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Atelier Couture se impregna del movimiento feminista

  • La IV edición de Atelier Couture reúne a 15 firmas de novia y fiesta

  • Balenciaga, Fortuny, Poiret y Fath son referencias para Nihil Obstat

  • Franco Quintans decora con corazones azules su 'Wonder Women'

RAFAEL MUÑOZ(@MUNOZ_RAFA)
8 min.

El mar es una gran fuente de vida y una inagotable fuente de inspiración. Armiche Rodríguez, director creativo de la casa Nihil Obstat, vuelve al mar de su niñez, a ese mar en el que flotan sus recuerdos. Pero lo hace en invierno, buscando el instante mágico, y fugaz, del atardecer rosado que tiñe de nostalgia su playa.

El agua cristalina y pura inspira las transparencias de los tejidos, la espuma se traslada a un vestido en tul drapeado y las olas tranquilas que representan con siluetas fluidas y lineas vaporosas con mucho movimiento. "Es una colección más jovial, con un toque infantil", dice el modisto canario que construye la colección acompañando los cambios de luz que tiene el día. "Empiezo con los dorados del amanecer, los rosas de la tarde y termino con el brillo de las estrellas".

Los plisados destacan en la colección de Nihil Obstat. Foto: Biel Sol noticias

No faltan los guiños a los grandes de la costura. Balenciaga está presente en un abrigo de patrón exquisito que se lleva con pantalón y los plisados recuerdan a Fortuny y se emplean para piezas geométricas -sin costuras- que se transforman nada más rozar el cuerpo. Un trabajo maestro. "Mira el detalle de este vestido plisado con bieses cosidos en vainica", dice. Un jersey de silueta lápiz sobre una falda de volumen hace referencia a Jacques Fath y no faltan algunos tímidos toques de Poiret, sobre todo en siluetas que haven viajar a los 20 y 30 del siglo pasado.

El tul es el gran protagonista en el desfile de Hihil Obstat. Foto: Biel Sol noticias

Un vestido en terciopelo rosa con una 'ola' gigante en un hombro rompe la gama de tonos tranquilos y da paso a las piezas más festivas, en la que se mezclan la purpurina plateada con el ligero tul. "El tul es tendencia brutal, y también las transparencias y los vestidos de estilo princesa", confiesa. "Antes venía una novia más sencilla pero ahora vienen sin miedo alguno al volumen. Las chicas ahora son más atrevidas".

Quizá por eso vemos faldas de varias capas de tul, algunos con un largo midi y otros cortos por delante y largos, con cola, por detrás. Destacan las osadas transparencias que casi dejan ver la lencería y las medias, un detalle peligroso que el modisto resuelve con elegancia. El estilismo, perfecto, llama la atención. "Los velos se cambian por pañuelos que recuerdan a los de las vírgenes marineras, lo mismo que las coronas florales", añade.

Propuestas nupciales de Franco Quintans. Foto: Biel Sol. noticias

La moda lleva varias temporadas apoyando, con pasión, el movimiento feminista y cuenta con el apoyo de Karl Lagerfeld y Maria Grazia Chiuri, directores creativos de Chanel y Dior. Dos grandes casas que batallan con sus agujas y tijeras por la igualdad y promover la (r) evolución. Todo indica que en este año veremos muchos desfiles reivindicativos y muchas colecciones inspiradas en la fuerza de la mujer y en su espíritu de lucha. ¿Es necesario? Sí.

La canción de Coz “Las chicas son guerreras”, que arrasó a principios de los 80 ha sido la banda sonora del carrusel de Franco Quintans, un momento en el que las modelos han roto con la imagen seria y a veces hierática que se les pide en los desfiles. Era un momento de celebración y alegría, un guiño al éxito de la marea violeta.

La colección es potente desde el punto de vista visual y los vestidos repasan estilos icónicos de todos los tiempos. La imagen de supermujer se remarca con el uso de las capas pero también con las transparencias, a veces demasiado atrevidas, tanto que las modelos dejaban ver su ropa interior. Algo que puede interpretarse como un acto voluntario, un gesto más de la revolución femenina y feminista.

Franco Quintans no le teme al negro en su nueva colección. Foto: Biel Sol noticias

Guerreras o no, las novias de Quintans son poderosas y lo trasmiten con vestidos que se salen de lo convencional. Vemos minivestidos que se ajustan al cuerpo, osados escotes delanteros que dan protagonismo a la lencería y diseños en negro que pueden saltar de una alfombra roja a una ceremonia nupcial.

El gallego, de nuevo, las prendas en punto, jerséis y rebecas que se tejen con hilos de seda metalizados y algodón nacarado, muy distintos a los casi infantiles de la colección anterior. También llaman la atención las flores de metal dorado, perla y cristal que se aplican en vestidos, a veces formando un cinturón y otras veces decorando hombros o mangas.

