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Análisis | Crisis en Ucrania

El precio político del conflicto en Ucrania para Biden: baja popularidad ante el fiasco de Afganistán

LAURA GÓMEZ DÍAZ
8 min.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está intentando gestionar la creciente tensión en Ucrania con la vista puesta en abortar una invasión rusa y evitar que las maniobras de su homólogo ruso, Vladímir Putin, para aumentar la esfera de influencia de Moscú terminen dañando su presidencia.

El inquilino de la Casa Blanca está combinando la herramienta de la diplomacia con movimientos de tropas y amenazas a Rusia y buscando la complicidad de sus aliados europeos, cuando su popularidad no está en su mejor momento y a poco más de ocho meses de las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos.

El catedrático del Instituto Franklin-Universidad Alcalá de Henares, José Antonio Gurpegui, opina que Biden se juega “su prestigio como presidente y el futuro de su presidencia” en esta crisis. Por su parte, el profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas, Pedro Rodríguez, no cree que el presidente estadounidense vaya a ser responsabilizado si estalla una guerra.

Biden, preocupado por la economía y nada interesado en un conflicto

Desde el comienzo de la crisis en Ucrania, la Administración de Biden ha seguido la estrategia de comunicar cualquier movimiento de las tropas rusas e incluso ha llegado a pronosticar un día para la invasión de Ucrania, una previsión que no se ha cumplido, aunque los expertos creen que en realidad se trataría simplemente de una táctica estadounidense para hacer fracasar los planes del Kremlin.

El profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas afirma a RTVE.es que Estados Unidos “ha aprendido de la habilidad de Rusia para manejar la desinformación y está anticipándose a lo que pueda hacer el Kremlin”. “En cierta manera esto está consiguiendo atar en corto a los rusos”, señala.

Ucrania, la primera gran crisis internacional para Biden tras la retirada de Afganistán

Rodríguez subraya que Estados Unidos se encuentra en una situación "gravísima en términos de sectarismo, división y polarización” y destaca que Biden asumió la presidencia tan solo 14 días después del asalto al Capitolio. Por ello, opina que “a la Administración Biden no le interesa en absoluto un conflicto”. “Está bastante ocupado en intentar que la economía y las instituciones políticas, la democracia, funcionen en Estados Unidos”, asevera.

José Antonio Gurpegui dice que “en este momento, sin haber entrado todavía en conflicto”, el presidente de Estados Unidos “no tiene mucho más margen para sus actuaciones que hacer lo que está haciendo”.

La gestión de Biden de la crisis ucraniana en buena parte ha consistido en enviar unos cuantos miles de soldados a países del este de Europa, desplazar a personal diplomático fuera de la embajada en Kiev, recomendar a los ciudadanos estadounidenses que salgan de Ucrania, ponerse de acuerdo en un plan de acción con sus aliados y desclasificar informes de los servicios de Inteligencia sobre las intenciones de Rusia.

En este sentido el profesor de la Universidad Pontificia Comillas destaca que para “disuadir a Rusia de una acción armada en Ucrania hace falta un frente internacional occidental muy unido, por lo menos de los miembros de la OTAN, y evidentemente hay dificultades”. Rodríguez indica que el presidente ruso, Vladímir Putin, ha elegido “un momento de debilidad y de división política en Europa”.

La invasión de Ucrania, “determinante” para Biden

Desde noviembre, Rusia ha ido acumulando tropas en las fronteras con Ucrania. El embajador de Estados Unidos ante la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), Michael Carpenter, detalla que Rusia ya ha acumulado entre 169.000 y 190.000 militares en la frontera ucraniana, frente a los alrededor de 100.000 con los que contaba hace unas semanas. A pesar de que Putin haya anunciado la retirada esta semana de una parte de sus tropas, Estados Unidos asegura que en los últimos días Moscú no solo no ha replegado a sus tropas, sino que ha enviado 7.000 soldados adicionales.

La Administración Biden ha advertido en reiteradas ocasiones de que la invasión rusa cada vez es más probable, pero el secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, subrayó ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que “sería un alivio que Rusia no invada y que demuestre que nuestras predicciones han sido errores”. “Sería mucho mejor, aunque eso supusiera críticas hacia nosotros”, aseveró.

