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Samantha Hudson: "Me renta más ser quien soy aun a riesgo de que me den una paliza o me maten"

Noticia   En Portada  
  • La artista, uno de los referentes LGTBIQ+, participa en el documental Después de Samuel

  • "La legitimización de los discursos de odio por parte del Estado tiene consecuencias", denuncia la cantante

  • Después de Samuel se estrena este miércoles a las 20:00 en RTVE Play y esta noche a las 00:15 en La 1 de TVE

FÁTIMA HERNÁNDEZ
10 min.

Es una de las referentes LGTBIQ+ más lúcidas. A Samantha Hudson no paran de llamarla de teles, radios y periódicos. Y alucina. Le falta tiempo. "Hay muchas más como yo, no soy la única", advierte.

Es joven. Tiene 22 años, pero parece mucho más madura. Es seria, profesional y muy trabajadora. Es una de las protagonistas del documental Después de Samuel que trata la LGTBIfobia.

En portada - Después de Samuel - Ver ahora

Pregunta.- ¿Quién es Samantha Hudson?

Respuesta.- Samantha Hudson es la chica de serie B más querida de España, una rubia muy legal y una chica con muy poca vergüenza y mucho morro. Y el resto pues es meramente anecdótico. Y además, mutable, porque de momento soy cantante, performer y artista, si es que significa algo esa etiqueta. Pero quizás en un futuro sea, no lo sé, socorrista en la playa.

Ser no binaria significa no estar de acuerdo con lo que te dicen que es hombre y lo que te dicen que es mujer

Soy bastante andrógina y eso es una realidad. Las etiquetas del género y de las orientaciones son tan restrictivas y tan cerradas y tan acotadas, es un molde tan estandarizado y un canon tan inalcanzable que, yo creo que cualquier persona puede sentirse fracasado en su tarea de cumplir con el género. Ahora pues encajo más en el espectro no binario del género.

Ser no binaria significa no estar de acuerdo con lo que te dicen que es hombre y lo que te dicen que es mujer. Entonces en vez de intentar encajar en una o en otra o esforzarte en amoldarte a un canon o a otro, pues directamente dices: mira ni para ti ni para mí, cariño, soy no binaria porque realmente el binarismo es una construcción social y un producto de la sociedad de occidente.

P.- Llama la atención su agudeza y crítica social.

R.- Cuando eres una persona que habita los márgenes, siempre se te cuestiona todo, incluso tu propia existencia, como ocurre con las personas transgénero, o las personas no binarias, entonces cuando te enfrentas a tantas preguntas y tantas incógnitas por parte del resto del mundo, te ves en la obligación de entender tu propia realidad para poder explicárselo a los demás, no porque te apetezca sino porque estás hasta el coño y sencillamente quieres que te dejen tranquila.

Mi hermano es homosexual también, así que siempre ha sido un referente y mis amigas han sido un pilar fundamental en mi vida, entonces cuando tienes tanto tiempo libre y creces en un entorno tan agradable, te puedes permitir el lujo de darle vueltas a la cabeza y a lo mejor hacerte preguntas que, en otras circunstancias no te harías. Cuando estás rodeada de estímulos hostiles y tienes que preocuparte de sobrevivir, a lo mejor no puedes tampoco prestar demasiada atención a temas de los que yo sí me preocupaba.

Samantha Hudson: "ni para ti ni para mí, cariño, soy no binaria"

P.- ¿Ha sufrido LGTBIfobia?

R.- Sí. Te sientes rechazada, agredida física, verbal y emocionalmente todos los días de tu vida, porque es agotador que se cuestione tu existencia, de todas las cosas que haces y, sobre todo, cuando eres un artista LGBTBIQ+ el público general te exige un nivel discursivo y una coherencia y una sensatez que no se le exige al resto de artistas cisheterosexuales, entonces cada cosa que haces, la tienes que mirar al dedillo, tienes que ser 100 % consecuente con todas las cosas que dices, o haces, porque si no, da la sensación de que eres un monstruo, un engendro posmodernista, que es lo que más me suelen llamar.

