El vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, ha participado este martes en su último Consejo de Ministros antes de abandonar el Gobiernopara concurrir a las elecciones madrileñas del 4 de mayo, una salida tan inesperada como su llegada al Ejecutivo hace poco más de un año y que deja un discreto legado normativo, pero no político, porque en él ha recaído el liderazgo de una formación que partía con desventaja por su condición de socio minoritario pero que ha conseguido desbaratar muchas de las aspiraciones socialistas, entre ellas la de incluir a Ciudadanos en la ecuación de los Presupuestos, aunque otras como la regulación del precio del alquiler o la derogación de la reforma laboral aún están en el aire.
El líder de Unidas Podemos ha asegurado este martes en un vídeo de despedida que ha sido "un honor" formar parte del Ejecutivo, a pesar de los "límites y contradicciones" a la hora de gobernar. "Creo que hemos demostrado, que, a pesar de todo, las cosas se podían hacer mejor, que a nosotros no se nos compra y que somos capaces de producir mejoras para la mayoría social", ha destacado en un mensaje a través de su cuenta de Twitter.
A sus 42 años, Iglesias puede presumir de tener una dilatada carrera política: ha sido fundador de Podemos, candidato a las europeas y cuatro veces a las generales y vicepresidente del primer Gobierno de coalición de la democracia. La irrupción de su formación desmontó por completo la concepción de la política hasta entonces, amenazó con romper el bipartidismo y llegó incluso a situar a su partido por delante del PSOE en algunas encuestas.
Pocos apostaban en 2019 por un Ejecutivo con presencia de Unidas Podemos, y menos aún con Pablo Iglesias ocupando uno de los puestos de mayor responsabilidad. Bastaron dos elecciones generales consecutivas, y la pérdida de unos cuantos escaños por el camino, para imponer su convencimiento de que los gobiernos monocolores eran cosa del pasado.
Así, tras más de un año de andadura conjunta, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le ha mostrado su reconocimiento, afecto y agradecimiento por la tarea y labor realizada. "El presidente le ha agradecido el trabajo durante este tiempo, que no ha sido fácil, sino muy intenso y lleno de preocupaciones, y ha destacado que se haya realizado con responsabilidad y con compromiso por su parte y por su formación", ha apuntado este martes la portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
Su papel al frente de la Vicepresidencia de Derechos Sociales
Cuando asumió el cargo, el líder de Unidas Podemos era consciente de que su Vicepresidencia ostentaba pocas competencias. Durante los 14 meses transcurridos desde su nombramiento al frente del departamento de Derechos Sociales, Iglesias solo ha sacado adelante una ley: la de Protección a la Infancia y a la Adolescencia (también conocida como ‘ley Rhodes’).
Sin embargo, en este tiempo se ha reivindicado como el impulsor de otras iniciativas que se aprobaron tras la llegada de la pandemia y que tenían el foco en proteger a los colectivos más vulnerables. Entre ellas, la suspensión de los desahucios, la prohibición de cortar suministros básicos o el fin a los despidos por bajas médicas justificadas; y otras de corte social que también han sido promovidas desde sus ministerios como la reforma del Código Penal para blindar el consentimiento sexual -la conocida como ley ‘sólo sí es sí’- o la regulación de la publicidad de las casas de apuestas.
Pero también ha estado en el punto de mira de la oposición por la situación de las residencias de mayores durante la pandemia, sobre todo en la Comunidad de Madrid, donde PP y Vox le acusaban de ser el "máximo responsable" debido a su papel al frente de la Vicepresidencia social, y por las investigaciones judiciales abiertas contra él o su partido.
En su último día en el Consejo de Ministros, Iglesias ha llevado a aprobación de una partida de más de 283 millones de euros de apoyo a la dependencia que en su opinión supone el cumplimiento de uno de los objetivos del Gobierno de coalición de "reconstruir la atención a la dependencia en España". “Es un orgullo poder contaros que he terminado mi etapa en el gobierno de coalición cumpliendo uno de los acuerdos de Gobierno que correspondían a la vicepresidencia social”, ha señalado Iglesias, quien también ha recordado que cuando asumió esta "responsabilidad", la situación que encontró en materia de dependencia “era absolutamente dramática tras los recortes del PP”.
