Los partidos catalanes ya han desplegado toda la artillería electoral, ahora ya sí con la duda despejada- las elecciones se celebrarán el 14 de febrero- y en cada acto, mitin y encuentro- sin masas por el coronavirus- ya sobrevuela el con quién pactarán tras la cita con las urnas. Sin una mayoría absoluta posible por parte de una sola formación, el juego electoral se centra ahora en atacar y de qué manera hacerlo a quien ahora es tu rival electoral pero en unas semanas puede ser tu vicepresidente en el Govern.
De pactos y posibles gobiernos futuros se hablará en la que será la primera gran cita de esta campaña: el primer debate televisado esta noche en RTVE a las 22:00 con las nueve principales formaciones que se presentan a estas elecciones: Ciudadanos, JxCat, ERC, PSC, Catalunya en Comú, CUP, PP, PdeCat y Vox.
El número 68 es la clave una vez se hayan depositado los votos el 14F y arranque el baile de posibles coaliciones. Marca la mayoría absoluta en el Parlament. Según las encuestas hay dos opciones encima del tablero y ERC está en ambas jugadas: reeditar el Gobierno independentista con JxCat y los republicanos, opción que cuenta además con el comodín de la CUP si necesitasen sus votos; o un tripartito de izquierdas con ERC, el PSC y los 'comunes'.
Ciudadanos, partido vencedor de las elecciones de 2017, no quiere descolgarse de las opciones de gobierno y llama al PSC, impulsado por las encuestas tras el 'efecto Illa', para un posible Gobierno constitucionalista, pero de momento esta suma no da en ningún sondeo.
Reedición del Govern independentista
La batalla por el soberanismo se libra entre JxCat y ERC, no precisamente bien avenidos en sus últimos meses juntos en el Gobierno. Se necesitan en el espacio independentista para gobernar Cataluña, pero la crisis ha sido más que evidente tras años de mucha intensidad en el Govern y con sus principales líderes en la cárcel o huidos. Así las cosas, salen ahora al partido electoral a liderar ese espacio para ver quién tiene luego la batuta a la hora de negociar ese posible Gobierno de coalición con una lucha permanente entre la vía más posibilista y abierta al diálogo con el Gobierno central, por parte de ERC; y la vía unilateral hacia la independencia, que marca JxCat.
Ninguno de los dos fue el partido más votado en las pasadas elecciones pero juntos pudieron sumar. En el duelo de entonces Puigdemont- Junqueras ganó el primero, pero mucho han cambiado las cosas y las encuestas dan como vencedor a ERC. Ahora Oriol Junqueras, en tercer grado penitenciario, protagoniza los mítines de su formación apoyando al que es su candidato y fiel escudero, Pere Aragonès; mientras que Carles Puigdemont vuelve a hacer campaña vía plasma desde Bélgica, en su caso para apoyar a su candidata, Laura Borràs, muy próxima al inhabilitado Quim Torra. La cabeza de lista 'simbólica' de Junts- siguen considerando a Puigdemont el candidato- hizo este sábado toda una declaración de intenciones en su mitin: prometió reactivar la DUI (Declaración Unilateral de Independencia) de 2017 si el independentismo supera el 50% de los votos.
Casi tres años y medio después del referéndum ilegal del 1-O que puso patas arriba la política catalana, con la aplicación del artículo 155 y la celebración de un juicio histórico, y marcó un antes y un después en la española, ambos partidos batallan por la hegemonía en un independentismo dividido, sin una hoja de ruta común y con el espacio 'convergente' disgregado con el divorcio entre JxCat del PDeCAT, formación heredera de la antigua CDC, que abre un camino de independentismo moderado alejado de la "confrontación" por la que aboga Puigdemont.
