Las familias españolas se han volcado en acoger a los niños que huyen de la guerra de Ucrania, un drama humanitario que ya deja más de 1,2 millones de refugiados y que, según la ONU, puede llevar a la salida de cuatro millones de personas del país.
"Estamos organizando un viaje a Polonia para poder recibir los dos autobuses llenos de niños que van a salir de Ucrania", este es el primer paso que va a dar Cristóbal, padre de acogida con la asociación gaditana Niños de Ucrania y Andalucía, para intentar traer a "cuantos más niños mejor". Él, junto a otros compañeros de la junta directiva, viajará a Polonia para recibir los autobuses que abandonan el país después de que comenzara la invasión Rusa hace ya nueve días.
Polonia se ha convertido en uno de los países que más refugiados ha recibido desde el inicio de la guerra. Según ACNUR, unas 649.000 personas han abandonado Ucrania rumbo a este país de la Unión Europea.
Cristóbal y su mujer Ana llevan años acogiendo en verano y en navidad a Sofía, de nueve años. "No sabemos si podrá salir, la información es muy confusa", relata Cristobal a RTVE.es. Sofía vive en la zona de Chernígov, tomada por las tropas rusas el pasado 28 de febrero.
Esta ciudad al norte del país es una de las que más está sufriendo los ataques de las tropas rusas. Las autoridades ucranianas han elevado este viernes a 47 los fallecidos en el bombardeo ruso el jueves contra un área residencial de la ciudad, según ha informado el Mando General de las Fuerzas Armadas.
"Hablamos con ella todos los días, pero de momento no podemos hacer más". Sofía, al igual que otros muchos niños, sigue atrapada en Chernígov. "Nos cuenta que tiene mucho miedo porque escucha los bombardeos", explica este padre de acogida andaluz. "Le decimos que no salga de casa y que se aleje de las ventanas", añade. Él y su mujer esperan ahora con esperanza que los corredores humanitarios conseguidos tras las conversaciones de este jueves entre las delegaciones rusas y ucranianas permitan su salida. Mientras tanto Sofía sigue sin poder salir a la calle ni ir al colegio.
Desde Polonia, Cristóbal y sus compañeros esperarán a los pequeños, que según indica, "tienen mucho miedo, muchas ganas de huir". Pese a todo el dolor, la reacción de sus convecinos le enorgullece: "Hay muchas familias que se están volcando y quieren acoger", señala orgulloso.
Lo confirma Dolores, gerente de esta ONG andaluza: "Nos han llamado hasta 300 familias". "Nuestro objetivo principal es poder sacar a todos los niños que podamos".
"Lo importante es sacarlas de allí"
Isabel, de Jerez de la Frontera, es de ese grupo de personas que no han dudado en acoger. De forma habitual, Polina, de seis años, pasa las navidades y los veranos en su casa, pero por la situación actual ha decidido acoger también a su hermana Alona, que cumple cinco años este sábado.
En un comunicado, Unicef ha asegurado que el conflicto está teniendo un impacto devastador para los niños ucranianos, con millones de ellos afectados por la violencia, sobre todo ante el aumento de los bombardeos en zonas urbanas.
"Hablo todos los días con ellas, aunque a veces no lo cogen porque están en el refugio", cuenta preocupada. Antes de poder organizar su salida con la asociación, les envió varios paquetes de comida, ropa y dinero, aunque nunca llegaron. Ahora gracias a una monitora respira tranquila al saber que las pequeñas viajan en uno de los autobuses que se dirige camino a Polonia.
"Lo importante es sacarlas de allí. Son dos hermanas, pero como si son tres", explica. "Lo primero que voy a hacer en cuanto lleguen va a ser llevarlas de paseo y a una cafetería que a Polina le encanta".
"Hemos recibido entre 400 y 500 llamadas"
Desde Cataluña, la asociación Osona amb els nens también habla de cientos de llamadas de familias interesadas en acoger. "Hemos recibido entre 400 y 500 llamadas", explica Mercè Fiol, directora de la organización a RTVE.es.
"Los niños llegan todos este fin de semana, también viene alguna familia que ha conseguido salir entera". Desde la asociación llevan desde 1997 acogiendo a niños ucranianos y bielorrusos que tuvieron que ser desplazados de su casa a raíz de la explosión de la central nuclear de Chernóbil. "Hay muchos niños que ya tienen una familia, pero hay mucha gente nueva que se ha apuntado ahora por lo que está pasando".
Los gestos de solidaridad no han parado de repetirse y hay mucha gente que llama para ofrecer cualquier hueco que tenga en su casa "llaman y nos dicen yo tengo hueco para dos o para tres".
Hasta ahora, Naciones Unidas ha confirmado la muerte de 17 niños en lo que va de guerra, aunque esa cifra sólo incluye los casos que la organización ha podido verificar, por lo que estima que el número real es probablemente mucho mayor.