En 25 años de carrera cinematográfica y 35 como modelo se aprende mucho: Monica Bellucci, acompañada de un reducido séquito, entra en una habitación con tres sillas, una cámara y dos focos. Y reorganiza la habitación y al operador de cámara para que la iluminación y el plano sean más precisos para su rostro. Todo serenamente y con una educación perfecta. Nadie mejor que Monica Bellucci para convertir a Monica Bellucci en Monica Bellucci.
La actriz, la mujer y la estrella están en San Sebastián para presentar On the milky road, de Emir Kusturica, presentada en la sección Perlas del festival de cine. Doce años después de su última película de ficción, el director serbio (dos veces ganador de la Palma de Oro en Cannes), dirige y protagoniza una historia de amor trágico envuelta de su habitual fantasía extravagante fuera de control con el trasfondo de la Guerra de los Balcanes.
“No sé por qué Emir me eligió a mí, pero sé por qué le elegí: amo su trabajo y le respeto”, dice la actriz, cuya carrera está jalonada de apuestas a tumba abierta con grandes autores del cine mundial. Hace cuatro años presentó en San Sebastián Rhino Season, de Bahman Ghobadi, una obra maestra que paso algo desapercibida.
“Mi trabajo me ha dado la oportunidad de trabajar con directores de talento como Kusturica, Ghobadi, Sam Mendes o Tornatore, que me han permitido explorar no solo artísticamente, sino que a través de ellos puedo investigarme a mí misma”.
Y la exploración de On the milky road indaga una vez más en su arquetipo de eterno femenino. “Vemos dos personas ya no jóvenes, que no tienen nada, pero que sucede algo mágico que sucede cuando se encuentran. Para mí, la película prueba que el amor y la sexualidad es una cuestión de energía, no de edad", afirma la actriz, protagonista de una pequeña y absurda polémica por la reciente censura de Instagram a sus fotografías en la portada de Paris-Match.
La nueva era de las actrices maduras
Bellucci (Città di Castello, 1964) tiene una frase para definir la actuación como “la sublimación de lo femenino”. “Y la película lo prueba, porque ella es muy maternal, protectora, siempre está lista para la acción, es muy valiente y, al mismo tiempo, en un momento dado, se convierte en una niña pequeña. Contiene muchos aspectos de la feminidad”.
La actriz opina que en la actualidad las mujeres maduras tienen más oportunidades que en el pasado. “Antes, las actrices de 40 años, aunque fueran talentosas y bellas, tenían una carrera difícil. Ahora las cosas han cambiado y actrices como Isabelle Huppert, Charlotte Rampling o Catherine Deneuve tienen grandes posibilidades haciendo personajes increíbles”. Huppert, de hecho, presenta en San Sebastián dos películas (Elle y El porvenir).
Afirma que le gustaría repetir con en el cine español (rodó A los que aman con Isabel Coixet) “aunque lamentablemente no hablo español”, pero de momento va servida con sus nuevos proyectos, entre los que se encuentra el esperadísimo regreso de Twin Peaks sobre el que todavía hay gran hermetismo. “No puedo decir más que he disfrutado muchísimo rodando con David Lynch”.