Las elecciones catalanas del próximo 14 de febrero se han convertido en una de las citas con las urnas más atípicas de los últimos tiempos, no solo por la pandemia de la COVID-19 sino por los obstáculos que se suceden a diario en la carrera electoral. Después de que su convocatoria haya pasado incluso por los tribunales, hay voces a día de hoy que aún cuestionan que los comicios finalmente se puedan celebrar.
Uno de los asuntos que mantiene en vilo a las administraciones es la composición de las mesas electorales. Hasta este jueves al menos 20.579 personas convocadas han presentado impugnaciones de un total de 82.251 ciudadanos designados, lo que asciende hasta el 25 % de los elegidos por sorteo. Es decir, uno de cada cuatro miembros ha pedido ya ser eximido. Unas cifras que podrían ser incluso más altas porque las facilitadas por el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) son parciales, ya que no todos los entes electorales han ofrecido datos.
Este alud de recursos ha activado las alertas del Govern y de las 31 juntas electorales de zona, que se pasan mutualmente la responsabilidad de garantizar la constitución de las mesas, mientras que los ayuntamientos buscan soluciones para asegurar que el domingo 14 de febrero a las 9:00 horas abran todos los colegios.
Pero, ¿qué alternativas hay?
La formación de las mesas surge de un sorteo a partir del censo e implica a nueve personas (un presidente y dos vocales, con dos suplentes para cada puesto). En principio, tal como establece la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG), la participación en una mesa es obligatoria y ausentarse se castiga con penas de multa y hasta de prisión (de tres meses a un año). No obstante, existen excepciones que pueden servir para renunciar a este deber.
La primera opción, en el caso de que alguno de los convocados no acudiese a la cita, sería que los sustitutos designados ocupasen su lugar. Ante el aluvión de alegaciones, es posible que fallen todos sus miembros y que en algunos colegios electorales no se pueda llegar a formar una mesa.
Es difícil que esto ocurra, pero la ley contempla ese supuesto. En este caso, la práctica es recurrir a los primeros que han acudido a votar o a los que se encuentren presentes en el local a primera hora de la mañana, pero se da la circunstancia de que en Cataluña se ha reservado esta franja horaria a los colectivos de mayor riesgo.
“No te pueden obligar porque sería una detención“
“Si estás en el lugar de votación, cabe la posibilidad de que te pidan que formes parte de la mesa electoral” explica a RTVE el experto en participación política de la Universidad de Barcelona, Miguel Pérez Moneo, si bien insiste en que “no te pueden obligar porque sería una detención”. “Intentarían buscar una solución de la forma más pragmática posible”, señala.
El presidente de la Junta Electoral de la Zona de Barcelona, Santiago García, ha planteado la posibilidad de buscar voluntarios para suplir las posibles vacantes en las mesas electorales. Preguntado por cómo se podría reclutar voluntarios o cuál debería ser el plazo máximo para tener preparado un 'plan B', ha dicho que es el Govern quien debe encargarse de "buscar las soluciones" a esta situación "excepcional", puesto que la función de la Junta Electoral se limita a supervisar el proceso electoral y resolver conflictos.
Sin embargo, el conseller de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia, Bernat Solé, ha puntualizado que corresponde a la Junta Electoral Central (JEC) resolver estos asuntos. "Desde la Conselleria de Acción Exterior hemos trabajado y seguimos trabajando por unos colegios y unas mesas seguras. Estamos seguros de que la JEC también hará todo lo que haga falta para garantizar la constitución de las mesas. Cada uno con la responsabilidad que le corresponde", ha subrayado en su cuenta de Twitter.
Según fuentes de la Generalitat a Efe, son las Juntas Electorales las que se encargan de los procesos de sustitución de miembros de mesas y son los ayuntamientos los que se ocupan de los sorteos, por lo que insisten en que la solución no está en manos del Govern.
Respecto a los voluntarios, aunque no está contemplado en la LOREG y sería una medida inédita, algunos expertos opinan que puede encajar si se interpreta la ley de forma amplia. “Al ser tres los miembros de la mesa y al estar acompañados por algunos apoderados de partidos, reduce la posibilidad de un fraude electoral”, apunta Pérez Moneo.
