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El estallido social no cesa en Colombia: "La gente está cansada de pasar hambre y de vivir mal"

  • El Gobierno y el Comité de Huelga retoman las negociaciones pero las protestas siguen para pedir una solución real

  • Los niveles de pobreza en el país latinoamericano han aumentado hasta el 42% durante la pandemia de coronavirus

BEATRIZ VIAÑO (Corresponsal de RTVE en Colombia)
5 min.

Colombia entra en una nueva semana de protestas. La invitación del presidente Iván Duque a la negociación no ha frenado las manifestaciones, que en las últimas horas han vuelto a llevar a miles de ciudadanos a las calles. Este domingo se reúne el Gobierno con el Comité de Huelga y las centrales obreras ya han adelantado que, para seguir avanzando, exigen garantías para las movilizaciones pacíficas.

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En 19 días de protestas ha muerto medio centenar de personas, según organizaciones de derechos humanos. El detonante del estallido social ha sido una reforma tributaria con la que el gobierno pretendía sanear sus finanzas, muy tocadas por la epidemia, recaudando seis mil millones de euros a través de impuestos que repercutían en las clases medias y populares.

“Hay hambre y la gente está cansada de pasar hambre y de vivir mal. Se rebotaron, salieron a la calle. No más, dijeron. Colombia es un país muy inequitativo, veinte millones de personas no pueden poner tres platos de comida en la mesa al día” explica Ariel Ávila, subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación.

Veinte millones de personas no pueden poner tres platos de comida en la mesa al día

La reforma, aunque ya ha sido retirada por el presidente Iván Duque, ha dado a conocer el nivel de pobreza de los colombianos. La crisis sanitaria ha empeorado todavía más la calidad de vida y ha afectado sobre todo a la clase media. En el último año dos millones y medio de personas han perdido esta condición social.

"Los auxilios no llegan a la clase media"

Claudia es enfermera jefa en un hospital de Bogotá. Trabaja once horas al día y gana 600 euros al mes; la mitad lo destina a la educación de su hija Daniela. "Y por más de que el gobierno todo el tiempo estuviera diciendo: no, es que vamos a dar alivios, es que vamos a tratar de ayudar, es que vamos a tratar de apoyar... Esos auxilios no llegan a la clase media nunca y son siempre insuficientes y deficientes", afirma Claudia.

Esto hace que las familias no vean futuro para sus hijos. Aunque Daniela ha tenido la suerte de estar estudiando una carrera universitaria, sabe que esto no le garantizará un trabajo digno el día de mañana. "Evidentemente hace que los jóvenes tengan que de alguna manera sacrificar sus futuros académicos y su futuro en sí de sus vidas para poder sostener a sus familias", asegura Daniela.

El país caribeño arrastra desde hace años una larga lista de problemas sociales: paro, corrupción, narcotráfico, abusos policiales, masacres, asesinatos de líderes sociales y de excombatientes reincorporados de las FARC a la vida civil…, son solo la punta del iceberg.

“Toda la vida hemos tenido problemas de violación a los Derechos Humanos entonces claro, es difícil llamar la atención sobre una coyuntura particular cuando se trata de un problema de tan larga data y al que la comunidad internacional parece entre grandes comillas haberse acostumbrado”, nos cuenta Sandra Borda, profesora de Ciencia Política en la Universidad de los Andes y columnista de El Tiempo.

Descontento acumulado

El descontento acumulado ha conectado las reivindicaciones de diferentes personas y sectores tanto del mundo urbano como del rural en un país que aparentemente no ha destacado por hacer grandes movilizaciones.

Nadie debería morir ya en el mundo en el que estamos por sus derechos

"Tal vez había la imagen de que el colombiano, la colombiana, éramos como muy pacientes, lo que pasa es que la violencia socio-política afectó mucho la vida cotidiana en Colombia. Entonces protestar era algo pues que era riesgoso, todavía lo sigue siendo por eso los niveles de protesta eran un poco bajos en comparación con otros países de América Latina. Pero bueno, estamos mostrando el verdadero rostro de la gente acá”, asegura Mauricio Archila, investigador del CINEP (Centro de Investigación y Educación Popular).

El acuerdo entre gobierno y Comité de huelga no será suficiente para calmar la tensión. Estudiantes o indígenas son otros sectores que piden también a gritos diálogo. En esta coyuntura es difícil de pronosticar cuánto van a durar las manifestaciones.

"Creo que es para dónde va el país que es el efecto electrocardiograma. Una semana muy alta de protestas, tres o cuatro semanas sin protestas… y nos vamos a ir así todo el año hasta elecciones. Es la peor de las salidas en temas económicos porque esto va a terminar de destruir la economía colombiana", pronostica el subdirector de la Fundación Paz y Reconciliación.

Mientras, los jóvenes aseguran que van a seguir saliendo a la calle hasta que no haya una respuesta real del gobierno. Las promesas de Iván Duque de momento no les convencen. "Hay muchas personas que han dado todo, que es lo más grande que es su vida, para poder ver una transformación y no es justo. No es justo, yo pienso que nadie debería morir ya en el mundo en el que estamos por sus derechos, porque ya los tenemos y no deberíamos morir porque no los garanticen", afirma Daniela.

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