El avance de una nueva ola de coronavirus marcada por la variante ómicron es evidente en todo el mundo. Mientras que Sudáfrica se aleja del mayor pico de casos de toda la pandemia, el virus golpea con fuerza en Europa, aunque en otras regiones como Norteamérica tampoco se libran del nuevo envite de la enfermedad.
Prueba de ello es que en las últimas jornadas son muchos los países europeos que han registrado sus máximos de casos de toda la pandemia. Lo hemos visto en España, que notificó un pico de casos diarios el pasado jueves -más de 161.000- y cuya incidencia supera todos los registros desde hace casi dos semanas y continúa aumentando.
En Francia, el pasado martes se notificaron más de 271.000 nuevos casos, batiendo el récord del 31 de diciembre, cuando se anotaron más de 232.000. Le sigue de cerca el Reino Unido, que en el último día comunicó más de 218.000 casos; pese a que las autoridades han informado de que esa cifra incluye retrasos de días previos, desde hace dos semanas las infecciones no bajan de las 100.000 diarias.
Mientras, en Grecia ya contabilizan más de 50.000 contagios diarios; y en Portugal, que ya parece haber pasado el pico, despidieron el 2021 con cerca de 31.000 casos. Países Bajos y Suecia también han anotado a lo largo de este miércoles sus máximos: más de 24.000 y de 17.000, respectivamente.
No solo Europa y no solo ómicron
Aunque esta nueva ola se nota especialmente en el continente europeo -los países con más de cinco millones de habitantes que más casos han reportado en los últimos días pertenecen en su mayoría a esta región-, la nueva ola de coronavirus también deja cifras preocupantes en Norteamérica.
Estados Unidos, una nación que lidera en números absolutos los casos y los decesos de la enfermedad, batió el pasado lunes otro récord: notificar más de un millón de contagios en una sola jornada, un hecho que ningún país había alcanzado hasta la fecha. Mientras en Canadá, que parecía alejarse de su pico del 29 de diciembre, con más de 79.000 infecciones, registraba este martes más de 83.000, tras varios días por debajo de los 50.000 casos diarios.
En Latinoamérica, donde ómicron aún no es la variante dominante, la curva de contagios notificados también se eleva. Argentina rompe los máximos de toda la pandemia: este martes notificó más de 81.000 nuevos casos, dejando atrás la cifra más alta hasta el momento, la del pasado 30 de diciembre, con más de 50.000. En México, donde las infecciones han crecido un 63 %, la vuelta a las clases se ha retrasado en las regiones en las que más han aumentado.
Ómicron provoca un repunte de contagios en Centroamérica, aunque todavía no es predominante
Oceanía, pese a las severas restricciones que han marcado el rumbo desde que se detectaron los primeros casos, también vive un aumento de los contagios. Australia dio comienzo al 2022 con 60.000 nuevas infecciones y, tres días más tarde, la cifra escalaba hasta más de 71.000 en una sola jornada.
La mortalidad, por el momento, sigue sin dispararse
El efecto de esta ola, la mayor desde que comenzara la pandemia hace ya dos años, no está suponiendo por el momento la misma presión para los hospitales que las anteriores. Como vemos en España, los ingresos en UCI por COVID-19 crecen, pero no al mismo ritmo que los casos. A la espera de conocer el impacto de las fiestas navideñas, los datos muestran cómo un año de campaña de vacunación ha supuesto una barrera para que los ingresos no se disparen con casos graves.
La mortalidad causada por el coronavirus también está lejos de los niveles previos. En el caso de Europa, con tasas de vacunación considerablemente elevadas, las altas cifras de contagios registradas en los últimos días no han hecho, hasta la fecha, que la mortalidad se dispare, como se puede observar en los siguientes gráficos.
No obstante, aún es pronto para conocer el impacto real de esta nueva ola de COVID-19 marcada por ómicron, con Delta aún presente y las vacunas como aliadas.