Samantha Hudson: el sarcasmo, la acidez y la denuncia social

P.- ¿Qué piensa de las agresiones al colectivo LGTBI?

R.- Creo que las agresiones que estamos viendo en los tiempos que corren son el fruto precisamente de permitir que partidos derechistas y neofascistas tengan un lugar en las instituciones, y que personas que van radicalmente en contra de los derechos humanos ocupen un cargo importante en el Gobierno o se sienten junto al resto de diputados en el Congreso.

Creo que la legitimización de los discursos de odio por parte de las instituciones y por parte del Estado tiene consecuencias, y la amplificación de dichos discursos en los medios de comunicación también tiene consecuencias y son tangibles y palpables y las estamos viendo a día de hoy. Aunque también he de decir que esas agresiones siempre han tenido lugar, aunque a lo mejor no fueran tan evidentes, pero yo creo que ahora nos dábamos más cuenta precisamente porque en los últimos años se han hecho bastantes avances. Quizá antes no se prestaba atención a ciertos temas, ciertas cuestiones sociales. Sencillamente se toleraban, no se les prestaba atención. Pero ahora que la tónica general es defender unos principios o abogar por la diversidad y la inclusión de todo tipo de personas disidentes en todos los ámbitos de la vida, está tan a la orden del día, pues que cuando ocurre una de estas desfachateces, y una de estas desgracias, yo creo que produce una reacción mucho más grande porque hay mucha gente que está en contra de esto. Pero esto lleva pasando toda la vida y yo porque soy muy joven, pero si hubiera nacido hace 50 años, posiblemente me habrían matado y si hubiera nacido hace 70 años, me habrían fusilado.

P- ¿Siente miedo a salir a la calle a veces?

R.- Sí, siento mucho miedo. Pero también me lo paso muy bien siendo como soy. Haciendo el baremo, me conviene más. Sí, me renta más el ser quién yo soy aún a riesgo de que me den una paliza o me maten. Pero por lo menos ya sé que me van a matar y corro ese riesgo yendo estupenda vestida y siendo una chica guapísima, majísima y divertidísima.

Me renta más el ser quién yo soy aún a riesgo de que me den una paliza o me maten

Samantha Hudson durante la sesión de maquillaje en Prado del Rey. FÁTIMA HERNÁNDEZ

P.- ¿Ser una activista LGTBIQ+ se elige?

R.- No es que yo me haya planteado ser la mayor de las activistas, de manera intencionada, o destrozar el sistema. Yo precisamente soy un producto del sistema, más que un producto, una consecuencia, consecuencia de un sistema muy restrictivo, con una violencia muy específica y muy explícita que me ataca y me sitúa en el foco de mira simplemente por el hecho de ser como soy.

Quizá sea transgresora pero para que yo sea transgresora, tiene que haber algo que transgredir. Tal vez sea la hora de dejar de prestar atención a las personas que habitan los márgenes y cuestionarse también por las personas que habitan la norma, porque yo llamo la atención porque hay una multitud de personas que siguen unos estándares, como si fueran borregos, entonces a mí me resulta mucho más dispar y mucho más estrambótico que haya una gran norma general que actúe toda de una manera concreta y que se comporten todos con unas actitudes determinadas en común, a que haya un solo individuo que tenga su propia personalidad y haga las cosas como mejor le convenga.

P.- Era un adolescente mallorquín de 16 años llamado Iván González cuando, en un trabajo para el instituto, grabó con el móvil un video que le lanzó al centro de la noticia y a la fama.

R.- Con el videoclip “Maricón” y en general con todo lo que pasa, siempre resulta paradójico, porque critico los abusos de la Iglesia contra el colectivo LGTB en un videoclip y una canción, y la Iglesia se enfada y arremete contra mí siendo yo un menor de edad enviando a partidos de ultraderecha al Defensor del Menor y recogiendo 27.000 firmas para expedientarme, situándome en el foco mediático, exponiéndome a cualquier sinvergüenza que se le cruzara un cable y decidiera tomarse la justicia por su mano, demostrando así que mi crítica en esa canción estaba en lo cierto.

