Son casi 4.000 páginas de informe, elaborado durante ocho años por más de 200 científicos. Un exhaustivo documento que recopila todo lo que se sabe sobre el cambio climático hasta el momento y que puede servir de "catalizador de la acción ciudadana e institucional" en la lucha por el clima. El esperado sexto informe del Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático (IPCC), publicado este lunes, "sube el tono" sobre la gravedad de la transformación que la humanidad ha llevado a cabo sobre la Tierra, y "da una narrativa y liga" la concatenación de fenómenos extremos de los últimos años.
Así lo explica a RTVE.es el ambientólogo y divulgador climático Andreu Escrivà, quien muestra una cierta esperanza de que el texto de los expertos de Naciones Unidas motive la reducción de emisiones "rápida y profunda" que reclaman los científicos. "Al sexto informe espero que vaya la vencida", dice con humor.
La publicación, que recoge más de 14.000 estudios científicos, señala que la actividad humana está "innegablemente" detrás del cambio climático y muestra que algunos de sus efectos -como la subida del nivel del mar o el deshielo de los glaciares- son "irreversibles" durante siglos.
Para Escrivà, el trabajo "no cambia mucho" respecto a lo que ya se sabía: "El núcleo no ha cambiado casi en 20 años. Hay una evidencia abrumadora de que somos nosotros, de que no es un proceso natural, es muy grave y podemos pararlo con las herramientas adecuadas y haciendo los cambios necesarios", resume.
Coincide con él Javier Andaluz, responsable de Energía y Clima de Ecologistas en Acción. La clave del texto, asegura, está en la "ligazón clara entre la emisión de gases contaminantes y efectos que ya se están viendo". Se trata del "primer informe que dice sin ningún tipo de tapujos que el cambio climático está sucediendo", como se puede ver en la insólita sucesión de catástrofes naturales de este verano: de la ola de calor en Canadá al fuego en Grecia, pasando por las inundaciones en Alemania.
"Hemos visto lo que ya sabíamos que iba a pasar, pero con una salvedad, lo hemos visto décadas antes de lo previsto. Estamos viendo esos impactos esperados, pero es muy positivo que seamos capaces de ligarlo y que salga este informe que los aglutine y dé una narrativa", apunta Escrivà, autor de obras como Aún no es tarde o ¿Y ahora yo qué hago?.
Entre el "catastrofismo" y la "esperanza"
El trabajo del IPCC, que acostumbra a ser cauto en sus conclusiones para primar el consenso y la evidencia científica, ha sorprendido esta vez por su contundencia. "El tiempo de adaptación se agota, tanto que con las tendencias actuales podríamos llegar rápidamente a sobrepasar el umbral del incremento de 1,5 grados de temperatura antes de que acabe la década", advierte Andaluz, recogiendo lo publicado en el informe.
Los científicos dibujan cinco escenarios climáticos, según las emisiones aumenten, se mantengan o se reduzcan. En todos ellos la temperatura superará a mitad de siglo el umbral al que hace referencia Andaluz, el aumento del grado y medio de temperatura global respecto a tiempos preindustriales. El Acuerdo de París de 2015 se comprometió a no rebasar este incremento para que los impactos del calentamiento no fueran catastróficos.
En el escenario más probable, la temperatura subirá dos grados a mitad de siglo y 2,7 antes de 2100. Con este panorama, y las menciones a la irreversibilidad de algunos fenómenos, advierte Escrivà, puede cundir el pánico y la parálisis entre la población. "Si ponemos el énfasis en que ya la hemos fastidiado, vamos a tener muy pocas palancas para animar a la acción. La gente dirá 'pues no hacemos nada'".
Por ello, el ambientólogo propone cambia el enfoque. "Hay que dar una sensación de que hay ciertos cambios irreversibles, pero podemos evitar muchos más. Que el mar haya subido 20 o 30 centímetros es irreversible a escala humana, pero puedes evitar que suba 100 o 200".
