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Luz de gas. Explicamos por qué la guerra de Ucrania dispara el precio de la electricidad

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Con la invasión de Ucrania por parte de Rusia el precio de la luz ha alcanzado un récord nunca antes visto en nuestro país. La relación entre un hecho y el otro no es fácil de entender. En redes leemos comentarios como: “Buenos días a tod@s, menos a quienes hoy intentarán convencernos de que el precio de la luz (...) se debe a la carestía del gas tras la invasión de Ucrania” o “No puede ser que de esta tragedia las eléctricas hagan negocio” y también: “Ahora la excusa es la carestía del gas tras la invasión de Ucrania. Pero la inmensa mayoría de la electricidad que consumimos se produce sin gas. La regulación del mercado es una estafa”.

En el sector de la energía circula una frase ingeniosa que dice: “Si has conseguido entender el mercado eléctrico, es que te lo han explicado mal”. En este texto te ayudamos a comprender la subida de la luz de modo sencillo partiendo del funcionamiento del mercado mayorista de la electricidad que se ha disparado en la segunda mitad de 2021 debido, básicamente, a tres factores:

El mercado marginalista o la parábola de los panes y los vatios

Para entender el precio de la luz, es importante comprender lo que significa “mercado marginalista”, un concepto que no encaja con la lógica habitual de lo que la mayoría de la población entiende por “mercado”. Inspirándonos en un artículo del ingeniero eólico Sergio Fernández Mungía para la web Xataka intentamos explicar el “mercado marginalista” de forma comprensible para los no técnicos en la materia.

Érase una vez la jefa de cocina de un colegio en el que cada día daba de comer a 130 niños y niñas. Cada tarde la jefa iba al mercado a comprar el pan del día siguiente, concretamente 130 panecillos. La jefa se fija en el precio del pan en los distintos puestos del mercado y, tras identificar los más baratos, empieza la compra del pan del día siguiente.

Primero se dirige a la panadería eólica donde venden cada panecillo por 0€. La jefa de cocina se lleva los 50 panecillos que estaban disponibles. Luego se dirige a la panadería nuclear donde venden cada panecillo por 1€ y se lleva los 60 panecillos que estaban disponibles.

La jefa de cocina saca cuentas: Ha comprado 110 panecillos pero le faltan 20 para dar de comer a todos sus alumnos así que se dirige a la última panadería que queda, la panadería de gas donde un letrero dice claramente: “Panecillos a 450€”. La jefa de cocina tiene un grave dilema. No puede dejar a 20 de sus niños sin comer pero sabe que este precio es muy alto. Al final decide comprar al panadero del gas los 20 panecillos que le faltaban.

Con su cesta repleta con 130 panecillos, se dirige a la salida del mercado donde el panadero nuclear le hace señas. Le recuerda que está en un “mercado marginalista” cuyo precio final se fija a partir del precio más caro en que oferta y demanda se encuentran. En consecuencia la jefa de cocina deberá abonar 450€ por panecillo a la panadería del gas y también a la panadería nuclear y a la panadería eólica para que todos cobren el precio más alto pagado.

La parábola llevada a tu factura de la luz

Más allá de los relatos, la realidad es más compleja. En el mercado de la energía real hay otros actores además de la jefa de cocina y los panaderos y muchos más factores a tener en cuenta. Por ejemplo: en el mundo real la jefa de cocina no va al mercado una vez al día sino una por cada hora. No se pasea por las distintas fuentes de pan sino que acude a un mostrador único y los que venden el kilovatio más barato lo hacen porque saben que al final de la cadena vendrá otro que fijará un precio muy alto. Si lo tuvieran que vender por sí solos su precio sería muy distinto. Finalmente no existe una sola forma de comprar kilovatios. El “mercado marginalista” diario es una de ellas pero también se puede pactar una cantidad fija a largo plazo y, en estos casos, el precio se fija vía negociación.

En cualquier caso, las leyes del mercado marginalista son las que acaban prevaleciendo y determinan lo que se pagará por la luz en el mercado mayorista hora por hora. Estos precios por hora se fijan en una subasta realizada en el organismo que arbitra entre la oferta y la demanda en España, el Operador del Mercado Ibérico de la Electricidad (OMIE).

El precio mayorista repercute de manera indirecta en tu recibo de la luz. Mediante una fórmula matemática fija los precios de las horas punta y valle de tu recibo. Si tienes una tarifa plana con tu compañía distribuidora, este precio no lo notarás día a día pero sí cuando te toque renovar tu contrato anual. En tu factura final, no sólo pagas por la electricidad que consumes. También pagas una serie de términos fijos como la potencia contratada o impuestos. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) te explica “Cómo descifrar” tu recibo de la luz en este artículo.

Factor 2: Cuando el gas natural se dispara, la electricidad también

El gas natural, como el resto de los hidrocarburos, ha subido mucho de precio en los últimos meses. La electricidad que se produce en España procede de, al menos, 11 fuentes diferentes. Según el último informe de Red Eléctrica Española (REE) (Pág 5), el la columna de “año móvil” (últimos 365 días) vemos que la energía eólica es la que más kilovatios ha aportado al sistema (59.174 GWh, el 24% del total) superando por poco a las centrales nucleares (54.040 GWh, el 22%). Los recursos baratos (viento, agua, sol, etc.) no dan para cubrir toda la demanda de nuestro país (242.000 GWh al año) así que, al final, hay que acabar produciendo electricidad con gas (ciclo combinado o cogeneración) que juntas aportan el 26% de la electricidad que necesitamos.

