Ecología y secretario de la Red Española de Desarrollo Sostenible (REDS), con motivo de la celebración este domingo del 50 aniversario del Día Mundial del Medio Ambiente.
Estos síntomas van desde la pandemia del coronavirus, hasta las sequías o la desaparición de especies, según afirman los expertos, que denuncian que "las soluciones no están apareciendo a la misma velocidad que los problemas".
Asimismo señala que "llegar a la sostenibilidad no es una tarea única de los políticos". "Es cierto que tienen una tarea importante para establecer las estrategias a seguir, pero todos los agentes sociales y la sociedad tienen que incorporar la protección del medio ambiente a la vida cotidiana para que esto realmente funcione”, afirma Benayas. También apuesta por la colaboración internacional. “Un país puede tener un nivel alto de sostenibilidad, pero no puede ser a costa de los problemas en otros territorios”, defiende.
“Hemos perdido especies únicas que no recuperaremos jamás“
Entidades ecologistas como Greenpeace reclaman, por su parte, "impulsar un cambio radical y sistémico de nuestro modelo socioeconómico, sobre todo del modelo de producción y consumo", han dicho Ricardo Magán, director de Estrategia Sistémica de Greenpeace y Sagrario Monedero, directora de Acción e Impacto Sistémico de la organización, en declaraciones a Efe. "Hemos perdido especies únicas que no recuperaremos jamás, hemos impactado sobre algunos ecosistemas de manera desoladora y hemos perdido muchas vidas por culpa de la contaminación del aire, por inundaciones o las olas de calor", afirman.
Avances en medio ambiente, pero aún con importantes retos
Una de las maneras para medir el grado de sostenibilidad en los diferentes países son los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) de la Agenda 2030 de las Naciones Unidas y que se deben cumplir antes del 2030.
España se adherió a este compromiso en 2015 y, aunque desde entonces ha progresado en la mayor parte de ellos sitúandose en el puesto 16 de 193 del ránking, aún suspende con cuatro indicadores en rojo: acción climática, protección de ecosistemas, empleo de calidad y lucha contra el hambre, según el último Informe sobre Desarrollo Sostenible 2022 de la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (SDSN, por sus siglas en inglés).
“España ha ido mejorando de manera progresiva en los últimos años, pero lentamente. La acción climática es aún uno de los grandes retos, algo que también ocurre en gran parte de los países europeos", explica Benayas, que apunta a la importancia de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. "Todavía son altas, por lo que hay que hacer importantes esfuerzos para avanzar en la transición energética y en la descarbonización de las economías”, apunta.
Pero no todo son malas noticias. El informe también indica una tendencia de mejora en 15 de los 17 objetivos de sostenibilidad con respecto a años anteriores. De hecho, ocho de ellos se encuentran próximos a llegar a su grado de cumplimiento: Lucha contra la pobreza (ODS 1), Salud y bienestar (ODS 3) - aunque mantiene en naranja el indicador de esperanza de vida, que ha bajado después de la COVID-19; Educación de calidad (ODS 4); e Igualdad de género (ODS 5), siendo aún el principal escollo la brecha salarial. También estarían cerca de ponerse ‘en verde’: el acceso a la energía limpia y asequible (ODS 7) – aunque con datos de 2019, por lo que no cuenta con el ascenso de precios de los últimos meses -; Ciudades y comunidades sostenibles (ODS 11); Paz, justicia e instituciones fuertes (ODS16) y Alianzas internacionales para conseguir los objetivos (ODS17).
Temor a los efectos de la guerra en la transición verde
Los expertos miran con preocupación, también, hacia la guerra de Ucrania, no solo por los efectos sociales y económicos que está teniendo, sino por sus consecuencias en el medio ambiente. Bosques y humedales están en pleno centro de batalla y son, frecuentemente, una de las víctimas olvidadas del conflicto. De hecho, la contaminación en el aire y suelo puede afectar a otros países o mantenerse durante años en el territorio como ya ocurrió con desastres como el de la planta nuclear de Chérnobil.
La guerra entre Rusia y Ucrania también está poniendo a prueba la transición verde y al planeta. El objetivo de la Unión Europea de dejar de depender del gas y el petróleo de Moscú ha enfrentado a los Veintisiete, que buscan diferentes opciones. Mientras Bruselas insta a acelerar las energías renovables, en el corto plazo muchos territorios están volviendo a mirar al carbón y al gas, poniendo en riesgo la reducción de emisiones acordadas en el Acuerdo de París.
“La pandemia ha generado retrocesos en muchos países en relación al desarrollo sostenible, algo que puede volver a ocurrir con la guerra. Debemos mantenernos firmes en las metas climáticas y apostar por soluciones innovadoras", afirma Benayas sobre el conflicto que ya dura más de 100 días. "Si se hubiesen tomado medidas en ese sentido hace décadas, no tendríamos la dependencia del gas y el petróleo rusos que tenemos ahora mismo y que tanto estamos lamentando", defienden, por su parte, desde Greenpeace.