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Las claves de la semana: del primer caso en La Gomera al millón de Aracelis

JOSÉ Á. CARPIO
8 min.

Hace justo un año, el 31 de enero de 2020, el Ministerio de Sanidad confirmaba el primer caso de coronavirus en España: un ciudadano alemán, aislado en un hospital de La Gomera, en Canarias, adonde había llegado como turista. Entonces, el SARS-CoV-2 acumulaba 213 muertos y unos 10.000 contagios confirmados en todo el mundo.

Este turista alemán, parte de un grupo que estaba en observación, y que estuvo en contacto con un enfermo en Alemania antes de viajar a las islas, inició el contador de la COVID-19 en España. La OMS acababa de declarar la emergencia sanitaria internacional a causa de la expansión del nuevo coronavirus de Wuhan, como lo denominábamos entonces. De Wuhan estaban regresando ese mismo día los españoles que residían en aquella ciudad china confinada una semana antes, para ser repatriados y puestos en cuarentena por lo que muchos creíamos que era una "gripe fuerte".

Valga esa primera persona que nos incluye a los periodistas que escribimos estas líneas. Porque ahora estamos todos muy convencidos de la gravedad de esta pandemia, pero entonces en RTVE y en otros muchos medios nos acercábamos aún con cierto pintoresquismo a la información sobre el nuevo virus, contrastando la cuarentena que esperaba a nuestros compatriotas repatriados en el Hospital Gómez Ulla en Madrid con el resort de la Costa Azul y la Isla Navidad donde iban a estar los evacuados franceses y australianos. Lo de comparar la gestión de la pandemia entre países viene desde el minuto uno.

También la comparación entre regiones. Y lo que empezó como un caso aislado se extendió por todo el país en tres oleadas de intensidad repartida por todos los territorios.

1. Lo que aprendimos en enero

En aquellos días entre enero y febrero, el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, explicaba en rueda de prensa a una audiencia lega en enfermedades infecciosas respiratorias que la transmisión del coronavirus era por "gotas" y a través de contactos "estrechos" o "con superficies" en las que caían esas gotas. Entonces, el contagio por el aire no se consideraba como una vía de transmisión.

El caso del ciudadano alemán fue considerado como clave para conocer más sobre la propagación del virus, porque había una diferencia clave entre este turista llegado a Canarias y otros contagios detectados hasta entonces fuera de China: él había contraído el virus por ser contacto estrecho de una persona que no había viajado a China, pero que había estado en Baviera con una mujer china llegada de Wuhan.

Este "atípico" caso contribuyó a confirmar dos sospechas: 1) la existencia de los llamados "supercontagiadores", y 2) que los contagios podían producirse sin presentar síntomas o con síntomas muy leves, lo que dificultaba el seguimiento de la transmisión.

Se cumple un año desde que se detectó en La Gomera el primer caso de coronavirus en España

En enero de 2021 ya sabemos muchas cosas más de este coronavirus, pero también han surgido nuevas y acuciantes dudas sobre las nuevas variantes del virus, a las que de nuevo nos referimos por su procedencia (británica, sudafricana, brasileña, japonesa) y que provocan nuevos interrogantes: ¿la variante británica está detrás de la tercera ola de contagios o es un "chivo expiatorio" de las reuniones navideñas?, ¿es de verdad más letal, como se ha apuntado desde el Reino Unido?, ¿qué consecuencias tendrá en la efectividad de las vacunas?

Se han confirmado al menos 350 casos de la variante británica en España, dijo el viernes la ministra de Sanidad, Carolina Darias, aunque la progresión podría subir hasta convertirse en la cepa dominante, quizá ya antes de marzo. Sanidad atribuye a esta variante más capacidad de contagio, lo que podría derivar en más hospitalizados y menos camas UCI disponibles. Más cuestionada es, con los datos disponibles, la afirmación de los científicos británicos de que sea más mortal.

La lección de la semana es la importancia de detectar de forma precoz la presencia de esta o cualquier otra variante para ponerles freno a tiempo, porque si un virus empieza a diferenciarse mucho del patrón conocido, puede provocar casos más graves que dejen a la ciencia médica desprovista de respuesta, empezando por las vacunas. Entretanto, la respuesta vuelve a pasar por las medidas de prevención conocidas: distancia, higiene, evitar contactos… O sea, ‘empollar’ lo aprendido de enero a enero.

