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Entre el toque de queda y el confinamiento domiciliario: aún hay margen para no volver al encierro

SAMUEL A. PILAR
6 min.

La situación epidemiológica de España ha ido de mal en peor. El goteo de contagios desde el mes de julio ha sido constante, y en las últimas semanas han crecido exponencialmente hasta alcanzar niveles muy preocupantes. Una situación acumulada que ha llevado de nuevo al sistema sanitario a asomarse al abismo. Esta misma semana, Fernando Simón advertía de un posible colapso de las UCI ya en noviembre: "Hay algún hospital en situación muy crítica".

El reciente estado de alarma aprobado por el Gobierno para frenar a la COVID-19, el segundo en lo que va de año, permite a las comunidades autónomas adoptar medidas de salud pública sin pasar por los tribunales. El decreto ofrece a cada autonomía la posibilidad de limitar las reuniones sociales o de imponer confinamientos perimetrales, pero a nivel nacional únicamente establece en todo el territorio el toque de queda nocturno, que también quedará en manos de las autonomías a partir del próximo 9 de noviembre.

Las autoridades sanitarias parecen haber asumido ya que España tiene por delante semanas muy complicadas, en las que se intentará doblegar la curva epidémica a toda costa. Ahora los expertos se preguntan si el toque de queda, sumado a las medidas que adopten las comunidades autónomas, serán suficientes para lograr este objetivo, puesto que ya existían muchas restricciones al ocio nocturno y el impacto puede no ser tan significativo. En el horizonte cada vez más cercano asoma la posibilidad de un nuevo confinamiento domiciliario.

"El confinamiento domiciliario no se puede descartar"

"Ahora mismo, las interacciones que se producen a partir de las 00:00 horas son pocas, por lo que el toque de queda tiene que ir acompañado de una serie de medidas orientadas a la limitación de la interacción social el resto del tiempo", explica a RTVE.es José Miguel Carrasco, representante de la Sociedad Española de Epidemiología (SEE). En este sentido, apunta a que "son muy importantes las medidas que ya se están tomando de limitaciones de aforos, separación de las mesas en hostelería, eliminación de la consumición en barra…", aunque cree que hay que ir más allá, adoptando otras "mucho más comunitarias, como el refuerzo de los transportes públicos o las limitaciones de movimientos en algunas zonas donde la incidencia es muy alta".

Al mismo tiempo, hace hincapié en la necesidad de "seguir reforzando la atención primaria y los sistemas de salud pública", especialmente "en algunas comunidades que están más débiles".

José Miguel Carrasco (SEE): El toque de queda tiene que ir acompañado de otras medidas orientadas a la limitación de la interacción social el resto del tiempo.

Carrasco señala a los otros dos grandes ámbitos que, junto con el ocio, se han identificado como principales focos de contagio: las relaciones familiares y el trabajo presencial. "Tenemos que prestar atención al ámbito laboral. La recomendación de teletrabajo y dar apoyo para que sea factible es otra de las medidas importantes que aún se pueden tomar. Y la interacción social la tenemos que controlar también en nuestras relaciones familiares. Sabemos que un gran número de contagios en esta segunda ola empezó a producirse precisamente por la relajación de las medidas en el entorno familiar y con amigos. Esto no podemos descuidarlo", declara.

"Además hay que controlar los movimientos dentro de las zonas donde se produce una mayor incidencia. Con las limitaciones perimetrales lo que hacemos es impedir que el virus salga hacia afuera, pero hay que hacer algo para que el virus esté controlado también dentro de donde se producen esas limitaciones perimetrales", agrega.

La última medida, pero la "más efectiva"

Sobre el confinamiento domiciliario, es decir, no salir de casa para reducir la actividad al máximo, tal y como se hizo durante la primera ola de la pandemia, José Miguel Carrasco opina que es "la medida menos deseable y la más drástica", aunque "si no hay manera de controlar la situación con las medidas que se están tomando, es un escenario que no se puede descartar". De hecho, recuerda que hay algunas comunidades autónomas que ya se lo están planteando en momentos concretos, como Cataluña durante los fines de semana.

"Tiene un impacto económico muy grande, aunque también sabemos que es la medida más efectiva. Cuanto más reduzcamos la interacción social, antes pararemos esto", manifiesta.

"No es lo deseable, es la última alternativa, pero en ningún caso debe ser descartable viendo la evolución que tenemos en estos momentos", añade este epidemiólogo, que desempeña su trabajo en la cooperativa de investigación social en salud Aplica. Sin embargo, insiste en que "todavía hay muchos escenarios intermedios antes de llegar al confinamiento total domiciliario".

Un repartidora de comida a domicilio en la Puerta del Sol, durante la primera jornada de toque de queda en Madrid. EFE / R. JIMÉNEZ

El confinamiento domiciliario, "a la vuelta de la esquina"

Para Julián Domínguez, de la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH), la posibilidad de regresar a un confinamiento similar al de la primera ola de la pandemia "está a la vuelta de la esquina". "Si las medidas actuales no funcionan, la única opción es ir directamente al confinamiento domiciliario", expresa a RTVE.es, aunque matiza que, en caso de llegar a este punto, debería prolongarse "solo el tiempo imprescindible".

Este especialista considera que "si hay un cumplimiento general importante de las nuevas medidas se podrá reducir las tasas de contagios", aunque habrá que esperar "al menos dos meses" para poder comprobarlo. Eso sí, advierte de que, si no bajan lo suficiente, "habría que apretar con una tanda de confinamiento de quince días mínimo a un mes", para que desciendan definitivamente.

Julián Domínguez (SEMPSPH): El toque de queda no va a ser suficiente, las comunidades deberán tomar otras medidas más contundentes.

Aunque califica como "positivo" el toque de queda, piensa que "no va a ser suficiente, y las comunidades autónomas deberán tomar otras medidas más contundentes, porque en estos momentos las tasas de incidencia acumulada son extremadamente altas en gran parte de España".

Domínguez, que es jefe de Medicina Preventiva del Hospital Universitario de Ceuta, subraya que además del ocio también hay que extremar los esfuerzos en los otros dos grandes espacios de contagio: el laboral y el familiar. "El hecho de reducir a seis personas las reuniones sociales y familiares es importante, aunque habría que replantearse si seis todavía es mucho", asegura.

Y en cuanto al ámbito laboral, opina que se debería potenciar mucho más el teletrabajo, ya que "no se está haciendo lo suficiente a pesar de las nuevas normas". También se lamenta de que, en lo que respecta al trabajo presencial, en muchos casos "siguen sin extremarse las medidas de interacción social, de distancia física, de uso de mascarilla y de higiene de manos".

"Si todos mantenemos la disciplina para combatir la epidemia de día, el toque de queda nos permitirá quitar un número importante de contagios y de brotes que pueden ocurrir durante el periodo nocturno", expresa, antes de volver a pedir que no se relajen las medidas en las relaciones sociolaborales y sociofamiliares, porque "los contagios no están relacionados solamente con botellones o con el ocio nocturno".

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