Ahora he hecho un videoclip, “Por España”, criticando el fascismo y todo el pensamiento reaccionario del ideario colectivo nacional y resulta que los fachas se enfadan y la izquierda reaccionaria, que pertenece también a ese imaginario, y a ese ideario, también se enfada, dándome una vez más la razón. Por eso digo, yo transgredo, pero si no hay nada que transgredir, yo simplemente soy una tonta diciendo tonterías, entonces a lo mejor soy ridícula, pero quién se pica ajos come. Y si realmente el fascismo está tan superado o si la Iglesia es tan tolerante y tan inclusiva como nos quieren hacer creer, por qué iban a poner el grito en el cielo por una crítica precisamente a esas cosas o a esas actitudes que yo digo que ellos tienen.

"El sentido del humor siempre ha sido una herramienta muy poderosa". EN PORTADA

El sentido del humor siempre ha sido una herramienta muy poderosa

Cuando ya vas directa a la frivolidad y a la banalidad, es mucho más sencillo, emplear el humor, la acidez, el sarcasmo y la ironía para jugar las cartas a tu favor y hacer una denuncia social en caso de que quieras hacerla. Porque yo también tengo canciones que son meramente hedonistas y para entregarse al disfrute y al desmelene. Yo creo que el sentido del humor siempre ha sido una herramienta muy poderosa.

P.- ¿Qué piensa de las terapias de conversión?

R.- A mí me parece fuertísimo que las terapias de conversión sigan existiendo a día de ahora. Tengo amigas que han ido a terapias de conversión, que han asistido a sesiones de psicología y psiquiatría para curar su homosexualidad. Me parece de nuevo un enfoque erróneo. ¿Por qué no vas a curar a una persona de la heterosexualidad?. Ser gay no es una fase para nadie. En cambio ser heterosexual sí que ha sido una fase para todos los homosexuales y todas las personas LGBTBIQ+ en esencia, han fingido y han performado ser heterosexuales, para encajar en esa norma y escapar de esa violencia, entonces yo creo que ser hetero es más fácil que ser gay, así que quizás las terapias de conversión, se las tendrían que hacer a los heterosexuales.

Hace nada la transgeneridad era una patología, hace realmente nada y hace tampoco mucho, la homosexualidad lo era, y yo creo que la ciencia no es una verdad absoluta ni mucho menos, y lógicamente, pues va en función de los valores que tenga la sociedad de cada momento. Yo creo que ya hemos pasado esa fase, pero bueno, sinvergüenzas y gilipollas hay en todos los sectores de la sociedad.

Samantha Hudson durante la grabación de esta entrevista para el documental "Después de Samuel". EN PORTADA

P.- ¿Y su familia cómo ha reaccionado?

R.- Mis padres no sabían muy bien cómo gestionarlo porque un hijo maricón es más tolerable, también dependiendo de qué familias, por desgracia, pero ellos estaban hechos a la idea de que tenían dos hijos homosexuales, lo que no se esperaban es que iban a tener una hija travesti y una hija travesti tan controvertida y tan polémica. Pero yo creo que jugaron muy bien sus cartas y si bien, no lo entendieron y tampoco me mostraron un apoyo incondicional y desmesurado, me dieron el beneplácito del silencio y yo creo que es una opción inteligente porque ante algo que no entiendes y no sabes cómo gestionar, mejor quedarte al margen, hasta que tengas las herramientas necesarias para aportar algo que sea constructivo y edificante. Antes que meterte por narices y acabar metiendo la pata. Entonces cuando ya entendieron lo que pasaba, hicieron lo que yo esperaba que hicieran que es apoyarme en todo, mostrarme su cariño y estar ahí para lo que fuera necesario.

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