Jonás Trueba (Madrid, 1981) tiene una teoría para construir películas que llama ‘cine ouija’. “Tiene que ver con disponer cosas dispares a ver si se produce una encarnación”. Y en su cuarta película, La reconquista, sobre el tablero hay adolescencia, reflexión sobre el tiempo, Madrid, el deseo de trabajar con algunos actores, amoríos, y un par de canciones de Rafael Berrio. La cinta es la tercera película española que compite la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián.
La reconquista es una película con dos partes, unidas por una carta de amor en la que unos adolescentes se emplazan 15 años en el futuro para comprobar qué ha sido de sus vidas. La película arranca con el reencuentro de los treintañeros (Itsaso Arana y Francesco Carril) y luego retrocede para recrear el origen adolescente (Candela Recio y Pablo Hoyos).
Dos frases de una canción de Rafael Berrio, repetida en la película, ilustran y resumen la temática: “Nadie sabe nada de su propio amor” y “somos siempre principiantes”. “La película no habla de estar enamorado, sino de lo que reverbera en ti de haberlo estado”, explica en una entrevista para RTVE.es.
Jonás Trueba (Los ilusos, Los exiliados románticos) regresa a su cine en personal, urbano, sentimental y elaborado en parte durante el rodaje. Con un conflicto mínimo, ritmo moroso y un amor absoluto hacia sus personajes, La reconquista conecta con emociones sencillas pero tan matizadas que termina revelando mucha profunidad.
Tráiler de 'La reconquista' (Invierno)
“Una película es un intento de comunicarte, se parece mucho a una cena en confianza, donde compartes cosas personales, intentas dar lo mejor de ti e intentas escuchar. Me gusta pensar que hacemos las películas en la búsqueda de sentir un pálpito en la vida”, explica.
El género adolescente
“También hablar de la adolescencia con suavidad y respeto. Y abrir esa puerta que siempre había querido abrir, porque las películas de adolescentes son un género en sí mismo”, explica. “Quería transmitir una sensación de conciencia del tiempo con una película hecha en un pliego de dos golpes de conciencia de tiempo que se comunican: uno hacia delante y otro hacia atrás, de revisión".
Pese a su personal estilo (que en parte coincide con el de cineastas presentes en San Sebastián como Mia Hansen-Love o Hong Sang-soo), Trueba afirma que aspira a un “no-estilo” del que cada vez se encuentra “más cerca”. “No tengo aspiración de un estilo como el que me ha deslumbrado en algunos cineastas”, explica.
Tráiler de 'La reconquista' (Verano)
“Todo en el cine es una forma de escritura, no solo el guión. Y aunque se hable mucho en la película, las palabras no son importantes. A veces la película está más en quién escucha y cómo escucha”, razona.
La impresión es que La reconquista cierra un ciclo de su carrera, en la que ha profundizado en treintañeros bohemios y enamoradizos. “No lo sé, pero la primera vez que se enseñé a mi padre (Fernando Trueba), me dijo exactamente eso: que con la película cerraba algo. Aunque, por otro lado, la película ha destruido muchas certezas que tenía”.
Sin desvelar nada, la apelación final al espectador apunta hacia esa nueva etapa. “Es verdad que te deja en un lugar para volver a empezar. Alguien dijo que todo buen final en el fondo es un buen principio”.