"Si tú estás en una casa y se está quemando una habituación, has perdido todo lo que hay, pero ¿no vas a intentar apagar el fuego y salvar el resto? Queda mucho más por salvar que lo que hemos perdido", resume.
Andaluz también apuesta por la esperanza: "Queda muy poco tiempo para poder actuar. Necesitaremos un recorte drástico de las emisiones en el corto plazo y la ventana de oportunidad se agota, pero todavía queda un cierto horizonte de mantener la temperatura en grado y medio".
"O salimos de la cumbre de Glasgow con acuerdos más vinculantes o difícilmente podremos evitar sobrepasar ese umbral", alerta.
Los países "no pueden permitirse" un acuerdo insuficiente en Glasgow
El trabajo del IPCC ha salido a la luz justo a tiempo antes de la reunión de 197 países en Glasgow (Escocia) en noviembre. La Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático de este año será clave para actualizar los objetivos de París, y se espera que las principales potencias actualicen sus planes de reducción de emisiones.
Los gobiernos "no pueden permitirse" un acuerdo insuficiente, afirma Escrivà. Espera que la cumbre "sea lo suficientemente ambiciosa como para hacernos pensar que en un futuro sí que podemos hablar de ciertas cuestiones vetadas, como el decrecimiento o reducciones mucho más salvajes de emisiones".
También augura "mucha presión social en Glasgow, pero también en el resto de ciudades del mundo, y una demanda clara por parte de la ciudadanía para que se llegue a un acuerdo potente".
“Necesitábamos este informe. Nos hace mucha falta volver a tener alguna especie de hito para volver a juntarnos“
Después de dos años, 2018 y 2019, marcados por movilizaciones históricas por el clima y con el símbolo de la joven activista sueca Greta Thunberg, la pandemia congeló las manifestaciones y la acción climática.
"Este informe, junto a las imágenes de desastres que hemos visto estos meses, puede ser una argamasa que dé solidez a eventos dispersos. Necesitábamos este informe. Nos hace mucha falta volver a tener alguna especie de hito para volver a juntarnos", asegura Escrivà.
España, sin los deberes hechos antes de la próxima cumbre
A la cumbre llega España, igual que la mayoría de estados, con los deberes sin hacer. "Todo parece indicar que no llegaremos a los objetivos propuestos. Deberíamos llegar a una reducción del 55% de emisiones de gases de efecto invernadero. Comparado con el 23% que plantea España, está muy lejos de lo que dice la ciencia climática, más allá de lo que digan en sus discursos", lamenta Andaluz.
En la misma línea se pronuncia Raquel Montón, responsable de la campaña de Cambio Climático de Greenpeace que define de "demoledores" los escenarios que plantea el IPCC. Denuncia la "inacción política" y espera que los políticos "hagan caso a los científicos a los que han contratado". "Hay que reducir las emisiones a la mitad en 2030 para llevarlas a 0 en 2050", pide.
El trabajo de la ONU ha llegado en plena guerra de los ecologistas contra el Gobierno por la ampliación de los aeropuertos de El Prat y Barajas, "muy vinculados a emisiones de gases de efecto invernadero", y además vinculados al "turismo intensivo", denuncia Andaluz. El lunes la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, aseguró que el informe "no deja margen a la duda" acerca del ritmo cada vez más veloz con el que se suceden las alteraciones del clima, ante lo que ha afirmado que "es tiempo de actuar y de hacerlo ya".
Sin embargo, los activistas se muestran escépticos ante unos discursos que van en una línea y unas acciones, como las de los aeropuertos, que Ecologistas en Acción califica de "burla a todas las declaraciones de emergencia climática".
España, mientras tanto, aparece en el informe como una de las zonas más afectadas por el cambio climático, y el IPCC augura que en nuestro país viviremos un grave aumento de las sequías y de olas de calor extremo, como la que comienza esta semana en nuestro país.