24 horas - Estados Unidos insiste en que la invasión de Ucrania es inminente y Rusia lo desmiente - Escuchar ahora

En medio de la crisis ucraniana y con la cuenta atrás para las elecciones de mitad de mandato, que se celebrarán en noviembre, la popularidad del presidente estadounidense es escasa. Según una encuesta de Pew Research Center, el 41% de los estadounidenses aprueba el trabajo que está haciendo Biden.

Gurpegui asegura que con el conflicto ucraniano Biden se juega “su prestigio como presidente y el futuro de su presidencia” y subraya que si Rusia invade Ucrania sería “nefasto” para el mandatario. “Sería difícil que pudiera levantar cabeza”, destaca el profesor, quien detalla que “las estadísticas muestran actualmente que probablemente pierda la mayoría de las Cámaras (en las elecciones) y si se entra en un conflicto bélico, sería determinante” para el futuro de la presidencia de Biden.

Por su parte, Rodríguez opina que “si Putin sigue destrozando Ucrania, Biden no será responsabilizado”. “La derecha que domina el Partido Republicano no le va a reprochar nada. Durante los cuatro años de Trump hubo una extrema y sospechosa complicidad con Rusia y un argumento que se repite es que Ucrania no tiene ningún valor estratégico para Estados Unidos”, recalca el profesor de Relaciones Internacionales, quien añade que “dado el nivel de hartazgo que ha supuesto las guerras de Irak y Afganistán, yo creo que no hay un precio que pagar”.

Biden paga el precio de los errores cometidos en Afganistán

La situación en Ucrania es la primera gran crisis internacional para el presidente de Estados Unidos desde la caótica retirada de tropas de Afganistán en agosto de 2021. “El problema es que en Afganistán Estados Unidos, al llevar a cabo una retirada caótica, apresurada y sin coordinación con sus aliados, escenificó una derrota”, argumenta Rodríguez. “La realidad es que no fueron derrotados, pero hay mucha gente que ha tomado nota: los propios talibanes, Putin, China, los yihadistas…”, añade.

“Digamos que las imágenes de Kabul muestran que Estados Unidos no tiene paciencia estratégica para afrontar conflictos de este tipo y esto se ha planteado como una oportunidad para muchos actores internacionales”, opina Rodríguez.

Los últimos soldados de Estados Unidos abandonan Afganistán tras 20 años de guerra

El expresidente republicano Donald Trump, quien mantuvo muy buena relación con el presidente ruso durante su mandato, ha señalado que Putin se “envalentonó” para invadir Ucrania tras la retirada de Estados Unidos de Afganistán.

Según el catedrático del Instituto Franklin-Universidad Alcalá de Henares, “en la política lo que manda es el día a día” y si Biden logra “solventar la situación en Ucrania, al menos a sus votantes les haría olvidar lo que ocurrió en Afganistán”. “Si bien el asunto de Afganistán será una mácula que tendrá siempre en su currículum, si logra solventarlo sin llegar a un conflicto bélico, será recordado por haber evitado una guerra”, manifiesta Gurpegui.

El suministro de gas, el menor problema para EE.UU. si hay un conflicto

El presidente de Estados Unidos ha advertido de que en caso de que Rusia invada Ucrania y Occidente imponga sanciones a Moscú, su país podría sufrir interrupciones en el suministro de energía y fuertes aumentos en los precios. Por ello, Biden ha anunciado que su Administración está trabajando en planes de contingencia con los productores de energía para evitar posibles problemas de suministro.

“Estados Unidos tiene capacidad de producción que puede movilizar sin necesidad de tener que importar gas”, explica el profesor de Economía de Comillas ICADE, Emilio González. “Tiene capacidad de producción, tiene grandes yacimientos de gas que se pueden explotar y utilizar con el fracking y, en principio, una posible guerra de Ucrania no va a tener mucho efecto para Estados Unidos”, detalla González, quien destaca que “el problema es para Europa”.

El gas supone el 24% del mix energético de la Unión Europea, que importa un 90% del gas que utiliza, del cual un 40% es suministrado por la compañía rusa Gazprom. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha afirmado que los Veintisiete podrían hacer frente a posibles cortes del suministro de gas desde Rusia en caso de que se activen las sanciones contra Rusia.

En cuanto al proyecto del gasoducto Nord Stream 2, destinado a llevar el gas desde Rusia a otras partes de Europa a través del mar Báltico, los expertos coinciden en que en caso de una guerra en Ucrania “desaparecería”. Para Gurpegui, “Biden sí haría el ridículo en caso de que el proyecto siguiera adelante, porque esa es la gran baza de Estados Unidos para presionar a Rusia”.

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