2. Más de 100 millones de casos

La Gomera, que fue zona cero del coronavirus en España, es ahora un territorio 'free COVID'. Y es que la pandemia ha tenido varias idas y vueltas por el mundo. Los apenas 10.000 casos confirmados de COVID de hace un año se han elevado al cuadrado un año después. Esta semana se superaron los cien millones de contagios en todo el planeta, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins, y más de dos millones de personas han muerto.

Desde que China diera la voz de alarma, el coronavirus se ha extendido por todos los continentes -también en la Antártida, con contagios confirmados en sus bases de investigación-. América acumula cuatro de cada diez casos en toda la pandemia, la mitad de ellos en Estados Unidos.

Europa, epicentro de la pandemia en la primera oleada, concentra ahora lo peor de la tercera, una auténtica explosión de contagios tras las Navidades, a la que se une el caos y la incertidumbre por la escasez de las prometidas vacunas. La infranotificación en países de Asia y África tiene su influencia en esta percepción “occidental” de la pandemia que dan los datos -y tiene su correlato en la carrera de las vacunas-, pero el mapa demuestra que todo el mundo está comprometido en esta historia.

Lo ha dicho el director de la OMS, Tedros Adhanom: "No podemos acabar con la pandemia en ninguna parte si no terminamos con ella en todas partes".

3. Vacunas administradas, paralizadas y denunciadas

Empezamos con las buenas noticias. Hay 1,2 millones de Aracelis en España, personas que han recibido al menos una de las dos dosis de la vacuna de la COVID, y que están en proceso de inmunizarse contra la enfermedad. Y la Unión Europea ha dado luz verde a la tercera vacuna, la de Oxford/AstraZeneca, al tiempo que se reciben anuncios sobre la eficacia de las vacunas de Novavax y Johnson&Johnson.

Lo demás han sido malas noticias. Sucesivos problemas con las farmacéuticas Pfizer, Moderna y AstraZeneca han hecho que la vacunación se frene en España en plena tercera ola, y que todo el mundo se pregunte dónde están las dosis y exija responsabilidades a las compañías con quienes se han formalizado compromisos de suministro, abriendo un conflicto diplomático entre Bruselas y Londres.

Según los últimos datos de Sanidad, un 0,53% de la población española ha recibido las dos dosis de la vacuna. Así han vacunado las comunidades:

Y así han vacunado los países (los que han vacunado, que no son todos; ojo al color de los continentes)

El mundo entero tiene puesta su esperanza en la vacuna, pero las autoridades sanitarias advierten: las vacunas no servirán para erradicar el coronavirus, sino para reducir la mortalidad y las infecciones graves, como recordó esta semana el director de Emergencias Sanitarias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Mike Ryan. En conclusión, el objetivo más realista debe ser controlar el virus "y no que el virus nos controle a nosotros".

Un dato sobre vacunas para mantener el optimismo. Desde que ha empezado el proceso de vacunación, el porcentaje de españoles dispuestos a su inyección frente a la COVID-19 se ha disparado, del 40,5 % en diciembre a un mayoritario 72,5% en enero, según el último barómetro del CIS. En noviembre, cuando aún no habían llegado los primeros viales a España, el 55 % de los ciudadanos no tenía ninguna prisa por vacunarse. Ver para creer.

Y uno para mosquearse. Nos estamos inmunizando más a base de enfermar que de las vacunas. Desde el 31 de diciembre se han contabilizado en España 814.854 contagios y se han vacunado con su doble dosis correspondiente 251.866 personas. Ese no era el plan para 2021.

Posdata

Para cerrar este mes hemos conocido la medida de la crisis económica causada por el coronavirus en 2020. La COVID ha creado un boquete en la economía española, que se ha hundido un 11 %, un descenso que entra en la categoría de histórico y que supera el de la crisis financiera de 2008.

El año 2020 se despidió con 622.600 empleos destruidos y 527.900 parados más y la tasa de paro en España se elevó en 2020 al 16,13 %, con 3.719.800 desempleados. Mujeres, jóvenes y trabajadores con rentas bajas han sido los grupos más vulnerables al daño económico de la pandemia, con muchas historias personales detrás de estas cifras, como las de Jose, María Jesús y Citlali.

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