Tripartito de izquierdas bajo el 'efecto Illa'
Si en algo coinciden, eso sí, ERC y JxCat es en mirar con recelo a la sorpresa de estas elecciones, el candidato del PSC, el exministro Salvador Illa, subido a la ola de las encuestas y con un CIS que le da como posible vencedor casi en empate técnico con ERC. El 'CIS catalán', el estudio del Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat, sitúa a ERC como ganador, con JxCat y PSC pisándole los talones en segunda y tercera posición.
El 'todos contra Illa' se ha convertido en la nota dominante en estos tres primeros días de campaña y apunta a ser un clásico de la misma. Los ataques le llegan por igual desde el lado independentista que desde el bloque conservador.
Se abre por tanto en Cataluña una vía que no es nueva- el tripartito de izquierdas- que ya encabezaron Pasqual Maragall, primero, y José Montilla, después, entre los años 2003 y 2010. En ambos casos fueron gobiernos encabezados por socialistas. Precisamente las siglas del PSC y de ERC son las únicas que sobreviven desde 1980 cuando se celebraron las primeras elecciones autonómicas en Cataluña.
La marca de Podemos en Cataluña, Catalunya en Comú Podem, con Jéssica Albiach como candidata, entra en esta posible opción de izquierdas. De hecho, de las tres formaciones que conformarían ese tripartito es la única que abiertamente apuesta por ello. En su caso habrá que ver como el 'efecto Illa' afecta a su candidatura y lo que el exministro de Sanidad es capaz de barrer en el electorado catalán de izquierdas.
Este mismo domingo, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha abogado por que ERC y PSC superen sus "vetos cruzados" y no se "excluyan". Según ha dicho, "si los comunes tienen fuerza, estos vetos cruzados entre ERC y el PSC se pueden superar", más allá de cuáles sean las formaciones que acaben estando "dentro" del Govern.
La opción del tripartito, por tanto, estaría encima de la mesa en tanto en cuanto la suma podría dar, según los sondeos, pero no porque sus protagonistas la avalen, por el momento. En principio ERC la rechaza de plano y apuesta por una nueva suma con JxCat, aunque la quiere hacer más transversal invitando a la fórmula a la CUP y a los 'comunes'.
Este domingo, Aragonès ha dicho que Illa es el candidato que "aúna a los partidos del 155, del Ibex, de los jueces y de los fiscales".
También el PSC la descarta con un presidenciable que dice que no formará Govern con un partido que defiende la independencia de Cataluña aunque ha prometido, eso sí, presentarse a la investidura si es el candidato más votado el 14F, en clara pulla a Inés Arrimadas que, aunque ganó las elecciones en 2017, nunca se presentó al no tener los apoyos suficientes.
Cierto es que lo que se dice en campaña en muchas ocasiones se lo lleva el viento cuando llega el momento del 'pactómetro' y de la realidad para formar gobierno. Tanto los republicanos como los socialistas saben que, a priori, la opción del tripartito les resta votos en una parte importante de su electorado: a los primeros una unión con los socialistas les merma por la parte independentista y a los segundos, fundirse con los soberanistas les perjudica en su electorado más constitucionalista. Así que no juegan a alimentar en exceso esa vía en campaña.
De lo que sí sirve el tripartit de momento es de arma arrojadiza por parte de partidos bien distintos: a JxCat le vale para desgastar a su socio en el Govern, a Ciudadanos para alertar y situarse de nuevo en el centro del tablero del constitucionalismo catalán y al PP para decir directamente que "votar a Illa es votar a ERC".
El presidente del PP, Pablo Casado, de campaña este domingo en Cataluña, ha dicho que el PSC y ERC ya tienen firmado el "contrato" para después de los comicios y que el 14F "sacarán la botella de vino, el violín y las flores por San Valentín". Ha recordado que ERC "hizo presidente" a Sánchez y que, gracias a ellos, los Presupuestos salieron adelante.
El debate de esta noche en RTVE podría ser clarificador en cuanto a pactos se refiere, aunque los candidatos saben que mostrar sus cartas en el inicio de la campaña es más que arriesgado. A las 22:00, todas las respuestas en RTVE.