Recientemente la farmacéutica Pfizer y el grupo Biontech anunciaban que su vacuna tenía una eficacia del 90%. La química y divulgadora científica Deborah Ciencia nos explica hoy en La Hora de La 1 qué significa este dato.
Lo primero que cabe señalar es que los resultados aún son preliminares y no se han publicado en ninguna revista científica, es decir, aún tienen que revisarse por pares.
¿Qué dicen los científicos de los resultados de la vacuna de Pfizer?
Esta eficacia del 90% se ha obtenido durante la fase 3 del ensayo clínico, que es la fase previa a la aprobación comercial. Serán las autoridades sanitarias las que verificarán, como con cualquier otra vacuna antes de administrarse, que cumple con los requisitos de seguridad y eficacia.
En las pruebas participan 43.538 personas. A un grupo se les ha administrado la vacuna y a otro placebo, y después han seguido con su vida normal. Entre los voluntarios se han registrado 94 casos de COVID-19 que han intervenido en un estudio intermedio de la fase 3.
De esos 94 casos el 90% pertenecían al grupo placebo. Es decir, en las mismas condiciones los del grupo vacuna apenas se han contagiado (solo el 10%). Esto lleva a Pfizer a anunciar su eficacia del 90%, que es mucho más alto de lo esperado.
Habrá que esperar a que el ensayo concluya para que la farmacéutica dé el dato definitivo. Esto ocurrirá cuando se registren 164 casos entre todos los participantes.
¿Cómo funciona la vacuna?
La vacuna se base en un método conocido “ARN mensajero”. Han tomado parte del material genético del coronavirus y lo han metido en una cápsula que es capaz de penetrar nuestras células. Ese material genético da instrucciones a las células para que fabriquen unas proteínas llamadas antígenos.
Estos provocan que el sistema inmune empiece a “fabricar soldados” como las células T y los anticuerpos que impiden que el virus nos infecte.
La ventaja de este tipo de vacuna es que el SARS-CoV-2 es un virus con ARN, por lo que este tipo de vacunas se producen con más agilidad que otro cualquier tipo. Además, la producción es rápida y barata.
Por el contrario, es la primera vacuna de esta clase que usaríamos en humanos, por lo que su validación podría demorarse. Además, debe conservarse a temperaturas bajo cero, lo que dificulta mucho la logística de distribución.