Cruce de acusaciones en la ONU. Estados Unidos, Francia y Reino Unido han cargado este viernes contra Rusia por el ataque a la central nuclear ucraniana de Zaporiyia, un incidente que Moscú ha descrito como parte de una campaña de propaganda en su contra y del que ha responsabilizado a "saboteadores ucranianos".
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha celebrado una nueva reunión de emergencia sobre la guerra en Ucrania, centrada en este caso en las hostilidades en Zaporiyia, la mayor planta de este tipo en Europa y que ahora está bajo control ruso.
Los ataques armados contra la central atómica han disparado todas las alarmas en la comunidad internacional, aunque finalmente parece que el ataque no ha provocado daños graves a pesar de que un edificio situado a pocos cientos de metros de los seis reactores se ha incendiado.
Así se lo ha confirmado al Consejo de Seguridad el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, quien ha explicado que los sistemas de seguridad de la central no se han visto comprometidos cerca de los reactores y que los niveles de radiación son normales.
"Consideramos que desde un punto de vista técnico las operaciones continúan de forma normal, aunque, como he subrayado (...), por supuesto no hay ninguna normalidad en esta situación, cuando hay fuerzas militares a cargo de la instalación", ha dicho Grossi en una conexión por videoconferencia desde un avión rumbo a Irán.
Denuncian el riesgo de un desastre por un ataque "imprudente"
"Por la gracia de Dios, anoche el mundo evitó por poco una catástrofe nuclear", ha declarado la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, quien ha acusado al ejército ruso de lanzar un ataque "increíblemente imprudente y peligroso" y de poner en riesgo a "los civiles en Rusia, Ucrania y Europa".
Es por ello que ha exigido pasos para garantizar la seguridad en esa y otras instalaciones nucleares que hay en Ucrania, incluida Chernóbil, que también ha sido tomada por fuerzas rusas.
El Reino Unido, por su parte, ha denunciado que esta es la primera vez en la historia en la que una central nuclear en funcionamiento es atacada por un Ejército y ha recalcado que la situación no puede volver a darse. "Incluso en medio de una invasión ilegal de Ucrania, Rusia tiene que mantener los combates alejados y proteger la seguridad de las instalaciones nucleares", ha señalado la embajadora británica, Barbara Woodward.
Francia también ha alertado de las posibles consecuencias catastróficas de un ataque de este tipo y ha exigido a Rusia que cese inmediatamente las "actividades ilegales y peligrosas" y permita que las autoridades ucranianas recuperen el control de todas las plantas atómicas.
El Gobierno francés va a proponer en las próximas horas medidas para garantizar la seguridad de las cinco principales centrales nucleares de Ucrania y quiere que a partir de ahí Kiev llegue a un acuerdo con Rusia para que no planteen peligro.
Rusia niega su responsabilidad
Frente a estas acusaciones, el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, ha negado que sus tropas atacaran la central y ha atribuido los combates a una operación de saboteadores ucranianos para tratar de culpar a Moscú. Según el embajador, tras disparar contra soldados rusos y ser repelidos, prendieron fuego al edificio que se vio en llamas.
"Esto es todo parte de una campaña de mentiras y desinformación sin precedentes contra Rusia", señaló Nebenzia, que dijo que su país controla Zaporiyia y sus alrededores desde el pasado 28 de febrero y que sus fuerzas fueron atacadas anoche por ucranianos.
Nebenzia ha asegurado que el Ejército ruso está haciendo todo lo que está en su mano "para garantizar la seguridad de las instalaciones nucleares ucranianas".
China, que hasta ahora se ha mantenido más o menos equidistante ante la guerra, ha agradecido las explicaciones rusas y pedido a todas las partes que actúen con cautela y colaboren con el OIEA para garantizar la seguridad nuclear.