Paul Ryan, republicano prominante y presidente de la Cámara de Representantes de EE.UU., ha cortado sus lazos con la campaña de Donald Trump definitivamente. Y la respuesta de Trump no se ha hecho esperar: "Es estupendo haberme librado de estos grilletes, ahora podré pelear por América como yo decida", ha dicho en su cuenta de twitter.
Desde que Trump adquiriese visibilidad en las primarias, su relación con Paul Ryan, una de las figuras de peso cruciales en el Partido Republicano, ha sido una sucesión de rechazos y apoyos en esta campaña presidencial.
El reticente Paul Ryan ha practicado un apoyo medido a la causa del partido hacia la Casa Blanca, esto es, un soporte corporativo a Trump y a su candidatura, pero no ha dejado de expresar sus críticas y su rechazo cada vez que el polémico candidato se salía de tono con declaraciones escandalosas.
En otras palabras, Ryan no hará campaña a favor de Trump, pero no retirará su apoyo a la candidatura del magnate.
Trump suelta lastre y ataca
El primero y sonado fue la condena a la crítica de Trump a un juez de origen mexicano en junio. Luego llegó el ataque a los padres de un soldado musulmán muerto. Ahora, tras la difusión de un vídeo de carácter sexista protagonizado por el magnate, Ryan ha sido más contundente y ha cortado con al candidato republicano al sillón presidencial aunque seguirá fiel al partido.
"Es un líder débil e inoperante", ha sentenciado Trump sobre el crítico Ryan. Y se queja del daño que están haciendo a su campaña sus ataques y los de otros republicanos señalados. El magnate no les perdona y ha desencadenado sobre ellos una lluvia de fuego desde las redes sociales para desprestigiarles.
"Aunque hemos ganado el segundo debate por goleada (el debate de vicepresidentes), ¡es difícil hacer un buen trabajo mientras Paul Ryan y otros aportan cero apoyos!", dijo Trump en su cuenta de Twitter. Cabe recordar que el candidato nunca ha ejercido oficio o funciones relacionadas con la política.
Rebelión en el partido
Tras su anuncio, Ryan ha dicho que orientará a partir de ahora sus esfuerzos a preservar la mayoría republicana en el Congreso, aunque ceda en una hipotética victoria de Hillary Clinton en la carrera por la presidencia el próximo 8 de noviembre.
En una inédita revuelta en el seno del partido, 331 senadores republicanos, congresistas y gobernadores han condenado los lascivos comentarios de Trump en el polémico vídeo sexista. Entre ellos, uno de cada 10 ha suplicado al candidato que se retire de la carrera hacia la Casa Blanca, según Reuters.
No obastante, a diferencia de Ryan, el jefe del partido, Reince Priebus, afirmó ante sus compañeros de filas que la cúpula del partido y su brazo financiero aún apoyan a Trump, según expresó el lunes un miembro del comité nacional republicano a Reuters.