Vemos vestidos de aire medieval con larguísimas mangas abiertas y otros que apuestan por mangas abullonadas. Aunque destacan las mangas de pasamanería al aire hechas de forma artesanal. Hay diseños de corte imperio y otros que recuperan el look lady con cuerpos sencillos y faldas de volumen contenido hechas con tul rizado.

Los corazones azules de Franco Quintans. Foto: Biel Sol noticias

En contraste aparecen otros de línea sirena o con largas colas “de vuelo infinito”, dice Quintans, que ha utilizado una bandera de tejidos con mucho movimiento como la gasa y la organza de seda o el tul que permite jugar a las superposiciones. El plumeti aporta coquetería y sofisticación gracias a sus topos grandes, y destacan las texturas más trabajadas, como el guipur y los brocados de terciopelo.

La nota divertida de la colección la ponen los corazones azules, realizados con lentejuelas y cristal, que adornan los vestidos y recuerdan a aquella colección tan feminista con la que Maria Grazia Chiuri debutó en Dior. Más original ha sido el tocado con forma de corona que ha cerrado el desfile, un símbolo de autoridad y jerarquía que hace otro guiño al poder de la mujer.

Propuestas de Rafael Urquizar. Foto: Biel Sol. noticias

Rafael Urquizar se esmera en rejuvenecer su firma pero manteniendo sus códigos e identidad, y manteniendo un fuerte vínculo con el arte y la cultura de su tierra, Andalucía, pero sin caer en tópicos manidos. El modisto juega con los volúmenes de las faldas, que varían de forma desde las más generosas hasta las más minimalistas. Destacan las aplicaciones de plumas, cristal y flecos propios del mantón de Manila. Destaca el uso de cinturones para ceñir la silueta y en la bandera de tejidos se recurre a los clásicos rasos, crepés y gasas pero que ahora se ven más juveniles con tonos como jade, malva y terracota que conviven con arenas y blancos, más tradicionales.

Diseños de Eliz Smis, Sedomir Rodríguez de la Sierra, By Loreiro y Laura Lomas. Foto: Biel Sol. noticias

Un vestido-frac llama la atención en el desfile de Eliz Smis que recupera el encaje de bolillos para las pecheras y puños y apuesta por un patrón atrevido en una colección que define como versátil y con toques sensuales, como los drapeados. Tules 'caídos', sedas puras, bordados en oro y tejidos trabajados con pedrería y encaje están al servicio de patrones que empoderan a la mujer. "Me gustan los diseños clásicos, de líneas limpias y escotes profundos", comenta la diseñadora a Efe y confiesa que estuvo un tiempo dedicada a la moda flamenca pero ha encontrado su gran pasión en el diseño nupcial.

Diseño de Raquel Ferreiro. Foto: Biel Sol noticias

La suma de recuerdos y de vestidos familiares que han marcado su vida son la base sobre la que ha construido Raquel Ferreiro una colección en la que cada vestido "refleja a la novia que lleva dentro", cuenta la diseñadora. Cloqués, organzas y encajes crean su propia narrativa en cada pieza, en tejidos con mucho movimiento para realzar la silueta, en una gama de color donde además de marfiles, hay hueco para azules, dorados o rosas que culminan en un vestido de plumas de faisán.

Siempre con su habitual colorido, el diseñador canario, Sedomir Rodríguez de la Sierra viste a una mujer atrevida, tanto con las formas como con el color ya que en su paleta conviven tonos suaves con otros potentes, formando una paleta cromática que va desde los más claros hasta el negro.

El uso del tul provoca una imagen etérea, aire que se enfatiza con tonos empolvados como el gris y el rosa. Los volantes en el escote aportan movimiento y destacan las pecheras con apliques metalizados, una imagen guerrera, que se refuerza en cazadoras amarillo mostaza, donde los hombros son protagonistas.

Diseños para mujeres atrevidas es la apuesta de Laura Lomas en su primer contacto con la pasarela, sobre la que presenta dos monos como vestido de novia, un abrigo en lana, vestidos con los que mezcla texturas como enrejados en sedas y crepés. By Loleiro se concentra en maravillosos complementos en los que las plumas de oca raspada, avestruz y faisán lady, teñidas a mano, son la base de una colección que crea jazmines, claveles o buganvillas como eje central de sombreros, pamelas y tocados.

La pasarela Atelier Coture celebra su IV edición con un cartel renovado. Se añoran firmas como Santos Costura y Juana Rique pero entran otras como Emilio Salinas y Alicia Rueda. Todos los participantes hacen costura y presentan colecciones con piezas exclusivas, que no se producen para vender en tienda. Vestidos que se hacen a medida en el atelier, como se hace en el Olimpo de la moda: la Alta Costura francesa.

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