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La crisis multiplica la demanda a los comedores sociales: "Me da vergüenza pero tengo que dar de comer a mis hijos"

RTVE.es
5 min.

La crisis provocada por la pandemia del coronavirus está golpeando de manera intensa a los sectores más vulnerables de la población, especialmente a quienes carecen de recursos económicos, lo que está multiplicando las peticiones de ayuda a comedores sociales, parroquias, ONG.

Aunque el Gobierno ha aprobado medidas de urgencia y ha facilitado los expedientes temporales de regulación de empleo (ERTE), algunas familias aún no han cobrado el importe correspondiente y no disponen de colchón suficiente para poder mantener el consumo diario de alimentos.

Es el caso de Jessica Loor, quien vive sola con seis niños -hijos y sobrinos suyos- y que dejó de trabajar el 14 de marzo, tras decretarse el estado de alarma. "La verdad es que la cosa se ha puesto un poco mal. Estoy en un ERTE pero aún no he cobrado nada", asegura en declaraciones al Telediario.

La única comida que llega a su casa lo hace a través de voluntarios de la Fundación Madrina, que le proveen de alimentos esenciales como leche, patatas, legumbre, carne y otro tipo de proteínas.

Conrado Jiménez, presidente de la Fundación Madrina, afirma a TVE que "hemos pasado de atender normalmente a 400 familias al mes a 2.000 diarias".

El Ayuntamiento de Madrid anunció este jueves que ha recibido en un mes más de 33.500 peticiones de ayuda, casi las mismas que a lo largo de todo 2019.

"Es la primera vez que vengo"

El comedor social del Centro San Juan de Dios, de la localidad madrileña de Ciempozuelos, también ha visto multiplicarse estos días las solicitudes de ayuda, destinadas generalmente a personas sin hogar pero que en las últimas semanas cada vez son más reclamadas por familias sin recursos.

"Es la primera vez que vengo a un comedor social", dice una solicitante con el rostro cubierto a las cámaras del programa Comando Actualidad.

"Yo no cobro paro, tengo cinco hijos y mi esposo ganó lo que pudo el mes pasado y compramos, pero ya llevamos dos semanas", añade la mujer. "Me da mucha vergüenza pero tengo que dar de comer a mis hijos", asegura.

¿Qué está ocurriendo con los bancos de alimentos?

Cáritas Diocesana de Madrid ha hecho público un informe que indica que las solicitudes de ayuda se han triplicado desde la declaración del estado de alarma y que el 40% de ellas son personas que acuden por primera vez porque se encuentran sin ingresos, porque han perdido su empleo o su negocio o porque han enfermado y carecen de ahorros y de apoyo familiar.

Más del 85% de esas peticiones, añade la organización católica, son peticiones para la cobertura de necesidades básicas, principalmente alimentos, gastos de vivienda y medicinas.

"Aluvión de llamadas" a los bancos de alimentos

Buena parte de la ayuda social de nuestro país descansa en la red bancos de alimentos, un total de 54, que se encuentran distribuidos por toda la geografía nacional -hay al menos uno por provincia- y que se encargan de distribuir a ONG locales, parroquias y asociaciones.

Ángel Franco, director de Comunicación de la Federación Española de Bancos de Alimentos (FESBAL), asegura que no vivían una situación como la actual desde la crisis de 2008, cuyo pico de mayor demanda se produjo en 2013. "Estamos recibiendo un aluvión de llamadas", señala en declaraciones a RTVE.es.

Ahora mismo el problema para los bancos de alimentos no es solo la creciente demanda sino también la escasez de ayuda recibida. "Nos han reducido los sistemas habituales de captación e ingreso de alimentos, porque las llamadas 'operaciones kilo', que son presenciales en los supermercados, se han suspendido", afirma Ángel Franco.

Cientos de personas hacen colas para conseguir comida en Madrid

También han tenido que renunciar a otras campañas estacionales que llevaban a cabo para la recogida específica de leche y otros productos en primavera y en colaboración con empresas y entidades financieras.

Esto ha hecho que los almacenes de FESBAL estén vaciándose a un ritmo alto, como sucede con el de Alcalá de Henares, el más grande de España y que se encuentra a un 35% de su capacidad.

Afortunadamente, varias empresas privadas están llevando a cabo iniciativas para donar alimentos y paliar la escasez de productos. A ello hay que unir las donaciones personales que, al no poder hacerse de forma presencial, se están canalizando a través de la web de FESBAL mediante aportaciones económicas.

"Es la forma más sencilla ya que, al estar confinados y con los problemas de desplazamiento y seguridad sanitaria, no se puede participar en las campañas ni ir a donar a otros lugar", afirma Ángel Franco.

El responsable de Comunicación de la Federación de Bancos de Alimentos también confirma a RTVE.es que otro de los problemas que tienen que afrontar es la escasez de voluntarios, muchos de los cuales son personas jubiladas que, "como es mi caso, somos población de riesgo, por lo que a algunos se les ha rogado por cuestiones sanitarias que no sigan acudiendo".

Esto ha obligado a reorganizar su labor e incluso a cerrar uno de los tres almacenes de los que FESBAL dispone en Madrid para repartir a los voluntarios entre los otros dos e incluso "reducir los turnos de trabajo, a pesar de que la demanda es mayor", añade Ángel Franco.

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