Las discrepancias en el seno del Gobierno
Su hoja de ruta desde el pasado mes de enero de 2020 siempre ha sido el acuerdo de coalición, donde se encuentran algunas de las medidas bandera de su formación, cuya puesta en marcha ha defendido hasta las últimas consecuencias. Sin embargo, se marcha del Gobierno sin haber avanzado en la derogación de la reforma laboral implantada por el Gobierno de Mariano Rajoy en 2012 ni en la regulación de los alquileres.
Precisamente estos dos asuntos han sido motivo de fricciones en el seno del Gobierno por las reticencias del PSOE a su aprobación, lo que llevó incluso a Podemos a unirse a otras formaciones políticas en busca de apoyos. En mayo de 2020 llegó a pactar con EH Bildu la derogación “íntegra” de la reforma laboral, una iniciativa que se chocó con el rechazo frontal de la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, aunque desde Unidas Podemos insisten en que finalmente se llevará a cabo. También las negociaciones sobre la regulación de los alquileres han hecho tambalear los cimientos del Ejecutivo de coalición ya que los de Iglesias no están dispuestos a ceder en una de las líneas rojas de su programa político y rechazan de lleno las bonificaciones fiscales a los propietarios que ahora proponen los socialistas. “Lo pactado obliga”, repiten desde la formación ‘morada’.
Lo cierto es que durante estos 14 meses han sido públicos muchos de los desencuentros en el seno del Ejecutivo. A las discrepancias por la 'ley trans', la subida del salario mínimo o las ayudas a los sectores más afectados por la pandemia, ambas formaciones también tienen posturas opuestas respecto a la Casa Real, la independencia de Cataluña o la calidad democrática del país.
No obstante, en este tiempo el vicepresidente ha logrado desbaratar algunas aspiraciones de los socialistas como convertir a Ciudadanos en socio prioritario del Gobierno tras la aprobación de los Presupuestos con los apoyos de los partidos que hicieron posible la moción de censura y ha conseguido también acercar posiciones con los partidos independentistas, reactivando la mesa de diálogo sobre Cataluña.
Durante su vídeo de despedida, el vicepresidente ha asegurado que durante estos meses también “ha confirmado que enfrente del Gobierno hay oligarquías que ejercen su inmenso poder político, económico y mediático para que las instituciones defiendan sus intereses y no el de la mayoría”. Esto, ha añadido, “junto a la propia correlación de fuerzas dentro de la coalición, hace que haya muchos límites y contradicciones”, si bien cree que su formación, a pesar de ello, ha demostrado “que las cosas se podían hacer mejor, que a nosotros no se nos compra y que somos capaces de producir mejoras para la mayoría social”.
Su nuevo reto en las elecciones del 4M
Ahora Iglesias abandona la primera línea de la política nacional para emprender una arriesgada batalla electoral el próximo 4 de mayo en la Comunidad de Madrid, donde intentará arrebatarle la Presidencia a la 'popular' Isabel Díaz Ayuso. El líder de Podemos justificó su marcha por el "enorme riesgo" de un posible tándem Ayuso-Vox en la región, pero también dijo que existe "una oportunidad" para lograr una Comunidad que destierre de una vez "el parásito" de la corrupción y trabaje en favor de la igualdad social y las mayorías populares.
Su liderazgo en Unidas Podemos y en el Ejecutivo pasará a la actual ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, mientras que el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 lo dirigirá la actual secretaria de Estado, Ione Belarra. “Yolanda Díaz es ya la mejor ministra de Trabajo de la Historia de España, y no me equivoco si digo que millones de personas de izquierdas sienten que puede ser la próxima presidenta del Gobierno”, señaló Iglesias.
Fuentes del Gobierno aseguran a RTVE que previsiblemente la relación mejorará a partir de ahora en el seno de la coalición ya que, a pesar de que las diferencias de fondo van a ser las mismas, las forman van a ser otras. "No se va a modificar de manera sustancial la vida del Consejo de Ministros", ha apuntado Montero, quien también ha remarcado que la interlocución entre Sánchez y Díaz "dependerá" del papel que Unidas Podemos "delegue" en ella.
Así, Pablo Iglesias vuelve a terreno conocido, el escenario dónde comenzó su carrera política en 2014. Que consiga liderar la izquierda madrileña, convertirse en el próximo presidente de la Comunidad de Madrid o sea este su último servicio al partido que fundó es la pregunta que queda por contestar. “Ha sido un honor ser vicepresidente. Ahora me toca seguir trabajando donde creo que puedo ser más útil. Seguimos”, ha sentenciado.