Se cumplieron las peores predicciones: a esta hora el recuento de votos en EE.UU. todavía sigue ajustado y no hay resultados definitivos sobre quién ocupará la presidencia. Las informaciones falsas sobre el presunto fraude en el proceso, principalmente lanzadas por Trump, protagonizaron la noche electoral.
Violencia
- Un bulo ya clásico: Ladrillos que aparecen “misteriosamente”. Durante las protestas #Blacklivesmatter, se dijo que estaban colocados en las calles para incitar a la población a utilizarlos, provocar una escalada de la violencia y justificar la declaración de un estado de sitio, como desmintió VerificaRTVE. En realidad los ladrillos estaban preparados para las obras de un patio en Chicago.
- Personas a las que se impide el derecho al voto. Con comentarios como “bad things are happening” (están pasando cosas malas), seguidores de Trump han exagerado los incidentes existentes en colegios electorales. En este caso, un episodio en el que se niega la entrada a unas instalaciones a un observador electoral se ha interpretado con tintes conspirativos. La escena es verdadera: se trató de un error de los responsables de la entrada, que creyeron que el certificado que esgrimía el observador no le autorizaba a observar específicamente en ese colegio. El mismo usuario que ha difundido este bulo difundió una segunda información falsa: la de que había carteles pro Biden ilegalmente colocados cerca de una mesa de votación. No obstante, la distancia de la misma era la legal.
- No se ha movilizado a reservistas (Guardia Nacional) únicamente en estados demócratas, como ha sostenido una publicación de Instagram muy difundida. Este cuerpo suele asistir en jornadas electorales y este año lo ha hecho más porque muchos voluntarios estaban dedicados a la COVID. Sus miembros se han desplegado en zonas demócratas y republicanas.
Injerencia extranjera
- Se ha destacado la campaña masiva de robocalls o llamadas pregrabadas que han padecido los votantes en muchos estados de EE.UU. Según The Washington Post, se han producido cerca de 10 millones de llamadas anónimas en las semanas previas a la elección. En las que se produjeron en Michigan durante la noche electoral se sugería a los ciudadanos que, para estar seguros, se quedaran en casa. La fiscal Dana Nessel lo denunció en Twitter.
- A día de hoy, no hay rastros de injerencia extranjera en la noche electoral. El FBI comunicó recientemente que Irán estaba tras una campaña de bandera falsa: actores de este origen geográfico se hicieron pasar por supremacistas blancos y escribieron emails con enlaces maliciosos a los votantes. El hecho de que Nessel también advirtiera el día 2 de noviembre de que estaban circulando mensajes de texto engañosos con defectos de ortografía (Berue por Bureau para referirse al FBI) ha alentado los rumores de interferencia extranjera también en el asunto de estos mensajes de texto y de las robocalls. Sin embargo, no hay ninguna prueba en este sentido.
Fraude
- El supuesto trabajador de un colegio de Pensilvania que se había deshecho de papeletas pro Trump no trabajaba allí y las múltiples máquinas de voto estropeadas en Pensilvania eran una sola. Para impulsar estas ideas erróneas se utilizaron etiquetas como #stopthesteal. Pero los principales impulsores de la campaña de desinformación sobre la presunta estafa electoral han sido Trump y su equipo.
- Eric Trump, hijo del presidente, publicó este tuit con más de 18.000 retuits que sugiere que en Nueva York había papeletas trucadas. Un ciudadano votó a favor de los demócratas pero envió su papeleta a la dirección correcta. El usuario que la recibió fue el que hizo popular la papeleta en las redes.
- Twitter etiquetó como posiblemente engañoso un tuit de Donald Trump que se oponía a la decisión del Tribunal Supremo de Pensilvania de permitir que los votos se cuenten aunque lleguen hasta tres días después de la elección. Para el presidente, esa opción “permitiría el engaño rampante”.
Desinformación ante los resultados
- Avanzada la noche electoral, Twitter etiquetó de nuevo como posiblemente engañoso otro tuit donde Trump afirmaba que estaban “intentando robar las elecciones”. Y el equipo de la campaña republicana también vio uno de sus tuits etiquetado: uno que anunciaba la victoria de Trump sin que la noticia hubiera partido de fuentes oficiales.
- En el caso de Facebook, esta plataforma ha recibido críticas por reaccionar más tarde ante este tipo de publicaciones de fuentes con autoridad. También se ha señalado que mantiene anuncios políticos con desinformación sobre fraude pese a anunciar que suspendería la propaganda electoral.
- La conspiración de la política. Como ya había avanzado, Trump rechaza que siga el recuento tras la jornada de votación (pese a que esto es lo legal), se autoproclama ganador y amenaza con llevar los resultados al Tribunal Supremo. Queda incertidumbre antes de la declaración de un presidente y la constitución de un Congreso en el que por primera vez habrá una representante de la teoría de la conspiración Qanon.