Por la ley del mercado marginalista, siendo el proveedor más caro el que marca el precio de toda la cadena de valor del producto, es el precio del gas el que fija el precio de la electricidad de todo el sistema, no solo de su segmento, sino también del 74% restante. Según los datos del mercado mayorista del gas de Trading Economics, el precio del gas en el mercado de los países bajos (Natural Gas EU Dutch TTF) de referencia en Europa pasó de 3,51€ en mayo de 2020 a 264.99 € el 7 de marzo de 2022 (+7.549%). Esta materia prima ya subió mucho a lo largo de 2021 pero la invasión rusa de Ucrania ha disparado la curva como nunca antes como se puede observar en la gráfica.

Gráfica de precio del gas en el mercado mayorista europeo. Trading Economics con datos de Natural Gas EU Dutch TTF

¿Qué consecuencias han tenido estos factores en el precio mayorista de la electricidad en España?

En el siguiente gráfico puedes ver que la gran subida de la electricidad en España se produce a partir de la segunda mitad de 2021 coincidiendo con el fuerte incremento del precio del gas en el mercado internacional. Tras un descenso moderado al inicio de 2022, el precio escala de nuevo al iniciarse el ataque ruso a Ucrania (precios medios diarios / Fuente OMIE).

Factor 3: Levantar los topes justo cuando el precio está a punto de superarlos

En el BOE del 20 de mayo de 2021 se recoge una resolución de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por la que acomoda nuestra regulación al reglamento de la UE relativo al precio de la electricidad. Entre las novedades significativas del cambio de 2021 está el fin del tope al precio de la electricidad en el mercado mayorista que hasta entonces estaba fijado en 180,3 € MW/h y que, desde entonces, según los criterios unificados de toda la UE, quedó establecido en 3.000 €. Si no se hubiera elevado este tope, el incremento del precio del gas no hubiera repercutido tanto en el precio de la luz pues el precio máximo hubiera quedado limitado al llegar a los 180,3 €.

La industria eléctrica apoya el levantamiento de este tope. Según nos explica Pedro González, director de regulación de la Asociación Empresas de Energía Eléctrica de España (AELEC), si en la segunda mitad de 2021 se hubiera mantenido el límite máximo de 180 euros, las empresas se hubieran encontrado con que debían vender electricidad por debajo de su coste. Afirma: “Lo que sucedería es que nos vamos a una interrupción del suministro”.

¿Refleja este sistema el coste real de la energía eléctrica?

Pedro González opina que sí y recurre a la parábola de los panes y los vatios para explicar que la electricidad es un único producto se genere donde se genere: “[La jefa de cocina] va a la panadería y dice yo quiero 130 bollos de pan (...) No está comprando pan eólico o pan nuclear o pan de gas natural. Ella compra pan (...) ¿Por qué va a haber un pan a precio distinto cuando lo que estamos consumiendo es pan?”. Según Gonzalez, “si nos fuéramos a un diseño alternativo en el que se dijese qué [tipo de planta] tiene qué [aportar energía] a dedo, entendemos que eso llevaría al mismo resultado y generaría ineficiencias”.

Jorge Sanz Oliva, director asociado de la consultora Nera y expresidente de la Comisión de Expertos para la Transición Energética, sostiene que así se emite “la señal correcta para que no haya despilfarro”. “Todos los kilovatios, independientemente de la tecnología con la que se produzcan, son en cada momento del tiempo igualmente escasos”. Y añade: “A nivel técnico todos estamos de acuerdo en que el modelo es el que garantiza el suministro al menor coste posible”. Añade que los precios muy baratos o incluso gratuitos a los que se oferta la energía o eólica o nuclear responden al hecho de que las industrias saben que al final van a obtener el precio mayor: “Cada empresa revela su coste incremental (el precio de incrementar la producción) porque sabe que no es eso lo que le van a pagar, que le van a pagar el de escasez (el que refleja la disponibilidad limitada de un recurso)”.

El Gobierno se ha mostrado crítico con este sistema por el que las generadoras más baratas reciben por lo que producen el precio más caro. El presidente Pedro Sánchez dijo en TVE el 13 de septiembre de 2020 (vídeo minuto 2:10): “Hay empresas energéticas que en estos momentos están teniendo beneficios extraordinarios. A mí esto no me parece aceptable en la medida en que estos son beneficios que les vienen como consecuencia de la evolución de ese precio energético en los mercados internacionales (...) Lo que vamos a hacer es detraer estos beneficios extraordinarios que obtienen las empresas energéticas. Se lo pueden permitir”.

Más tarde el Gobierno impulsó una reforma del mercado eléctrico a nivel europeo que pretendía apartar provisionalmente el precio del gas del mercado marginalista si su precio superaba cierto umbral. Esta reforma ha sido rechazada en Bruselas.

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