Sin embargo, el Síndic de Greuges -el Defensor del Pueblo catalán- ha asegurado que esta propuesta no tiene cabida legal. "Esto no es conforme a la legalidad, lo hubiese sido si se hubiera aceptado la reforma legislativa para ampliar el número de suplentes que propuse", señaló en rueda de prensa, al tiempo que defendió que debe guiarse "por criterios objetivos y aleatorios".
Algunas soluciones
Ante este contexto, los ayuntamientos se han puesto manos a la obra para garantizar que los comicios en Cataluña se celebrarán con todas las garantías el próximo 14 de febrero. Algunos consistorios están haciendo nuevos sorteos para tener más miembros a los que acudir en el caso de ser necesario.
La Junta Electoral de Barcelona, por su parte, ha autorizado este viernes a cubrir las vacantes con los suplentes que sobren de otras mesas, aunque no sean del mismo colegio electoral, y preferiblemente del mismo municipio. Asimismo, ha acordado que se abstengan de "ordenar” que formen parte de ellas los primeros electores presentes en el local, es decir, a las personas de edad avanzada o los colectivos de riesgo.
Aunque es una situación habitual en todos los procesos electorales, en esta ocasión, explica el organismo, la gestión de la configuración de las mesas electorales se está revelando como uno de los potenciales momentos críticos para el éxito de la constitución del conjunto de mesas electorales".
Pese a todo esto, y en caso de no poder constituirse una mesa en ningún caso en la hora siguiente al inicio de las votaciones, se convocará una nueva votación en las 48 horas siguientes, sin afectar al resto de la convocatoria electoral. Eso supondría que hasta 2.000 personas, dependiendo del tamaño de la mesa, podrían no votar el 14 de febrero en cada mesa en la que se tenga que dar este supuesto.
Para el director general de Participación Ciudadana y Procesos Electorales de la Generalitat, Ismael Peña-López, este riesgo es "casi nulo" y se muestra confiado por la solución de la JEC. En el caso de que en zonas rurales algunas personas se tengan que desplazar entre municipios, ha asegurado que la policía local o los Mossos podrán encargarse de desplazar a una persona. Si bien, afloran muchos huecos por cubrir en las mesas, ha dicho, "tendremos que inventarnos una manera de mover a estas personas muy rápido".
El voto de los contagiados
Por otra parte, la Junta Electoral ha desestimado el recurso contra el voto presencial de los contagiados y sus contactos. Según el organismo, la administración electoral ha adoptado una serie de medidas para "garantizar la seguridad en los colegios electorales", así como una franja horaria (de 19:00 a 20:00 horas) para que las personas contagiadas y sus contactos tengan prioridad.
En su resolución, la Junta indica que el derecho de sufragio es un derecho fundamental del que no puede ser privado el ciudadano y apunta también que "el riesgo de contagio no es mayor que el de cualquier otra actividad no esencial permitida".
El Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña, en cambio, insiste en que los infectados y las personas en cuarentena deben de quedarse en casa, tal como les ha recomendado su médico. Siguiendo su consejo y para que ningún catalán pierda su derecho al voto, el organismo ha pedido que se amplíe con un "período extraordinario" el plazo del voto por correo, que finalizó este viernes a las 14:00 horas.
Lo cierto es que en estos comicios, las solicitudes de voto por correo han alcanzado una cifra récord. Hasta este jueves, se han admitido 270.392 solicitudes, lo que supone un 307 % más que en las últimas elecciones catalanas de 2017. La colaboración de Correos en las elecciones catalanas se extiende también al reparto de las tarjetas de inscripción en el censo y a los envíos de propaganda electoral.
De continuar con el protocolo, el próximo 14 de febrero presenciaremos una imagen inédita: miembros de la mesa electoral con equipos de protección individual (epis), mascarilla FFP2, guantes de un solo uso y gafas protectoras. También se les hará una prueba de antígenos, se les tomará la temperatura a su llegada al colegio electoral y tendrán cuatro mascarillas para usar a lo largo de la jornada, gel hidroalcohólico y una pantalla facial.
Para garantizar la distancia de seguridad, se colocarán más mesas que de costumbre y se emplearán edificios más grandes y bien ventilados. Habrá, de hecho, lugares de votación tan inusuales como el Camp Nou. Las colas se harán en el exterior, al aire libre, y las personas que entran y salen no se cruzarán. Todo con el fin de que se puedan celebrar los comicios de la forma más segura posible.