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Premios Princesa de Asturias 2019

Sanitarios: "Hubo desaliento, cansancio infinito, lágrimas y miedo, pero rendirse no era una opción"

ESTEBAN RAMÓN
3 min.

Recordando los días más duros de la primera ola, lo más luminuso de la comunión con la sociedad, y reivindicando "un buen sistema sanitario" que propocione "estabilidad y paz social". Así ha agradecido José Eugenio Guerrero Sanz, jefe de la UCI del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, en un discurso en nombre de miles de premiados: los sanitarios españoles que han combatido en primera línea la COVID-19 y que fueron galardonados en el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2020.

“Un reconocimiento que, recordando a Unamuno, es de todos y de cada uno de nosotros, los que construimos la vida diaria anónimamente, sin que el nombre aparezca en ningún sitio, pero son o somos los verdaderos protagonistas de la historia”, ha leído Guerrero para iniciar su disucurso.

El discurso ha recordado los “días terribles de la primavera”. “Hubo desaliento, cansancio infinito, lágrimas, miedo, pero siempre volvimos a levantarnos porque rendirse no era una opción”, ha pronunciado Guerrero recordando que la historia de 2020 “estará marcada por la peor crisis sanitaria a la que el mundo se ha enfrentado en el siglo XXI”.

Haciendo honor a la palabra del galardón, concordia, Guerrero ha destacado “la unión de los diferentes estamentos de la sanidad, con la conjunción de esfuerzos tanto de los recursos públicos como privados” así como la colaboración de “sectores esenciales” así como “la ayuda inestimable de los Cuerpos de Seguridad del Estado”.

Sanitarios en los Princesa de Asturias

“Nunca fuimos héroes”

Acompañado de una representación de sanitarios asturianos, Guerrero ha repetido lo que muchos han dicho antes: “Nunca fuimos héroes, pero hicimos nuestro trabajo lo mejor que supimos y pudimos, conscientes de que compartíamos un destino común con toda la sociedad y que en la lucha contra el virus no era posible esperar milagros, solo valía el trabajo, la dedicación y el esfuerzo, más allá de cualquier límite. No fuimos héroes. O quizá lo fuimos todos”.

En un discurso sin mucha reivindicación, el intensivista he pedido no olvidar “que el virus sigue ahí y hoy es más importante que nunca cuidar de nuestra sanidad e intentar mejorarla entre todos día a día”, y que la principal lección de la pandemia es “haber aprendido que un buen sistema sanitario ofrece seguridad en tiempos de incertidumbre y proporciona estabilidad y paz social, imprescindibles para hacer frente a una crisis como la que hemos afrontado y seguimos afrontando”.

Ha señalado el “distanciamiento obligado” de la pandemia que la sociedad “supo romper” hallando “un punto de encuentro a las 8 de la tarde cada día” cuando “salíamos a aplaudir a la vida, a buscar en la mirada de los otros la fuerza para seguir adelante, sabiendo que no estábamos solos”.

Por último, su discurso ha finalizado con unas palabras para los sanitarios fallecidos: “hombres y mujeres que dedicaron su vida a cuidar de otras vidas y que llevaron su generosidad y su compromiso hasta el extremo. Quizá la historia no recuerde sus nombres, pero nosotros no los olvidaremos nunca y hoy recogemos este premio en su memoria”.

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