España se ha convertido en el cuarto país del mundo en número de contagios de coronavirus, solo por detrás de China, Italia e Irán. Hasta ahora, la cuarta plaza la ocupaba Corea del Sur, pero el país asiático ha conseguido reducir radicalmente el número de contagios y se ha convertido en un ejemplo de cómo afrontar una crisis sanitaria de esta magnitud. En el de momento exitoso modelo surcoreano se mezclan medidas que giran alrededor de un enérgico programa de prevención y mitigación basado en análisis clínicos masivos, donde la responsabilidad individual y las nuevas tecnologías desempeñan también un papel fundamental.
El país asiático, que el pasado 29 de febrero llegó a registrar 909 casos en un solo día, ha reportado este lunes solo 74 nuevos contagios, por el que el total registrado se sitúa en algo más de 8.200. Sin embargo, allí prefieren ser de momento cautos y no cantar victoria todavía. El presidente de la Sociedad de Epidemiología de Corea, Kim Dong-hyun, asegura que aún es "prontísimo" para saber si la respuesta del país es la adecuada.
Su plan de acción puede servir de lección a países que ya están batallando con el coronavirus o que se están preparando para encararlo en las próximas semanas. Las autoridades surcoreanas prohibieron las grandes concentraciones, cerraron instituciones educativas y otros espacios públicos (parques, centros deportivos o centros de día) y cancelaron todas las grandes competiciones deportivas al poco de descubrirse el principal brote del país en torno a la ciudad de Daegu.
Esta rapidez de la respuesta de las instituciones surcoreanas ha podido ser clave. Por ejemplo, en Seúl, la mayor ciudad de Corea del Sur, con 9,7 millones de habitantes, se anunció el cierre de espacios públicos y se prohibieron manifestaciones en torno al 21 de febrero, cuando apenas se habían registrado poco más de 150 contagios en todo el país.
Ninguna región o ciudad aislada
Y todo esto sin aislar ninguna ciudad o región. Corea del Sur solo ha impedido el acceso de aquellos ciudadanos procedentes de la provincia china de Hubei, el lugar donde se originó el virus. Ni siquiera se ha visto obligado a clausurar Daegu y la provincia en la que se encuentra, Gyeongsang del Norte, principal foco del país y que acumula casi el 90% de los contagios del total nacional.
A diferencia de lo sucedido en los países más castigados por el coronavirus como España, en Corea del Sur no ha sido necesario establecer ninguna prohibición. Tal y como cuenta a EFE una mujer que pide no ser identificada, "el ayuntamiento de su ciudad pidió a la gente el 20 de febrero, cuando apenas se descubrió el brote, que solo salieran de casa si era estrictamente necesario y eso ha hecho y sigue haciendo la inmensa mayoría de ciudadanos desde hace casi un mes ya".
Asimismo, aplazaron el inicio del curso escolar, que aún no había comenzado cuando surgieron los primeros casos, y adoptaron medidas como geolocalizar de manera anónima a personas infectadas en una aplicación de móvil, para poder comprobar dónde se encontraban los mayores focos.
Más de 230.000 test
Los análisis masivos son otra de las medidas más importantes que ha adoptado Seúl y que han podido contribuir a frenar el ritmo de contagio. En Corea del Sur, la cantidad de pruebas realizadas, según datos de las autoridades locales, han sobrepasado los 230.000 test en un país cuya población ronda los 51 millones de habitantes. En este sentido, conviene señalar que más del 70% de esos análisis se han hecho a miembros de la secta cristiana Shincheonji, que es el origen del foco de Daegu y constituye un grupo fácil de rastrear.
Además de la capacidad para testar, en Corea del Sur está resultando muy importante el trabajo destinado a determinar quién debe o no someterse a una prueba para no malgastar los kits de análisis disponibles.
Las instituciones en Corea del Sur también implementaron una concienciación muy temprana sobre prácticas higiénicas, uso de mascarillas, el teletrabajo, la necesidad de quedarse en casa si se tienen síntomas o la de aplicar el distanciamiento social: son mensajes omnipresentes en calles, transporte público o medios de comunicación.
Transparencia de las autoridades
Además, la transparencia de las autoridades sanitarias ha contribuido a crear ese clima de colaboración general. El Centro de Control y Prevención de Enfermedades Contagiosas de Corea (KCDC) es ahora mismo una referencia gracias a la cantidad de información detallada que publica a diario. Los datos que ofrece ayudan a que los expertos y ciudadanos comprendan un poco mejor la evolución de la pandemia, lo que les ayuda a implicarse de una forma más activa.
Las nuevas tecnologías también están desempeñando un papel clave en la gestión de la epidemia. El sistema de alertas nacionales para teléfonos móviles avisa a los ciudadanos cuando se ha detectado un caso en su zona y enlaza a información detallada sobre los últimos lugares por los que pasó el contagiado. Esto no se hace para que la gente evite ir a esos sitios (que enseguida son desinfectados) sino para que aquellos que los hayan visitado estén más alerta por si detectan síntomas.
Aplicaciones para teléfonos
El Gobierno surcoreano ha desarrollado dos aplicaciones para teléfonos para hacer un seguimiento de síntomas de gente que potencialmente podría estar infectada y podría propagar aún más el Covid-19.
Una es de uso obligatorio para aquellos que llegan a Corea del Sur de otras zonas de riesgo (actualmente, China, Hong Kong, Macao, Irán y prácticamente toda Europa), y obliga a responder un cuestionario diario sobre si hay o no síntomas; si los hay, se remite al usuario al sistema de atención telefónica que gestiona los test para que se haga uno.
La otra "app" simplemente alerta a funcionarios públicos cuando alguien que está en cuarentena por posible contagio sale de la zona de aislamiento, aunque la responsabilidad personal vuelve a ser fundamental en este caso, puesto que la descarga de esta aplicación no es obligatoria.